Alquilar un yate de lujo se impone a la compra de los navíos desde 2013 según los datos de las instituciones náutica y la pandemia acentuó esta tendencia, convirtiendo el alquiler de superyates de lujo en la alternativa vacacional más demandada tras el confinamiento, un termómetro perfecto de la desigualdad. La pregunta es, ¿cuánto cuesta?.

«Nosotros gestionamos todo: compramos los vuelos, organizamos los transfers, elegimos comida y coctelería en función de los gustos de los pasajeros, reservamos restaurantes, discotecas, actividades deportivas y nos aseguramos de que dentro del barco no falte de nada», así describe sus competencias Anne Sterringa, directora de Camper & Nicholsons, una multinacional afincada en Palma de Mallorca que se dedica al alquiler de superyates de lujo.

Arrendar navíos es la experiencia que prefieren millonarios y rostros conocidos porque les brinda el aislamiento y la privacidad que no pueden conseguir en tierra firme. En el sector náutico la propiedad ha quedado relegada a un segundo plano: «Se trata de una evolución social natural, los usuarios se desplazan de la compra al alquiler en náutica como ocurre con la vivienda tradicional», declara Mar Lucena, responsable de prensa de ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas). «A esto hay que añadir que quien se puede permitir tener un barco no suele disponer de más de 15 días al año para disfrutarlo», explica.

Tener un barco implica un gasto impositivo, de mantenimiento y de anclaje que no merece la pena asumir «excepto a un apasionado de la náutica que disfrute mucho arreglándolo y trabajando en él», apunta Sterringa. Pero para quien busque un recreo a bordo de una lujosa embarcación tiene más sentido el alquiler. De esta manera «se dedicará únicamente a disfrutar de una experiencia excepcional en alta mar», señala.

Las prestaciones que ofrece el alquiler también son un lujo Camper & Nicholsons

«Además comprar te ciñe a un terreno, mientras que arrendándolo puedes navegar en cualquier parte del mundo», indica Laura Camus, responsable de España en Globe Sailor, una compañía multinacional que se dedica desde hace 8 años al sector náutico, cubren la venta y el aquilier de navíos charter. «Arrendar buques está más instalado en los jóvenes apasionados de la náutica, ávidos de nuevas emociones y conscientes de la responsabilidad que implica la compra», cuenta.

Esta tendencia ha calado, por eso muchas compañías que tradicionalmente se dedicaban a la producción de embarcaciones nuevas reenfocan su negocio hacia el alquiler de charters (embarcaciones de recreo). Desde 2013 el crecimiento del sector fue exponencial.

Repunte histórico desde 2013 y tras la Pandemia

Salón de un yate de lujo en alquiler Camper & Nicholson

El impacto de la crisis económica fue brutal en el sector náutico, el número de embarcaciones de recreo de hasta 24 metros de eslora cayó considerablemente en España, de las 11.667 que se matricularon en 2007 baja hasta las 5.275 que lo hicieron el año pasado, solo una década después. La pandemia azotó a las pequeñas empresas de alquiler de navíos pero favoreció a las de embarcaciones de recreo, especialmente a las que ofertaban navíos más lujosos, muestra de la desigualdad que siega a las sociedades en tiempos de crisis.

La venta, sin embargo, cayó, según la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEM), la matriculación de embarcaciones nuevas en España ha caído un 43% hasta junio de 202o, cuando se produjo un cremiciento general de un 6,4. En julio y agosto los charter adquirieron protagonismo. Antes de la llegada de la Covid ya estaba presente esta tendencia, que se acentuó tras la pandemia.

En cuanto a embarcaciones destinadas al alquiler, en 2008 se matriculaban 856 barcos, mientras que en 2017 la cifra ascendió a 1.613. En lo que va de año la cifra supera las 700.

Estos datos fueron recogidos por ANEM a partir de la Dirección General de la Marina Mercante, es decir, se refieren a los navíos españoles.

Si tenemos en cuenta sólo las embarcaciones de lujo (más de 20 metros de eslora), las cifras en Baleares, meca del lujo náutico patrio, reflejan una realidad totalmente diferente.

el crecimiento del alquiler superyates ha vivido un repunte histórico desde 2013 hasta la fecha. La explicación es sencilla, Anne Sterringa acusa la una doble imposición que recaía sobre el sector en España: el 21% de IVA más el 12% del impuesto de matriculación, lo que suma un 33% sobre el precio del navío.

Estas tasas, según la empresaria, eran abusivas y provocaban el rechazo de los propietarios extranjeros, que amarraban sus exclusivos buques en puertos internacionales más económicos.

En 2014 la ley sucumbió a la inversión foránea. «Ahora cuando un barco extranjero se dedica exclusivamente al charter está exento del impuesto de matriculación», explica Sterringa. «Es una decisión política correcta que cambió la industria y multiplicó todo por 10, incluído el IVA que se recauda, pero es discriminatoria con el propietario español, aunque el perjuicio se reduce a casos muy concretos».

El panorama, pues, es el siguiente: el barco se alquila en España y su propietario extranjero podrá usarlo libremente -pagando el alquiler y el IVA-, pero el español deberá pagar el impuesto de matriculación en el caso de que quiera, además de alquilarlo, disfrutarlo.

Esta polémica medida impulsó el sector del alquiler de superyates. Según cuenta la directora de Camper & Nicholsons, en España había muy poca oferta de barcos para alquilar y los que había eran demasiado grandes y demasiado viejos: «Cuando me pedían lujo tenía que recomendar que alquilaran en otro lugar como el Adriático o Francia», asegura la empresaria, que reconoce que esta nueva ley atrae a buena parte del turismo más exclusivo a las costas patrias.

En España, las embarcaciones en alquiler por comunicades se concentran en las Islas Baleares que representan el 29,82%, seguidas de Cataluña (24,29%) y de la Comunidad Valenciana (16,87%). Si ceñimos la estadística a los buques de recreo Andalucía debe añadirse al anterior listado con Puerto Banús como principal sede del lustre marino.

¿Cuánto cuesta alquilar un yate premium?

Camarote de Resilience, un navío de lujo en alquiler Camper & Nicholson

La directora presume de tener una cartera de clientes de gran categoría: desde grandes empresarios a deportistas, estrellas de cine y «celebrities» de diferentes nacionalidades.

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Desde silencio del horizonte, las estrellas firman una tregua con el presente. El contrato promete una aventura discreta y el extraño placer de reencontrarse con un cuasi anonimato perfecto en el que debe haber cabida para sus rutinas cotidianas. Los requisitos más demandados para esta realidad paralela son: entrenador personal, gimnasio a bordo, exclusivos camarotes y masajistas.

El número de ceros del precio de una experiencia náutica de lujo oscila entre los 4.000 a los 50.000 euros diarios dependiendo de la embarcación y las demandas del cliente. La fluctuación, según Sterringa, es inevitable porque: «No hay nada estándar, el plan se traza sobre la marcha y nada sale de un punto A para ir a un punto B».