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La pesca ilegal arrasa las rías

Gardacostas redobla esfuerzos y la incautación de bienes y especies se dispara

Interceptó hasta finales de octubre 24 toneladas de pescado y marisco ilegal

Hay una ingente cantidad de mercancía que llega clandestinamente al consumidor

Centollo pescado en veda que estaba siendo alimentado en una jaula a la espera de su comercialización.

Centollo pescado en veda que estaba siendo alimentado en una jaula a la espera de su comercialización. / Gardacostas de Galicia

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

La tipificación del furtivismo como delito, la fuerte inversión realizada en los últimos años para potenciar el servicio de Gardacostas y la colaboración entre este departamento –dependiente de la Xunta– y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, no bastan para frenar la lacra de la pesca ilegal.

Tampoco acaban de dar resultado los llamamientos a la colaboración del sector pesquero y marisquero, al igual que parecen insuficientes los mensajes lanzados al conjunto de la sociedad para que evite consumir producto ilegal, puesto que a diario siguen descargándose ingentes cantidades.

Es por ello que Gardacostas sigue empleándose a fondo para tratar de evitar o, al menos, minimizar esta práctica que esquilma las rías gallegas y perjudica al conjunto del sector profesional.

Baste como ejemplo que en los diez primeros meses del año Gardacostas decomisara casi 24 toneladas de pescado, marisco, cefalópodos, equinodermos y gasterópodos. Un «lote» que incluye tanto el producto capturado por los tradicionales furtivos, entre los que se encuentran los que desde siempre asaltan bancos marisqueros para robar almeja y berberecho, como una buena cantidad de mercancía –la mayor parte– conseguida por mariscadores y pescadores profesionales.

Una jaula descubierta en los
pantalanes de A Illa. 
 |  Gardacostas de Galicia

Una jaula descubierta en los pantalanes de A Illa. / Gardacostas de Galicia

Estos últimos se aprovechan de sus permisos de explotación y constituyen la mayor de las amenazas. Su proceder es sencillo: extraer pescado y marisco sin señalizar o identificar los aparejos, empleando artes ilegales, incumpliendo vedas y topes de captura o bien saltándose los horarios de faena o adentrándose en zonas prohibidas, entre otras causas.

De manos de esos profesionales a los que se conoce policial y judicialmente como «furtivos legales» salieron los 23.650 kilos de producto recuperados por Gardacostas en las rías gallegas desde enero. Y no solo eso, sino que dieron pie a la incautación de más de 31.000 útiles, aparejos o medios, tanto nasas y redes como barcos e incluso coches.

Aunque esos registros pueden considerarse como un éxito de Gardacostas, policía y Guardia Civil, ya que incluso se han superado los del mismo periodo de 2024, cuando se interceptaron 22.320 kilos y 22.000 bienes, lo cierto es que lo sucedido este año demuestra que el furtivismo y/o la pesca ilegal son una práctica más intensa y grave de lo que algunos creen.

La pregunta que cabe hacerse es cuánto de culpa tienen los pescadores y mariscadores que actúan clandestinamente en el declive productivo de las rías gallegas.

La respuesta es que esos furtivos actúan como verdaderos depredadores, pues nadie puede dudar a estas alturas de que aún siendo positivo que se intercepten 24 toneladas de producto en diez meses, la realidad es que hay mucho más que acaba burlando los controles para introducirse ilegalmente en los mercados.

Es imposible determinar cuánto se descarga ilegalmente. Lo que sí se conocen son las cifras oficiales de lo que se intercepta, y esto permite decir que mientras el sector se lamenta y busca culpables por la escasez de almeja babosa, fina o japónica, resulta que estas tres especies se están descargando ilegalmente.

Sacos de almeja decomisada
la semana pasada.  |    por Gardacostas de Galicia

Sacos de almeja decomisada la semana pasada. / Gardacostas de Galicia

Al igual que se comprueba que mientras se establecen e incluso amplían vedas, para que especies como el pulpo y el centollo puedan recuperarse, ambas aparecen en lo más alto del ranking de decomisos, un año tras otro.

Entrando en detalle en ese ranking puede destacarse que desde enero se decomisaron casi 2.000 kilos de bivalvos en Galicia, entre ellos, 147 de almeja babosa, 55 de fina, 47 de almeja rubia, 352 de japónica y 72 de berberecho.

Incluso la tantas veces polémica mejilla figura en ese listado, ya que Gardacostas interceptó 750 kilos de esa semilla de mejillón, que el sector bateeiro podrá empezar a recoger en el litoral a partir del 1 de diciembre próximo para proceder al «encordado» de sus viveros.

Junto a esa cría, la relación de bivalvos intervenidos incluye 10 kilos de mejillón, otros tantos de ostra, 7 de volandeira o zamburiña, 70 de navaja y/o longueirón y 30 de vieira, cuyo tráfico ilegal resulta mucho más preocupante, dados los efectos nocivos que este producto puede tener para la salud pública. A mayores, 383 kilos de otros bivalvos que fueron detectados a tiempo y, en muchos casos, devueltos al mar.

Cefalópodos

Mucho mayor es la cantidad de cefalópodos decomisados, y el que más llama la atención es el pulpo, con más de ocho toneladas incautadas este año.

Es una especie muy castigada por los ilegales desde que comenzó su campaña, en julio. Un mes que se cerró con 3.088 kilos de pulpo recuperado, a los que siguieron 988 kilos en agosto, 750 en septiembre y 334 en octubre.

Producto ovado que los furtivos trataban de
introducir en el mercad.  |  Gardacostas de Galicia

Producto ovado que los furtivos trataban de introducir en el mercado. / Gardacostas de Galicia

Es llamativo que la mayor parte de los decomisos se produzcan con la campaña abierta y no en veda, lo cual se explica diciendo que son aún demasiados los pescadores profesionales y «legales» de este recurso que se saltan las normas, por ejemplo aprovechando el trabajo diario para colocar aparejos de más u obviando los topes de captura fijados.

Baste recordar la interceptación en O Grove de un barco con 800 kilos de pulpo –600 más de los que tenía permitido–, al día siguiente de levantarse la veda. O aquel otro decomiso de más de cien kilos realizado días después en Portonovo.

El calamar, con 110 kilos desde enero, y el choco, con 658 kilos intervenidos –en muchas ocasiones por el minúsculo tamaño del producto– completan la relación de cefalópodos localizados antes de su llegada al consumidor.

Más de 8.000 inspecciones

En los diez primeros meses del año Gardacostas de Galicia realizó 8.362 inspecciones, de las cuales 1.422 correspondieron a la unidad operativa de Vigo, 700 a la de Ribeira, 661 a Vilaxoán (Vilagarcía) y 571 a la unidad de Pontevedra.

Cabe reseñar que 2.673 inspecciones tuvieron lugar en los diferentes puertos de la comunidad.

También se hicieron 790 en el mar , 688 en playas y 443 en las lonjas. A mayores, 1.431 en establecimientos y 473 en medios de transporte. Por cierto, se hicieron 30 operativos aéreos específicos de lucha contra el furtivismo.

En cuanto al grupo biológico de los crustáceos, hay que hablar de más de 3 toneladas, de la cuales la mitad corresponden al centollo, tradicionalmente el más sometido a la presión de los ilegales.

Gardacostas de Galicia da cuenta de la recuperación de 1.530 kilos del considerado «rey de los mariscos», a los que se sumaron desde enero 506 de nécora, 353 de percebe, 283 de cigala y 101 de bogavante.

También 81 de buey de mar –sigue en veda hasta el día 9– y unos muy llamativos 36 kilos de camarón, que es otra de las especies que escasean en las lonjas de la comunidad.

Sacos repletos de centollo
y almeja ilegal recuperados
la semana por Gardacostas.

Sacos repletos de centollo y almeja ilegal recuperados por Gardacostas de Galicia.. / Consellería do Mar

Los operativos desplegados por el servicio de vigilancia dependiente de la Consellería do Mar, tanto en solitario como en colaboración con Guardia Civil y policía, también permitieron recuperar este año 691 kilos de un equinodermo con una proyección tan importante como el erizo de mar.

Lógicamente, hay que hablar de los peces, ya que integran el grupo más abundante en la lista de decomisos de Gardacostas.

Sardina

Los operativos desplegados por tierra, mar y aire durante los diez primeros meses del año frenaron la distribución de más de nueve toneladas, siendo especialmente notoria la interceptación de 6.828 kilogramos de sardina.

Es la principal especie de este ranking, participado también por las rayas (388 kilos recuperados), congrio (360), lubina (277), sargo (181) y rape (180 kilos).

El rapante (34 kilos), anguila (26), lirio (60) maragota (78), Merluza (80), rodaballo (61), caballa (5), jurel (77) y tanto la faneca como el besugo, con 13 kilos de cada una, son otras especies afectadas por la pesca ilegal.

El centollo, que sigue en veda, a 15 euros el kilo en el mercado negro

A una semana de que comience la campaña de pesca del centollo, este crustáceo vuelve a ser uno de los más castigados por la pesca ilegal, vendiéndose «puerta a puerta» en no pocos puertos, domicilios y restaurantes desde hace mucho tiempo.

En los últimos días se coloca en el mercado negro a precios que oscilan entre los 10 y 15 euros, pero esa cotización bajará a partir del día 10, cuando los centollos legales empiecen a venderse en las lonjas y algunos de sus pescadores quieran seguir llevando producto ilegal a domicilios y restaurantes.

Es una incógnita saber qué va a pasar con la próxima campaña del rey de los mariscos, pero sí se sabe que, como siempre, los pescadores ilegales están esquilmando este recurso.

En definitiva, que pocas especies se salvan de la «quema» y este año deja un repunte notable de decomisos de cefalópodos, con cinco toneladas más que en el mismo periodo de 2024, y de crustáceos, con una tonelada más.

Al igual que aumentan los decomisos de útiles, pues han sido 31.378 desde el pasado 1 de enero, frente a los 22.064 incautados en los diez primeros meses de 2024.

La mayor parte corresponde a artes de enmalle y nasas, que son, precisamente, las empleadas para la captura de las especies más castigadas: pulpo, nécora y centollo.

Del primer tipo de aparejos se recuperaron 1.667 miños, 277 rascos, 761 trasmallos, 51 vetas y trece volantines.

Entre las nasas sobresalen las de pulpo, nécora y camarón, con 13.773 intervenidas. A las que se sumaron 179 nasas de centollo, 36 de choco, una de langosta/bogavante, 24 nasas de peces y 531 nasas butrón o voitirón, como las que se usan para lamprea.

La vigilancia aérea se impone en las rías

Manuel Méndez

Tampoco hay que perder de vista artes tan conocidas y controvertidas como los cacharros –usados para el pulpo–, con 13.231 unidades decomisadas este año.

Para que el lector se haga una idea de la amenaza para el medio marino que supone el furtivismo hay que sumar a los decomisos citados –y a la acción de las redes fantasma– el manejo ilegal de artes de anzuelo, marisqueo y buceo.

Desde enero se recuperaron 71 palangrillos, dos palangres, siete poteras, once raños, 44 raspas, cuatro rastros, quince sachos, una botella de aire, tres equipos completos de buceo, dos trajes de neopreno y 47 objetos más vinculados al submarinismo.

Pero el balance no termina ahí, sino que incluye la incautación de trece embarcaciones, una jaula de las empleadas para mantener producto ilegal dentro del agua y dos vehículos. Sin olvidar 64 viveros ilegales, 52 capazos y 162 bolsas de red también recuperadas por Gardacostas.

Tres llamativos operativos en solo tres días

Los operativos desplegados por Gardacostas están siendo constantes en los últimos días, y en todas las rías.

De las intervenciones realizadas para cerrar octubre destaca una en el entorno del islote Areoso, en la ría de Arousa, en la que se instruyeron dos actas y se decomisaron diez nasas de centollo, treinta nasas de nécora, siete kilos de pulpo, 4,5 de congrio, seis kilos de centollo y tres kilogramos de nécora, devolviendo todo el marisco al mar.

Al día siguiente la unidad central de Gardacostas, con ayuda de una embarcación auxiliar del buque «Irmáns García Nodal», intervenía de nuevo en Areoso y sorprendía a más ilegales.

Esta vez levantaba tres actas de presunta infracción y decomisaba 50 nasas nécora, diez de pulpo, 17 kilos de este cefalópodo y cuatro de nécora.Ya el miércoles se vivió un despliegue importante en los pantalanes del muelle de O Xufre (A Illa), donde a la unidad operativa central se sumaban la de Vilaxoán, seis buzos del «Irmáns García Nodal» y cuatro de la Guardia Civil.

El resultado, un acta de inspección, otra de presunta infracción y una tercera de incautación tras la recuperación de tres viveros, 69 sacos, tres saquetes, 78,5 kilos de centolla ovada –y en veda– 184 quilos de almeja rubia, 1,5 de camarón, la misma cantidad de coquina y de ameixón, 4,5 quilos de carneiro y 112,5 de almeja japónica, todo ello sin identificar y devuelto al mar.

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