Entrevista | Elena Pose Cruz Neuróloga del Hospital do Salnés
«El apoyo familiar es clave en la recuperación tras un ictus»
Todos los 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que supone la segunda causa de muerte en España, la primera en mujeres. La primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia. Elena Pose Cruz, neuróloga, descubre la realidad de este problema

Elena Pose, ayer en su consulta en el Hospital do Salnés. / Noé Parga
Con motivo del Día Mundial del Ictus, la neuróloga Elena Pose deja claro que la rapidez en la detección y actuación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación completa y secuelas permanentes. La doctora también subraya que este accidente cardiovascular sigue siendo una de las principales causas de discapacidad y mortalidad, aunque también una de las enfermedades más prevenibles.
—¿Qué es exactamente un ictus?
Un ictus consiste en la aparición brusca de síntomas neurológicos, que se produce por una lesión vascular en el sistema nervioso central. Tenemos dos tipos principales de ictus: el ictus isquémico, que es el más frecuente, producido por la obstrucción de una arteria que bloquea el paso de la sangre; y por otra parte, el ictus hemorrágico, ocasionado por la rotura de un vaso, que causa una hemorragia que daña el tejido cerebral.
—¿Cuál es el perfil más habitual de los pacientes?
El perfil típico es el del adulto mayor de 60 años, con presencia de factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial, diabetes y dislipemia; así como un estilo de vida insano con falta de actividad física o consumo de alcohol o tabaco.
—¿Y las causas que llevan al ACV suelen ser comunes?
Sí, globalmente, las causas que suelen llevar al ictus son factores de riesgo cardiovascular comunes. La gran mayoría de los ictus se deben a la exposición crónica y la falta de control de estos factores. De hecho, el principal factor de riesgo modificable de ictus es la hipertensión arterial, muy frecuente en la población general.
—¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Aquí tendríamos dos categorías: factores de riesgo no modificables, que son los inherentes al individuo y por otra parte los factores de riesgo modificables, que son aquellos sobre los que podemos actuar para evitar la aparición del ictus. Dentro de los no modificables tendríamos la edad, ser varón, los antecedentes familiares o la predisposición genética. Los principales factores sobre los que podemos actuar serían la hipertensión arterial, dieta, inactividad física, tabaquismo, así como obesidad abdominal, diabetes o dislipemia. La presencia de arritmias como la fibrilación auricular también constituye un factor de riesgo.
—¿Se puede prevenir de alguna manera o nadie es ajeno a este problema, independientemente de su estilo de vida?
La gran mayoría de los ictus están relacionados con factores de riesgo modificables, y la intervención sobre estos factores puede reducir de manera significativa la incidencia de ictus en la población general. Sin embargo, nadie es completamente ajeno a este problema, incluso con un estilo de vida saludable, debido a la existencia de factores de riesgo no modificables y causas raras o genéticas.
—¿Qué síntomas deben alertarnos de que se está produciendo un ictus?
Para identificar los síntomas más frecuentes podemos recurrir a las 3F: «fala, forza e faciana», que consisten en dificultad para hablar (fala), debilidad en un brazo y/o pierna (forza) y asimetría o caída de un lado de la cara (faciana). Sin embargo, la carta de presentación de un ictus puede cursar con síntomas muy variados, por lo que deberíamos estar alerta ante cualquier aparición brusca de clínica neurológica.
—¿Qué pasos deben seguirse desde que se detecta el ictus hasta la llegada al hospital?
Lo más importante consiste en reconocer el ictus de forma temprana. Una vez que tenemos la sospecha, debemos alertar al servicio de emergencias de forma inmediata para que el paciente sea traslado al hospital en ambulancia. El manejo precoz es muy importante porque «el tiempo es cerebro». Mientras no llega la ambulancia, debemos permanecer con el paciente, colocarlo en posición lateral de seguridad, y no darle de comer ni de beber.
—¿En qué se ha avanzado desde el punto de vista médico para el tratamiento de esta anomalía?
El avance más significativo se centra en las terapias de recanalización, que lo que pretenden es restaurar el flujo sanguíneo cerebral y son aplicables en la etapa aguda del ictus isquémico (aunque no todos los pacientes son candidatos). Disponemos de dos terapias: tratamiento médico, que consiste en administrar un fármaco por vía intravenosa con la intención de disolver el coágulo; y por otra parte, un procedimiento endovascular realizado por los neurorradiólogos, que consiste en la extracción mecánica del trombo que está ocluyendo la arteria cerebral. Pero también hay avances desde el punto de vista diagnóstico, así como en la prevención secundaria y manejo a largo plazo.
—Una vez superada la fase aguda del ictus, ¿qué tipo de secuelas son más frecuentes y cómo se trabaja desde la neurología en la recuperación?
Las secuelas más frecuentes consisten en déficit motor, alteraciones en el lenguaje, trastorno cognitivo, inestabilidad para caminar o incluso dificultad para tragar. Para ello es fundamental el abordaje multidisciplinar y el inicio precoz de rehabilitación con terapias adaptadas para cada paciente, esencial para la recuperación funcional. También es importante en esta etapa las intervenciones terapéuticas para el manejo de síntomas como pueden ser espasticidad, dolor o trastornos neuropsicológicos.
—¿Qué consejos daría a las familias que conviven con una persona en recuperación tras un ictus?
El apoyo de la familia es una parte fundamental en la recuperación tras un ictus. Es importante conocer las posibles dificultades o secuelas que pueden aparecer, y aprender estrategias para ayudar al paciente, favoreciendo su independencia siempre que sea posible. También resulta útil recibir formación en cuidados básicos, como la alimentación y la deglución, para evitar complicaciones. Además, acompañar emocionalmente al paciente y participar en su proceso de rehabilitación facilita la adaptación a los cambios y refuerza la motivación día a día.
Suscríbete para seguir leyendo
- Pide ayuda para encontrar un sobre con dinero que perdió en Cambados
- Mexillón de Galicia declara la guerra a los tarugos
- La pesca ilegal arrasa las rías
- La Guardia Civil detiene en Cambados a dos personas por presuntos delitos contra la libertad sexual de una menor
- El mejillón de Chile, Marruecos y Países Bajos preocupa en Galicia
- Otra víctima en las maltrechas zonas peatonales de Vilagarcía
- La Cofradía do Centolo Larpeiro cita a sus cofrades en la bodega Pazo Baión
- Los depuradores creen positivo que las cofradías reconozcan un «problema estructural» en el marisqueo