El astronauta Kjell Lindgren, nacido en Taipei, se ha convertido en el último de los visitantes de la Estación Internacional que se ha atrevido con la música a bordo del centro de investigación que orbita la Tierra. Su pequeña interpretación con una gaita de 'Amazing Grace', un himno religioso que se escucha en los entierros de militares estadounidenses en las películas ha acumulado miles de reproducciones en Youtube y supone un capítulo más en los momentos musicales que se vive en la megaconstrucción espacial.

En apenas un minuto de vídeo, Lindgren hace sonar una gaita escocesa fabricada por McCallum Bagpipes, de acuerdo con una información publicada por la BBC. Está hecha de plástico "porque es mucho más fácil de mantenerla limpia y asegurarse de que no se ha contaminado", aseguraba uno de los trabajadores de la empresa al medio británico. Explica, incluso, que fue el astronauta el que se puso en contaco con ellos hace dos años y que quería llevarse a la Estación Espacial una gaita para tocarla lo que durase su estancia.

Era el jueves cuando la hacía sonar para todo el universo como homenaje a Victor Hurst, su instructor y amigo con 48 años fallecido de forma repentina en octubre. Lo hacía, precisamente, delante del módulo que Kimiya Yui utilizó hace apenas un mes para acoplar el carguero espacial en el que viajaba Serpens, el nanosatélite desarrollado entre la Universidad de Vigo y la de Brasilia y que estos días cumple dos meses en órbita y finalizaba su etapa de pruebas.

Otros conciertos espaciales

No es la primera vez que la música toma la Estación Internacional y no será la última vez que los astronautas demuestras sus dotes musicales. Muchos tocan instrumentos e, incluso, hay una banda de rock and roll, los Max Q, que está completamente formada por astronautas. Por ello, no resulta extraño que una variedad de instrumentos ya hayan visitado la ISS una o varias veces: una flauta travesera, una guitarra, un saxofón o, incluso un digderidoo.

Fue en 2012 cuando una variante eléctrica de este instrumento aborígen australiano de viento sonó en la Estación Internacional. Lo hacía a manos de Don Pettit, un ingeniero químico que ha visitado en dos ocasiones la plataforma espacial. El objetivo de éste no era otro que investigar el comportamiento de fluídos no newtonianos en un ambiente ingrávido como el del espacio.

Otra de las situaciones que sin duda pasarán al recuerdo es la actuación de Cady Coleman e Ian Anderson, fundador de Jethro Tull, para homenajear a Yuri Gagarin en el cincuenta aniversario de la llegada del hombre al Espacio.. Separados por kilómetros de distancia, protagonizaron el primer dueto 'Espacio-Tierra' de la historia. Coleman se encontraba en el espacio como parte de la tripulación de la vigésimo séptima expedición a la ISS. Anderson, en cambio estaba de gira por Rusia. La canción que interpretó el grupo de éste, basaba a su vez en una suite compuesta por Bach, y que interpretaron durante el tour de la banda en 1969 por EE.UU. Ese año, Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaban la Luna.

Cady Coleman no es la primra mujer que toca un intrumento en la Estación Internacional. De hecho, en 2001, Ellen Ochoa, primera hispana astronauta de la historia, hizo sonar también su flauta travesera. En aquella ocasión interpretó un tema junto a Carl Walz (él tocaba el teclado electrónico) para deleite de sus compañeros. Uno de los muchos 'mini conciertos' en la ISS quedó retratado en una insantánea que aún se puede encontrar en la web de la NASA.

"Cuando tocaba la flauta en el espacio", confesaba entonces Ochoa, "tenía mis pies metidos en agarraderas". En microgravedad, incluso el pequeño impulso generado a partir de la salid del aire saliendo de la flauta sería suficiente para moverla por la cabina del transbordador. "Incluso con los pies trabados en las agarraderas podía sentir la fuerza empujándome hacia adelante y hacia atrás", decía entonces. "La música hace que parezca menos una nave espacial y más un hogar.", apuntillaba Walz en unas declaraciones recogidas en una de las muchas entrevistas archivadas en la web de la agencia espacial estadounidense.

Cuando se toca música en el transbordador o la estación, ésta no suena diferente, dicen los astronautas. La física del sonido es la misma tanto en microgravedad como en la Tierra. Lo que cambia todo es la forma en la que manejan los instrumentos. La de Kjell Lindgren marca un último capítulo de la carrera de superación que suponen las estancias en el espacio y que desde hace algún tiempo generan un mayor impacto gracias a las redes sociales. El último que se recuerda fue el de la versión del Space Oddity de David Bowie a cargo del canadiense Chris Hadfield en su despedida a la Estación Internacional.