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El número de nacimientos ha caído un 75% en la comarca desde 1975

Hace medio siglo, los concellos arousanos y de O Ullán sumaban 1.800 bebés y en 2024 apenas llegaron a los 400 | Vilagarcía pasó de 581 alumbramientos hace 50 años a 189

Las familias con más de un hijo tienden a la baja en los últimos años.

Las familias con más de un hijo tienden a la baja en los últimos años. / Iñaki Abella

Arousa

La comarca de O Salnés tiene hoy menos niños que nunca. Medio siglo después del último gran «baby boom», los registros civiles muestran una curva descendente que no deja lugar a dudas: los nacimientos han caído más de un 75% desde 1975. En ese año, los once concellos del área arousana y O Ullán sumaban más de 1.800 bebés. En 2024, apenas llegaron a 400.

El caso más ilustrativo es el de Vilagarcía, cabecera comarcal y motor económico de la zona. En 1975, el municipio registró 581 nacimientos; el pasado año, 189. Es decir, tres veces menos. Una tendencia que se repite —con matices— en todos los concellos vecinos y que dibuja un panorama demográfico muy distinto al de hace medio siglo: menos nacimientos, más envejecimiento, y un crecimiento poblacional sostenido solo por la inmigración y la llegada de nuevos residentes.

Los datos de Vilagarcía reflejan una evolución continuada. Durante los años setenta, el municipio superaba con holgura los 500 nacimientos anuales, una cifra que hoy se antoja lejana. En los ochenta, la natalidad comenzó a desplomarse: la media anual bajó a 404 nacimientos, y en los noventa descendió por debajo de los 300.

El cambio de siglo trajo un ligero repunte, coincidiendo con la llegada de población extranjera y un leve rejuvenecimiento de la estructura familiar. En 2005 y 2006 se alcanzaron 346 nacimientos, pero el incremento fue efímero. Desde entonces, la tendencia descendente se acentuó hasta los mínimos actuales: 184 nacimientos en 2023 y 189 en 2024, los niveles más bajos desde que existen registros modernos.

Gráfico que muestra la marcada tendencia negativa en el número de nacidos en los concellos de O Salnés y Ullán.

Gráfico que muestra la marcada tendencia negativa en el número de nacidos en los concellos de O Salnés y Ullán. / FdV

Lo paradójico es que, mientras las cunas se vaciaban, el padrón municipal crecía. En 2004, Vilagarcía contaba con 35.053 habitantes; en 2024, alcanza los 37.761. Un aumento de 2.700 personas en veinte años que, sin embargo, no procede de los nacimientos locales, sino de los movimientos migratorios, tanto internos (de otros municipios gallegos) como externos (de otros países). El municipio se consolida así como un polo de atracción residencial, pero sufre el mismo desequilibrio que el resto del país: más población total, menos nacimientos, y un envejecimiento cada vez mayor.

El fenómeno no es exclusivo de Vilagarcía. Todos los concellos arousanos comparten la misma tendencia, con caídas que oscilan entre el 60% y el 85% en medio siglo. En Cambados, segundo municipio más poblado de la comarca, pasó de 243 nacimientos en 1975 a 85 en 2024; Vilanova redujo su cifra de 300 a 48, una pérdida de más del 80%; y en O Grove, los nacimientos descendieron de 206 a 44. En A Illa, que comenzó a tener registros propios a finales de los noventa, se ha mantenido estable entre 20 y 50 nacimientos anuales, aunque también con tendencia a la baja.

En los municipios del interior, el retroceso es todavía más severo: Catoira bajó de 71 a 13; Valga, de 127 a 25; Ribadumia, de 76 a 26; Meaño, de 105 a 20; y Meis, de 84 a 20. Pontecesures pasó de 63 nacimientos en 1975 a 16 en 2024.

Si en 1975 los once municipios sumaban más de 1.800 nacimientos, en 2024 la cifra conjunta apenas superó los 400. En términos proporcionales, O Salnés ha perdido tres de cada cuatro nacimientos en medio siglo.

El panorama invita a la reflexión. Si la tendencia continúa, O Salnés podría ver reducida su base de población activa en la próxima década, con impacto directo en la economía, el consumo y la sostenibilidad de los servicios públicos. Mientras tanto, la comarca sigue escribiendo su historia demográfica en números descendentes. De las cunetas llenas de carritos de bebé de los años setenta a las aulas con menos alumnos actuales, O Salnés vive una transformación silenciosa, pero profunda: cada vez más habitantes, y cada vez menos nacimientos.

Desde el 2010 la natalidad desciende sin freno

Los años ochenta marcaron el punto de inflexión. La llegada de métodos anticonceptivos, los cambios sociales y económicos, y la progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral modificaron radicalmente los patrones familiares. El número medio de hijos por mujer cayó en picado, y con él, los nacimientos.

En los noventa y los 2000, la comarca mantuvo un leve equilibrio gracias a la llegada de nuevas familias y a la inmigración exterior, especialmente de América Latina y Europa del Este. En municipios como Vilagarcía, Cambados o Vilanova, se vivió una «segunda ola» de natalidad moderada entre 2002 y 2008, pero la crisis económica volvió a frenar la curva. Desde 2010, el descenso ha sido constante. Los datos más recientes reflejan una tasa de natalidad en mínimos históricos, muy por debajo de los niveles necesarios para garantizar el relevo generacional (2,1 hijos por mujer).

La tendencia a la baja es compartida en toda España.

La tendencia a la baja es compartida en toda España. / Europa Press

Las consecuencias de este fenómeno son visibles en todos los ámbitos: aulas con menos niños, escuelas rurales cerradas, menor demanda en pediatría y un crecimiento exponencial de los servicios sociales vinculados a la tercera edad.En municipios como Catoira o Meis, los nacimientos anuales apenas llegan a una veintena, mientras la población mayor de 65 años supera el 30%. En Vilagarcía, aunque la estructura es más equilibrada, el envejecimiento sigue avanzando: el 24% de los vecinos tiene más de 65 años, frente al 14% en 1991.

Consecuencias paralelas con la infancia como foco

El contraste entre natalidad y padrón es una de las claves de la nueva demografía arousana. Mientras los nacimientos se desploman, el número de habitantes totales se mantiene o incluso crece.En 2004, la comarca, incluyendo a los once concellos de O Salnés y Ullán, rondaba los 105.000 habitantes; en 2024, se aproxima a los 115.000. El crecimiento se concentra en Vilagarcía, Cambados y O Grove, que actúan como núcleos de atracción residencial y laboral, mientras los municipios del interior pierden población joven.

Los flujos migratorios compensan parcialmente la baja natalidad, pero sin corregir el envejecimiento. Los recién llegados suelen tener una edad media joven y una mayor propensión a formar familias, lo que mitiga temporalmente la caída de nacimientos, aunque no la revierte.

O Salnés creció en 10.000 habitantes en la última década

La situación plantea un reto estratégico para los ayuntamientos: cómo mantener los servicios públicos, la oferta educativa y la actividad económica en un contexto de pérdida de base demográfica joven.

Los expertos apuntan a la necesidad de políticas familiares estables, incentivos a la conciliación y medidas que faciliten el acceso a la vivienda y el empleo juvenil. Sin esas herramientas, advierten, será difícil revertir una dinámica que lleva medio siglo consolidándose.

El descenso en el número de matriculaciones en colegios, el ajuste de las ratios y la pérdida de negocios dedicados a servicios relacionados con la infancia, son otras consecuencias paralelas de una preocupante situación demográfica.

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