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Los mamíferos marinos se conocen mejor en Arousa, Pontevedra y Vigo

El BDRI cumple veinte años de investigación en torno a delfines, ballenas, orcas y nutrias

El centro asentado en O Grove emplea inteligencia artificial para la detección acústica

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Creado en 2005, el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por las siglas en inglés de Bottlenose Dolphin Research Institute), es un centro de investigación del medio marino asentado en O Grove que, lejos de limitar su actividad a la especie que le da nombre –los populares arroaces–, se dedica al estudio del conjunto de depredadores superiores.

Esto supone seguir de cerca a los delfines comunes y listados, marsopas, calderones grises y comunes, orcas, la ballena jorobada, la azul, cachalotes, rorcuales como el aliblanco y el norteño, nutrias e incluso aves marinas.

Bajo dirección del doctor en Ecología por la Universidad de Burdeos Bruno Díaz López, propicia la formación académica de científicos, responsables o técnicos de administraciones públicas y cientos de jóvenes investigadores de todo el mundo.

Estudiantes del BDRI durante una jornada de
seguimiento desde embarcación.

El doctor Bruno Díaz López. / FdV

Su estudio de la estructura social, comportamiento, comunicación y dinámicas poblacionales de todo tipo de especies marinas, incluido el seguimiento de su interacción con las actividades humanas, lo han llevado a convertirse en un centro de referencia internacional.

Y todo gracias al trabajo realizado tanto en la plataforma continental como en las rías de Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros-Noia, complementando esas investigaciones con las llevadas a cabo en el Mediterráneo, Australia y otras partes del mundo.

Una prolífica labor que este año se traduce en decenas de proyectos de calado e interés entre la comunidad científica y la población en general.

Monitoreo

Destaca, por ejemplo, el proyecto titulado «Monitoreo poblacional de delfines en las Rías Baixas (Galicia)», centrando los esfuerzos de estudiantes e investigadores titulados en la obtención de datos lo más exactos posible para determinar la cantidad de ejemplares existentes, calcular los índices de mortalidad, conocer más y mejor los de natalidad e incluso obtener conclusiones sobre fecundidad, infanticidios y otros muchos aspectos cruciales para conocer y proteger a los delfines mulares.

Arousa, Pontevedra y Vigo, cuna del estudio de los mamíferos marinos

Un delfín mular (Tursiops truncatus), en pleno «vuelo». / BDRI

Un ambicioso trabajo que se lleva a cabo en las rías antes citadas y consiste en la realización de un monitoreo regular y el empleo de varias embarcaciones para «identificar de forma exhaustiva los ejemplares avistados, tratando así de comprender su comportamiento, el estado de la población de arroaces y las amenazas que pesan sobre ellos», concreta Bruno Díaz López.

El mismo que detalla que este proyecto, que se realiza a través de Tragsatec –por encargo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco)–, no es, ni mucho menos, el único que está en marcha.

Vida social

Prueba de ello es el «Estudio de la vida social de delfines mulares residentes en Galicia», convertido en «uno de los proyectos principales del BDRI», que lo financia «exclusivamente con fondos propios».

Su objetivo es conocer en profundidad la vida social de los arroaces gallegos a partir de la «identificación de los ejemplares residentes desde hace más de diez años», determinando «cómo estos animales se relacionan, crecen, forman nuevas generaciones, viven la senescencia y desarrollan complejas estructuras sociales».

Asegura el director el BDRI que «este seguimiento prolongado en el tiempo permite realizar estudios científicos de gran relevancia, aportando datos únicos sobre la evolución de la vida social, la cohesión grupal y los cambios generacionales entre los delfines gallegos».

Detección acústica

Al margen de este estudio, que ha dado pie a varias publicaciones científicas a nivel internacional, Bruno Díaz alude al proyecto Delsonic, centrado en la «detección acústica mediante inteligencia artificial» y desarrollado en colaboración con la Universidade de Vigo y el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar).

En el mismo, desarrollado con apoyo económico de la empresa de transformación digital Mensoft, «hemos empleado inteligencia artificial para la detección acústica de los delfines, lo que nos ha permitido obtener estimaciones poblacionales de abundancia de manera más precisa y eficiente».

Disuasores

No menos importante resulta la «Evaluación de elementos disuasorios acústicos en la pesca de cerco», que es como se denomina el proyecto que el BDRI lleva a cabo en colaboración con entidades como la Asociación de Armadores de Vigo, financiado por la Fundación Biodiversidad dentro del conocido Programa Pleamar.

El BDRI también se centra en el delfín común (Delphinus
 delphis) y el delfín listado (Stenella coeruleoalba).

Estudiantes del BDRI en plena observación. / FdV

En este caso, como se avanzó en su momento, el BDRI evalúa el mayor o menor grado de eficacia de disuasores acústicos, tratando de encontrar el modo de minimizar la interacción de cetáceos con la pesca de cerco, para así evitar daños tanto a los animales como a los aparejos.

Tráfico marítimo

Relacionado con este tipo de estudios se encuentra el bautizado como «Impacto del tráfico marítimo en la ría de Vigo», en este caso fruto de un convenio con el Grupo Davila y Terminales Marítimas de Vigo (Termavi).

Lo que hacen Bruno Díaz y su equipo con esta campaña en la ría viguesa es «analizar el impacto del tráfico de embarcaciones en los movimientos y el hábitat de los delfines».

Para ello, el BDRI desarrolla campañas de observación marina, analiza en sus instalaciones de O Grove todo tipo de datos y elabora informes científicos «orientados a la conservación de los delfines y la gestión sostenible de las actividades portuarias».

En una línea de acción semejante se encuadra el estudio de la incidencia del tráfico marítimo en las poblaciones de ballenas, al abrigo del proyecto internacional Interreg Atlantic Area.

«En este proyecto internacional colaboramos con centros y universidades de diversos países europeos –Francia, Irlanda, Portugal y España– para analizar el impacto de grandes embarcaciones en la distribución y conservación de las ballenas», esgrime Bruno Díaz.

«Atlantic Whale Deal»

Se hace en sintonía con el acuerdo «Atlantic Whale Deal», que tiene como objetivo «garantizar que los barcos no choquen accidentalmente con ballenas probando tecnologías nuevas e inteligentes para reducir las colisiones».

Esto implica aplicar técnicas de localización para encontrar ballenas, la elaboración de mapas que indiquen dónde hay riesgo de colisiones y la creación de herramientas para reducir el ruido en el océano.

Todo ello mediante la implicación de «un equipo de expertos en física, ingeniería, biología, estadística, diseño y economía social de los cuatro países impulsores», en colaboración con Gobiernos, empresas y organizaciones como el propio BDRI.

El mismo centro que –por citar otros ejemplos de su trabajo este año– ha dedicado especial atención al estudio de la comunicación vocal de los delfines mulares.

De hecho, «hemos publicado una investigación científica en la prestigiosa revista especializada ‘Bioacustics’ y están en proceso varias publicaciones más», anuncia Bruno Díaz.

Isla de Malta

Tampoco se olvida del estudio «sobre la distribución de los delfines mulares en la isla de Malta y los factores que afectan a la conservación de esta especie en dichas aguas».

Una investigación publicada recientemente en la revista «Marine Environmental Research» que «aporta información clave para la conservación y la gestión de las actividades humanas en áreas con alto tráfico náutico y desarrollo de la acuicultura marina».

Por si no fuera suficiente, el BDRI mantiene activos «otros proyectos centrados en la ecología, comportamiento y conservación de mamíferos marinos, así como en la formación de futuras generaciones de científicos, colaborando con instituciones nacionales e internacionales y pensando siempre en la protección de la biodiversidad marina», sentencia Bruno Díaz.

Estudiantes de todo el mundo y acreditados biólogos

El BDRI contó en los últimos años con la participación de cientos de estudiantes de todo el mundo, especialmente europeos y americanos.

Esto se debe a que uno de los objetivos de este centro es «formar a futuros científicos en la investigación sobre mamíferos marinos», para lo cual ofrece «una gran variedad de programas y oportunidades a estudiantes en todas las etapas de su vida académica», permitiéndoles desarrollar acciones de investigación científica y formar parte de proyectos con los que incrementar la experiencia profesional».

Están dirigidos por el doctor Bruno Díaz López, en cuyo equipo de trabajo se integran la doctora Severine Methion y las biólogas Nathalie Dunel-Roig, Joyce Acenha, Clement Philippon, Lola Ratouis y Olga Mosca, que en breve se convertirá en doctora por la Universidade de Santiago de Compostela.

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