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Mar avala un paro biológico subvencionado de seis meses para la cofradía San Martiño

Es un cese de actividad "por causa de fuerza mayor" que beneficia a 263 titulares del permiso de explotación marisquera | Se busca la recuperación de especies como al almeja babosa y la fina, castigadas desde el año 2023

Mariscadores de la cofradía San Martiño, en plena actividad.

Mariscadores de la cofradía San Martiño, en plena actividad. / Paco Luna

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Los mariscadores de a pie –la inmensa mayoría son mujeres– de la cofradía de pescadores San Martiño, con sede en O Grove y socios de esta localidad, Meaño, Cambados, Poio, Sanxenxo y Ribadumia, no salen a faenar desde principios de mes.

No lo hacen porque se han acogido a un cese de actividad y/o paro biológico "por causa de fuerza mayor" subvencionado que beneficia directamente a 263 titulares del permiso de explotación marisquera.

Es una medida de seis meses de duración susceptible de ser ampliada en caso de que los informes que se vayan elaborando en los próximos meses por la Xunta y la propia cofradía indiquen que no se está logrando el objetivo marcado: recuperar la productividad de bivalvos.

Esta decisión de carácter técnico está sustentada en los informes de los biólogos de ambas partes, en base unos muestreos en los que quedó de manifiesto que la precaria situación de la población de especies como la almeja babosa, la japonesa y la fina.

Esos mismos informes detallan también que es inútil tratar de recurrir a la extracción de especies secundarias, porque esto no compensaría de ningún modo la pérdida de productividad de las especies principales.

Una mariscadora bajo el puente de A Toxa.

Una mariscadora bajo el puente de A Toxa. / Paco Luna

Esto quiere decir que el marisqueo a pie de la cofradía San Martiño permanecerá paralizado, al menos, hasta el 31 de marzo, con la intención de "dejar respirar al mar y a los bivalvos".

De esta forma tan elocuente presentan en la cofradía que preside María Besada las medidas adoptadas por Mar a favor de este pósito mancomunado, al tiempo que muestran su total gratitud a la Consellería do Mar y dicen confiar en que este cese de actividad contribuya a recuperar el esplendor perdido en sus autorizaciones.

Lo que hacen las mariscadoras (y mariscadores) de a pie de San Martiño es beneficiarse de su primer cese de actividad, ya que únicamente habían parado durante la pandemia por covid, para intentar recuperarse de los daños que vienen arrastrando desde las riadas de 2023.

Tendrán que permanecer en casa medio año y percibirán alrededor de mil euros mensuales, lo que da una idea de la excepcionalidad de esta medida.

Una mariscadora grovense.

Una mariscadora grovense. / Paco Luna

Un plan de acción que puede tacharse de pionero y que la consellería que dirige Marta Villaverde cree plenamente justificado, a tenor de la precaria situación en que se encuentra el marisqueo en O Grove.

Para entender mejor la decisión de "dejar respirar" a sus bancos marisqueros hay que explicar que el departamento territorial de la Consellería do Mar en Vigo, dirigido por la arousana Elena Suárez, resolvió "no autorizar" el plan de gestión de moluscos bivalvos que la propia Xunta había concedido a San Martiño en el Plan Xeral de Explotación Marisqueira 2024–2026.

Y si tumbó ese plan fue a causa de la existencia de informes técnicos "desfavorables", propiciados por el "mal estado de los recursos", que "aconsejan cerrar los bancos a la extracción".

A esto se suma el "Informe sobre la situación del plan de gestión de moluscos bivalvos y gasterópodos a pie en zonas de autorización de la cofradía de O Grove", emitido por la técnica de Recursos Mariños de la propia Consellería do Mar.

Mariscadores de San Martiño en Rons.

Mariscadores de San Martiño en Rons. / Paco Luna

En ese documento se recomienda adaptar el plan de explotación "a las circunstancias actuales" y se propone expresamente "el cierre temporal de la actividad extractiva por un periodo de seis meses, desde el 1 de octubre de 2025 al 31 de marzo de 2026".

Una propuesta que la junta general de la cofradía San Martiño aprobó por unanimidad en una reunión extraordinaria mantenida el pasado lunes.

El citado informe desfavorable de Recursos Mariños hace hincapié en que "la gran caída de producción" del último lustro "se ha visto acentuada en los dos últimos años".

Esto provocó "un descenso del esfuerzo extractivo diario en los bancos" que ha hecho que de 311 mariscadoras en 2023 se pasara a 270 en la actualidad.

Asimismo, "aunque se implementaron medidas correctoras, han sido insuficientes y no compensan la bajada de producción", como queda de manifiesto en el "descenso de topes de captura" o la desaparición de la almeja babosa.

La japónica tampoco rinde

De igual modo, los técnicos aseguran que "se prevé una recuperación muy lenta" de esta especie y que el sctok de almeja japónica, con tallas medias cercanas a la mínima (35 a 37 milímetros) requieren del establecimiento de topes bajos.

En los episodios de elevada pluviosidad, la pluma de agua dulce del río Ulla se extiende por la superficie de la zona central de toda la ría de Arousa

Y aún así, en caso de seguir faenando se vería comprometida su sostenibilidad y su papel como "base económica del sector", explica el informe técnico al que ha tenido acceso FARO DE VIGO.

En cuanto a la almeja fina, los mismos estudios dicen que "hay una tendencia a la baja muy acentuada", con un descenso del 73% de en las extracciones, "a causa de la situación meteorológica extrema del año 2023", cuando se registraron "lluvias muy intensas y prolongadas en el tiempo que causaron grandes mortalidades".

Meteogalicia e Intecmar

En relación con esto se han tenido en cuenta los informes de Meteogalicia en los que se indicaba que las intensas lluvias habían provocado "un descenso de la salinidad de las aguas costeras que afectó a los moluscos bivalvos".

A lo que se sumaba un informe del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar) dejando clara la influencia de aquellas precipitaciones de octubre y noviembre de 2023 en el sctok de bivalvos de interés comercial en el banco marisquero infralitoral de Os Lombos do Ulla.

Del informe del Intecmar se desprende, además, que "del 4 al 16 de noviembre de 2023 se registraron varios periodos de baja salinidad en la desembocadura del Ulla que pudieron causar mortalidades, de moderadas a severas, en las poblaciones de moluscos de los bancos marisqueros".

Para añadir que "este efecto pudo verse agravado por la situación comprometida en la que se encontraban las poblaciones de moluscos infaunales después de una temporada de temperaturas de agua del mar inusualmente altas".

Sálvora

Para sentenciar el Intecmar que "en los episodios de elevada pluviosidad, la pluma de agua dulce del río Ulla se extiende por la superficie de la zona central de toda la ría de Arousa", siendo perceptible incluso en el agua superficial a la altura de Sálvora y, en consecuencia, pudiendo afectar a los bancos de O Grove.

Una caída constante desde antes del covid, agravada en invierno de 2023

La lonja de contratación de O Grove refleja claramente la caída constante de producción marisquera, en lo que a bivalvos se refiere.

Prueba de ello es que la cofradía de pescadores San Martiño subastaba en el año 2017 un total de 444 toneladas, y eso que ya venía acusando unos problemas de productividad que se habían generalizado en la ría.

Al año siguiente la «rula meca» colocó en los mercados 323 toneladas de almeja y berberecho, mientras que en vísperas de la pandemia se subastaron 332, para caer a 249 toneladas de dichas especies en pleno confinamiento.

Ya en 2021 las cosas parecían estabilizarse, con 266 toneladas vendidas, pero todo volvió a complicarse en 2022, cuando se comercializaron 238, y se fue al traste en 2023, que se cerró con apenas 218 toneladas. Lo peor aún estaba por llegar, puesto que las consecuencias de las intensas precipitaciones y riadas de aquel invierno iban a pagarse en 2024, de ahí que las ventas de almeja y berberecho en el puerto grovense se desplomaran hasta 152.

Ya en caída libre, en lo que va de año son apenas 93 las toneladas vendidas, de ahí la decisión de «resetear», frenando por completo el marisqueo a pie durante seis meses antes de volver a empezar.

Claro que el problema se nota mucho más si se analiza exclusivamente lo sucedido con la babosa y la fina. De la primera especie se subastaron 50 toneladas en 2020, para caer a la mitad al año siguiente, limitarse a 11 toneladas en 2023, desplomarse hasta 78 toneladas en 2023 y desaparecer casi por completo en 2024 y en el presente ejercicio, con una tonelada y apenas 39 kilos, respectivamente.

Con la fina ocurre lo mismo: 41 toneladas en 2020 y 2021, 28 en 2022, 22 en 2023, 5 el año pasado y 2,5 toneladas este año.

Todo esto, que en su momento ya propició el cese de actividad en otras cofradías, resume el problema que arrastra la cofradía San Martiño desde entonces, lo cual explica que ahora se le conceda el citado paro de seis meses.

Una medida que se antoja "una acción preventiva y de recuperación" para salvaguardar los recursos y proteger la biodiversidad, con la esperanza de que se regeneren las poblaciones de bivalvos en las autorizaciones de dicho pósito.

Y de paso se evita la sobreexplotación de las pocas zonas y especies que podrían trabajarse ahora mismo.

Un plan modificado con efectos retroactivos

La directora territorial de la Consellería do Mar, Elena Suárez Sarmiento, firma la resolución que adapta las medidas del "Plan de gestión a pie de moluscos bivalvos y gasterópodos en las zonas de autorización de la cofradía de pescadores San Martiño".

De este modo, con fecha de 13 de octubre y a efectos retroactivos, cierra los bancos de marisqueo a pie entre el 1 de este mes y el 31 de marzo de 2026, ambos incluidos.

También modifica el número máximo de participantes, que de 340 mariscadores a pie pasa a ser de 263.

Deben realizar actividades de semicultivo para recuperar los bancos

El cierre de los bancos intermareales de la cofradía de pescadores San Martiño durante seis meses, "por causas de fuerza mayor", lleva parejos una serie de condicionantes, de tal modo que el sector deberá realizar "múltiples actividades de semicultivo para favorecer la recuperación de los bancos".

Es el caso del traslado de recursos desde zonas "C" a los principales bancos, retirada de algas, eliminación de depredadores, siembras y tareas de oxigenación del lecho marino.

Es decir, que los mariscadores deben emplearse a fondo para "emprender acciones que favorezcan la productividad de los bancos", según se hace constar en la resolución del Departamento Territorial de Mar en Vigo por el que se modifica el plan de gestión de bivalvos de la cofradía San Martiño.

Las especies objetivo a partir del 1 de abril, si es que no se amplía el paro biológico subvencionado y no se introducen nuevas modificaciones, volverán a ser la almeja fina (Ruditapes decussatus), almeja japónica (R. philippinarum), la babosa (Venerupis corrugata), almeja bicuda (Polititapes aureus), berberecho (Cerastoderma edule), berberecho birollo (Cerastoderma glaucum), carneiro (Venus verrucosa), relojito (Dosinia exoleta), lapa (Patella spp.), caramuxa (Phorcus spp.), caramuxo (Littorina littorea), cornecho espinoso (Bolinus brandaris) y cornecho truncado (Hexaplex trunculus).

Las zonas de trabajo seguirán divididas entre O Grove, Vilalonga (Sanxenxo) y Castrelo (Cambados), en el primer caso con subzona de explotación en Praia de Lavaxeira, Meloxo, Con Roibo, Rons, Terra do Porto, Lordelo-Cubreiro, Vía Norte, Illeiriña, Cabreirón, San Bastián, Punta Cabreira, Piscina, Hotel, Vía Sur, Loraña-Sinal y Tourís de Dentro.

Los bancos de la zona de Vilalonga son los de A Fianteira, Arnosa, Peralto-A Cruz, Illote de Tourís e Illote de Marma (Banda da Canle).

Por su parte, en la zona de Castrelo se mantienen los bancos de Casa da Toxa, Correlo, A Pedra/Teixeira, Rego do Sol , Illote de Beiró, Praia de Saíñas, Insuíña, O Ganchiño y Praia de Confín (Peralto).

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