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La Mancomunidade reeditará el contrato comarcal de basura y hay más municipios interesados

El actual está a punto de expirar y sirve a Vilanova, Cambados y Meis

Un camión de la basura en Arousa.

Un camión de la basura en Arousa. / Noe Parga

O Salnés

La Mancomunidade do Salnés va a reeditar la fórmula de un contrato comarcal para el servicio de la basura. El actual está a punto de caducar, así que en breve iniciará la redacción de los pliegos y consultará a todos los Concellos porque algunos han mostrado interés en sumarse a un acuerdo que por ahora sirve a Vilanova, Meis y Cambados.

El presidente, David Castro, reconoció ayer el interés de un par de Ayuntamientos, pero está a la espera de una reunión con los alcaldes. En su caso, como regidor de Ribadumia, queda descartado en principio porque está municipalizado y están satisfechos.

El actual contrato firmado con Valoriza en 2021 supone un montante total por el tiempo de duración de casi cuatro millones de euros, así que el nuevo también será millonario, pero sobre todo tendrá que afrontar otros retos.

Retos

Desde entonces se han producido importantes cambios. Cabe recordar que ya este año debería estar funcionando la llamada tasa por generación, es decir, que el ciudadano paga por la basura que genera y su impuesto debe cubrir el cien por cien del coste real del servicio, poniendo fin a la costumbre de los Concellos de asumir el habitual déficit. En municipios como Meis supone unos 100.000 euros al año y unos 70.000 en Cambados y A Illa, por nombrar algunos, pero sucede en todos.

La ley estatal de residuos de 2022 prohíbe que la tasa sea deficitaria, también la de contratos públicos, pero el caso es que ahora también se debe responder ante Europa. De hecho, el Estado no hizo más que incorporar a su ordenamiento dos directivas: de 2018, que obliga a separar también la basura orgánica, y de 2019 de reducción del uso del plástico.

Las administraciones locales ya tendrían que haber aplicado esta novedad, la cual lleva a una subida en el recibo ciudadano, como ha sucedido en Sanxenxo, que estos días anunció un aumento de 35 euros al año a partir de 2026, mientras que Vilagarcía ya aplicó un incremento en el actual de 23 euros por anualidad.

Para aliviar la carga fiscal y también en consonancia con el objetivo europeo, los Ayuntamientos han elevado la apuesta por el reciclaje, pues el espíritu es que pague quien contamina. De hecho, la ciudad arousana bonifica el uso del contenedor marrón –en A Illa por el compostaje–, pero la problemática hallada para muchos está en gravar de manera justa. Lo ideal sería la contenerización y vaciado unipersonales, pero esto supone un elevado coste en medios humanos y técnicos, aunque sí se aplica en otras ciudades españolas. Y aún así tendría coste igual: el compostaje industrial tienen un canon de 51 euros por tonelada, 31 euros más barato que la incineración. Por ello, también se apuesta mucho por el «in situ».

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