Son multitud los trastornos del sueño que existen entre la sociedad actual y, seguro, también entre quienes leen BuscandoRespuestas.

Se trata de una serie de problemas relativos al dormir o al no dormir que complican el descanso y ante los cuales el ser humano tiene aún muchas preguntas que resolver.

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Hay incluso algunos de ellos, como la apnea del sueño, que en países como Dinamarca se acaba por no diagnosticar a más de doscientas mil personas.

La detección es complicada, el diagnóstico complejo y el tratamiento, en ocasiones, inexistente.

Pero como en muchas otras ocasiones, la tecnología tiene la respuesta.

Y es que, ha sido un grupo investigado de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, el que ha descubierto que mediante el uso de un algoritmo se podrá a partir de ahora mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del sueño, además de abrir un mundo nuevo a la comprensión de todas estas afecciones.

El análisis, que ha sido publicado recientemente en la revista NPJ Digital Medicine, se basa en el aprendizaje de la Inteligencia Artificial en cuestión a través del estudio de más de 20.000 noches de sueño.

Una innovación tecnológica que está ya disponible para cualquier profesional del planeta de forma gratuita.

La intención es poder democratizar el conocimiento al tiempo que se dota a países menos desarrollados de una herramienta importante en la lucha contra los trastornos del sueño.

Eficiencia médica y mejora clínica

En la actualidad, y cuando la tecnología y su uso no entran en juego, se están diagnosticando estos trastornos del sueño a través del estudio, podríamos decir manual, de las horas de sueño de cada paciente.

El experto divide su análisis en diferentes franjas, las califica en función de la fase del sueño experimentada y se acaba por dar un diagnóstico.

Una técnica conocida como polisomnografía, o en su abreviatura como PSG y de un modo más coloquial, estudios del sueño.

Ahora, mediante el uso de este algoritmo de aprendizaje se podrá facilitar en su totalidad el trabajo de los clínicos.

No hará falta esa labora manual y será la tecnología la que se encargue de un modo controlado de dar un diagnóstico exacto del trastorno del sueño del paciente en cuestión.

De su valor y de su importancia ha hablado Poul Jennum, que es profesor de neurofisiología y director del Centro Danés de Medicina del Sueño: «Este proyecto nos ha permitido demostrar que estas mediciones se pueden realizar de forma muy segura mediante el aprendizaje automático, lo que tiene una gran importancia. Al ahorrar muchas horas de trabajo, se puede evaluar y diagnosticar de forma eficaz a muchos más pacientes».

Un salto cualitativo y cuantitativo muy importante.

Las bases del estudio

Para darle fiabilidad a ese análisis y especialmente a sus resultados, el equipo de la Universidad de Copenhague ha analizado más de 20.000 noches de sueño en Estados Unidos, Dinamarca y un buen puñado de países europeos.

La idea era entrenar al algoritmo de la mejor manera posible.

Los investigadores recalcan la importancia de haber recopilado datos sobre el sueño «de todos los continentes, clínicas del sueño y grupos de pacientes».

De este modo se logra entender cómo el algoritmo podrá funcionar correctamente ante cualquier circunstancia y sobre cualquier escenario.

«Lograr este tipo de generalización es uno de los mayores desafíos en el análisis de datos médicos», señala el equipo danés.