La reformada plaza da Feira de O Mosteiro ofrecía este año mucho más espacio para los comensales asistentes a la XXIX Festa dos Callos. Tras la edición de este año, en la que Marta Giráldez se estrenaba como alcaldesa en este tipo de citas gastronómicas, se mostraba muy satisfecha con la experiencia. Entre la multitud se encontraban casi 750 atletas que acudieron a la carreras ciclistas BTT y la "andaina". Algunas de las novedades de este año fueron que los tickets fueron vendidos por funcionarios municipales y la suspensión de la comida oficial, una buena forma de ahorrar en costes sin perjudicar la buena marcha de esta fiesta que hereda la tradición de principios de siglo cuando tratantes, agricultores y vendedores ambulantes celebraban una de las ferias de mayor afluencia de Galicia y degustaban los callos en las casas de comidas de entonces. //Noé Parga