El Concello alegará al BIC del Muíño da Seca por «un área de cautela excesiva»
Formar parte del ámbito tiene nuevas implicaciones urbanísticas y normativas | Afecta a propiedades públicas y privadas

El área de cautela es la zona pintada de amarillo. / FdV
El Concello de Cambados va a presentar alegaciones al área de protección propuesta para el BIC del Muíño da Seca al considerarla «excesiva». Dentro de este ámbito de 578.314 metros cuadrados quedan propiedades particulares y municipales que estarían sometidas a controles que, de primeras, conllevarían una «mayor carga burocrática» a la hora de obrar y tomar decisiones.
El concejal de Patrimonio, Liso González, reconoce que no estaba muy de acuerdo con la solicitud de esta declaración, heredada del anterior gobierno local y que ya está marcha –el expediente se abrió hace algunas semanas–.
«El molino ya era público, era visitable y tenía la máxima protección, aunque estaba pendiente de desarrollarse un plan especial en las Normas Subsidiarias. La figura BIC está más bien dirigida a bienes que no tienen estas características», añadió el edil respecto a su opinión sobre una petición realizada hace dos años.
Sobre todo por las consecuencias sobre el urbanismo. Comparte la definición del área de protección más inmediata al bien, como es el estanque: «La lámina de agua es fundamental para el molino». Sin embargo, la cautela que se aplicaría sobre los terrenos de las inmediaciones le parece «excesiva».
Según la resolución de incoación de la Xunta, dentro de este entorno de protección quedan una parte del puerto de Tragove (la nave de robadallo, la carretera del Saco y el astillero y su explanada); algunos edificios de O Pombal y viviendas de Corvillón, el propio colegio público e instalaciones municipales como las pistas, el pabellón, la piscina, el edificio de usos náuticos y el campo de fútbol número 2.
«Estamos hablando de un área urbana muy desarrollada y no tiene mucho sentido porque ya está descontextualizada históricamente, desvirtuada», explicó.
Tiene pendiente una reunión con el técnico municipal de Patrimonio para estudiar al detalle el expediente de declaración, cómo afectará exactamente a nivel de tipos de permisos de obras y otras cuestiones para, a partir de ahí, elaborar unas alegaciones con una propuesta de redefinición del área de cautela.
No obstante, sí puede intuir algunas consecuencias como que muchos permisos tendrán que tramitarse a nivel administración autonómica en lugar de en la comisión local existente para cuestiones afectadas por normas de protección patrimonial. «Al final, supone complicar un poco más las cosas para las propiedades afectadas y no vemos necesidad de cargar con más burocracia a los vecinos, de penalizarlos», declaró, destacando que no se trata de evitar medidas destinadas a proteger este molino, uno de los pocos de mareas que siguen en pie en Galicia y de gran valor histórico y etnográfico.
Además, en su opinión, hay otras cuestiones que «no tienen mucho sentido» como que por un lado se establece un área de protección de 20 metros y en frente una de 250». Cree que el paseo que circunda el conjunto, que incluye la pasarela, ya delimita bien y además, ya se trata de una zona donde no se puede edificar.
Cabe recordar que el periodo de alegaciones es de un mes y que el expediente de declaración tiene un plazo de desarrollo de dos años y, en caso de no alcanzar la resolución, se daría por caducado; como pasó antes y como descubrieron las autoridades 40 años después, en 2023. Que sea BIC también obliga al Ayuntamiento a recuperar algunos elementos perdidos.
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