Valga apela a la concienciación para ahorrar y salvar el medio ambiente
El Concello pide a los vecinos que eviten tirar residuos impropios al retrete
Los anima a reciclar ropa usada y aceite doméstico

El Concello quiere informar a los vecinos y pide su colaboración. / FdV

El Concello de Valga, que lleva años fomentando el compostaje, pidiendo a los vecinos que no depositen basura fuera de los contenedores y fomentando el uso del punto limpio, intensifica su plan de acción pidiéndoles que eviten tirar residuos impropios en los inodoros y animándolos a reciclar ropa usada y el aceite de cocina.
Es por ello que ha puesto en marcha una nueva campaña informativa a pie de calle, esta vez para trasladar al vecindario el impacto negativo que puede tener una mala gestión de los productos textiles y del aceite, abogando por su separación y reciclaje.
En la propuesta divulgativa que ya recorre el municipio –el viernes en el Auditorio y el día 7, ante el centro de salud– se ofrece detallada información sobre la correcta gestión de tales elementos y el modo de deshacerse de ellos «sin dañar el medio ambiente», ya que «prácticas como tirar el aceite doméstico por el fregadero o el inodoro son nocivas».
De la ropa vieja que ya sobra en casa se dice que causa «uno de los mayores impactos negativos, con más de un millón de toneladas de residuos al año», de ahí que se recuerde que el punto limpio «es un servicio gratuito que dispone de una red de contenedores distribuidos por toda la localidad para que la población deposite tanto eso restos textiles como el aceite».
Por si no fuera suficiente, «está en marcha una campaña de recogida de calzado y prendas usadas para distribuir entre familias en situación de vulnerabilidad».
Además de recibir información, a cuantos se acercan a la carpa informativa itinerante del Concello se les entrega un embudo que facilita el reciclaje del aceite, así como un imán con explicaciones sobre la correcta separación de los restos citados.
Unos embudos «que los vecinos también pueden solicitar en el consistorio y se repartirán durante las visitas de control a los composteros domésticos» cedidos a un millar de viviendas valguesas.
Como se decía antes, al margen de esta iniciativa, financiada por la Consellería de Medio Ambiente, el Concello pide ayuda para reducir las incidencias que se registran en la red de saneamiento «debido a comportamientos imprudentes cada vez más frecuentes».
Se refiere el gobierno de José María Bello Maneiro a que «algunos vecinos tiran por el inodoro materiales no biodegradables y otros productos que pueden obstruir el alcantarillado y contaminar las aguas».

El reparto de embudos. / FdV
Se refiere el concello a toallitas húmedas, que «son uno de los principales problemas de la red, puesto que provocan grandes atascos y averías», y a compresas, tampones y pañales, «que como no se deshacen atascan las tuberías y causan daños en las depuradoras».
Pero hay otros elementos que no deben acabar en el retrete, como preservativos, «que están diseñados para no romper y quedan atrapados en las tuberías», y bastoncillos, tanto con cuerpo de plástico como de cartón compactado, ya que «resisten durante siglos».
Tiritas, hilo dental, colillas, pinturas, disolventes, medicamentos, comida y aceite –un solo litro contamina hasta mil litros de agua– son otros artículos que, a toda costa, hay que evitar depositar en el váter, ya que además de atascar las tuberías y dañar el medio ambiente generan gastos extra a las arcas municipales y provocan una proliferación de bacterias que generan malos olores.
- Pide ayuda para encontrar un sobre con dinero que perdió en Cambados
- Mexillón de Galicia declara la guerra a los tarugos
- La pesca ilegal arrasa las rías
- La Guardia Civil detiene en Cambados a dos personas por presuntos delitos contra la libertad sexual de una menor
- El mejillón de Chile, Marruecos y Países Bajos preocupa en Galicia
- Otra víctima en las maltrechas zonas peatonales de Vilagarcía
- La Cofradía do Centolo Larpeiro cita a sus cofrades en la bodega Pazo Baión
- Los depuradores creen positivo que las cofradías reconozcan un «problema estructural» en el marisqueo