Hacía falta y mucha. Además el autor es un historiador de verdad. No es de los que escriben arrimando las verdades a sus pensares o al dinero o al poder. O sea es un historiador íntegro que es feliz siéndolo. Rafael, el hijo de Pepita Bargiela, y Xose Álvarez con sus libros y en “Tudensia” y “Anos do medo,” son ejemplos de compromiso con la verdad.

Los dos cuando trabajan son solo de su trabajo. Narran o investigan para enseñar hechos, explicarlos y matizarlos de forma absolutamente imparcial. Trabajan sin parar siempre con sosiego y humanidad. Se aprende leyéndolos. Y lo hacen desde posiciones distintas.

El libro de Bargiela es breve, documentado, didáctico, preciso y muy nuestro. Trata los temas que pueden ser conflictivos, como el mito del origen griego de Tui con “coña” pero poniendo en su lugar la verdad sin decirla crudamente y con retranca gallega escribe “que también se dice que a Noia la fundó Noe”.

Rafael está siempre y siempre atiende, escucha y a la hora de contarlo jamás tergiversa.

Veinticuatro horas en la vida de una mujer, La Bendición de la Tierra, un libro de Suso Vila y esta BREVE HISTORIA DE TUI son libros que estarán siempre a la vista en mi casa. Manías de viejo.

En la presentación pensé en las grandes historias de Tui, de Valença y Monçao y también en las pequeñas y locales de la “raia húmeda” como a Deus a deu, Inés a Negra o el señor Afranio escondido en una cueva, allá en lo alto, donde todos los tudenses vimos por primera vez la nieve aunque fuera desde muy de lejos.

Rafael me emocionó cuando en su libro habla de “Santiaguiño”, así llamaban a la familia de Gumersindo (el cenetista admirado por todos que teniendo poco fue capaz de dar su abrigo a un mendigo que tiritaba de frío), y me hizo pensar cuánto tiempo tiene que pasar aún para que se explique claramente su historia, o la del último alcalde republicano de Tui, Vicente de Santiago, un personaje de gran cultura y autodidacta, del que también escribe. Las historias de esta gente se las condenó al olvido para ocultar la generosidad de unos hombres buenos que fueron perseguidos por serlo. No se estudian, pienso, que ni en los institutos de Tui. Si se hiciera, los jóvenes conocerían el pasado reciente y quizás tendrían referentes a quienes parecerse un poco.

Tampoco se estudia el Pacto de Tui e historias relevantes de Monçao y Valença. De las últimas supe yo algo en un hotel de Valencia por unos folletos impresos por un profesor que los había escrito para sus alumnos y que dejó olvidados en la habitación que yo ocupé.

En Monçao anduvo el duque de Lancaster y en Valença dos hermanas, según el profesor de Valencia, previo pacto de cobro, ceden a Fernando III sus dominios para que se hiciera rey de Castilla y León. De dominados y ventas de dominadores venimos siendo súbditos los que por aquí andamos.

Ahora podemos hacerlo en muchas rutas. Incluso tenemos algunas con hada como guía, “A Fada do Aloia”, nos vendría bien otra que recorriera las tres ciudades y explicara las historias.

Porque de la historia también se vive y saber cómo fueron las cosas de los que nos precedieron, es hermoso y de justicia para devolver honras manciñadas.

Gracias, Rafael.