Por inverosímiles que parezcan a veces las historias de novelas y culebrones, hay veces que la realidad de se empeña en en retorcer las tramas todavía más. Es el caso de Andrew Lovell, que descubrió a los 30 años que la que creía que era su madre adoptiva, en verdad, era su madre biológica y que él era fruto de una aventura. Sucede, además, que Lovell es negro y sus dos progenitores son blancos.

Ser un niño negro en una familia de blancos chirriaba en la Inglaterra de aquella época, pero Andrew se sentía feliz y seguro rodeado de los suyos y no quería incomodarles con las preguntas que se le pasaban por la cabeza, según publica el diario británico Mirror. Lovell creció en el sudeste de Londres, donde oía muy a menudo la palabra "adoptado" aunque sus padres jamás le contaron nada sobre las condiciones en las que había nacido. Todo se debía a un gran secreto que sus progenitores escondían.

"Desde que empecé a hacer deporte, con cinco años, mi padre y mi madre estaban ahí. Con mis equipos de fútbol y de rugby, ellos vinieron y me apoyaron", relata.

No fue hasta septiembre de 1998, tras reflexionar sobre lo que le diría a sus hijos sobre su nacimiento, cuando encontró el momento perfecto para plantear el tema de su adopción a sus padres. La noche de Navidad de ese mismo año, Lovell, batería de la banda M People, descubrió el secreto que su familia le había ocultado durante 30 años. Después de preguntarles a sus padres por sus orígenes, su padre le confesó que su madre adoptiva, Joyce, era en verdad su madre biológica. Lovell no daba crédito a lo que acababa de oír. "Mi madre no dijo nada. Ni siquiera me miraba".

Ante tal revelación, al año siguiente se refugió en el trabajo y en la gira con su grupo. "Lo único bueno de esa época fue el amor incondicional de mi padre. Me siento muy, muy afortunado de haberle tenido."

Un tiempo después, Joyce le contó que había estado trabajando durante los años 60 en la fábrica de galletas Peek Frean de Bermondsey y que, frecuentemente, hablaba con un compañero de trabajo llamado George, con el que tuvo una aventura.

El padre de Andrew falleció en 2014 y su madre se encuentra internada en un centro de cuidados debido a que sufre alzheimer. Ahora, con 52 años, el hombre intenta encontrar a su padre jamaicano, tras haber analizado su ADN y haber encontrado a una de sus primas, aunque por el momento esta no le ha respondido.