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Festa do Marisco | José Antonio Cacabelos Alcalde de O Grove

«Invertiremos 950.000 euros que tenemos que recuperar»

«En pleno otoño van a pasar por O Grove unas 100.000 personas; es más meritorio que reunir a tanta gente en julio o agosto»

José Cacabelos saludando al rey Felipe VI durante el Foro La Toja, que tuvo que compatibilizar con la Festa do Marisco.

José Cacabelos saludando al rey Felipe VI durante el Foro La Toja, que tuvo que compatibilizar con la Festa do Marisco. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

O Grove

La Festa do Marisco de O Grove es, quizás, la cita gastronómica más importante de España. Sobre todo teniendo en cuenta que atrae a decenas de miles de personas en temporada baja y genera ingresos económicos en comercios, hoteles y restaurantes.

No solo en la localidad meca, sino en toda la comarca. Organizarla no es nada sencillo, como explica el alcalde, este año más criticado que nunca por esa organización.

—Le caen «palos» por todas partes, sobre todo por la contratación de productos como el pulpo.

Eso es porque siempre se habla de lo que se ve sin pensar en que durante muchas semanas y meses se hace un duro trabajo previo en el Concello, donde el personal administrativo despliega una labor fundamental.

Somos una administración pública, y esto supone que los procedimientos son totalmente diferentes a los de una empresa, pues todo se hace en base a un procedimiento jurídicamente regulado.

Por eso me sorprende tanto que algunos, ya sea por ignorancia o por difundir bulos en torno a la fiesta, cuestionen los procedimientos realizados.

Es necesario aclarar que absolutamente todo lo que se contrata en la fiesta está regulado por la ley de contratos del sector público, y dependiendo de los importes se hace una licitación o un negociado.

En el caso del pulpo, como en el del berberecho, navaja, choco, arroz, carpa-cafetería, artesanía y demás, se licitaron a través de una plataforma informatizada que gestiona la Xunta en la que se presentan las ofertas telemáticamente.

Nosotros establecemos el día y hora para abrirlas, y hasta ese preciso momento es imposible acceder a las propuestas, dado que todo está encriptado. Así pues, no cabe sospecha alguna. Además, el acto en el que se abren los pliegos es público.

Cuando una licitación queda desierta, como la del pulpo, la propia ley contempla el procedimiento negociado sin publicidad, que permite al Concello ponerse en contacto con empresas de acreditada experiencia para abrir una negociación, en la que hay que mantener la base sustancial de la licitación, pero con aspectos menores susceptibles de ser modificados.

Eso fue lo que hicimos con el pulpo: contactamos con tres empresas y a todas les propusimos lo mismo, presentándose a la negociación solo una.

Nosotros llevamos todo el peso para montar carpas, pagar conciertos y actividades culturales y para contratar personal, en este caso 60 personas a las que se suman quince trabajadores municipales

José Cacabelos

— Alcalde de O Grove

—Con el puesto del berberecho también hubo problemas...

En este caso se licitó y de repente el beneficiario pidió negociar, para acabar dejándonos tirados apenas dos días antes del comienzo de la fiesta.

Esa negociación no era posible porque se hizo una licitación y esa persona se quedó con el contrato bajo unas condiciones determinadas e inamovibles que tenía que cumplir; cambiarlas a posteriori sería totalmente ilegal.

—Es decir, que todo se hizo de manera correcta...

Por supuesto. Todo este sistema está montado para los productos o puestos que el Concello no tiene capacidad de asumir, de ahí que a los beneficiarios les pidamos un 30% de los ingresos, porque la fiesta supone un enorme esfuerzo económico que de algún modo hay que recuperar.

Nosotros llevamos todo el peso para montar carpas, pagar conciertos y actividades culturales y para contratar personal, en este caso 60 personas a las que se suman quince trabajadores municipales.

Todo eso hay que pagarlo, y son unos costes que tenemos que recuperar a través de ingresos como ese canon del 30% a las concesiones, ya que, insisto, carpas, cajas, mesas, personal, limpieza, publicidad y todo lo demás corren por nuestra cuenta.

Antes del pistoletazo de salida a esta edición ya habíamos comprometido 700.000 euros en gastos

Tanto es así que antes de encender los fogones ya teníamos invertidos 72.000 euros en las carpas, en torno a 70.000 para pago de personal y 200.000 euros en la compra de producto, que es una cifra que aumenta a medida que se va agotando. Y también antes de empezar tuvimos que sufragar 240.000 euros para los conciertos y actividades, más 32.000 en tasas a Portos...

Es decir, que antes del pistoletazo de salida a esta edición ya habíamos comprometido 700.000 euros en gastos. La fiesta del año pasado costó alrededor de 921.000 euros, que es una cantidad inasumible para un Concello como el nuestro. De ahí la importancia del canon, las subvenciones y los patrocinios, pues de este modo en 2024 conseguimos recuperar unos 900.000, siendo el año de mejor comportamiento.

—¿A cuánto se va la factura de este año?

Acabaremos esta fiesta con unos gastos de en torno a 950.000 euros que, como comprenderán todos, tenemos que recuperar, tanto con ingresos directos como con patrocinadores y las concesiones de los puestos, ya que los conciertos que financiamos son todos gratuitos.

—¿Vale la pena?

El resultado salta a la vista, porque en pleno otoño van a pasar por O Grove unas 100.000 personas, lo cual resulta mucho más meritorio que reunir a tanta gente en julio o agosto.

Si no hubiera Festa do Marisco la campaña turística habría finalizado en la primera quincena de septiembre, y de este modo la ampliamos un mes, llenando hoteles y restaurantes.

No es nada fácil organizar un evento como este, con semanas previas de tensión y estrés

Por eso este evento es una inversión social, pues aunque entraña un enorme coste también genera actividad en todo el pueblo.

De ahí que cuando estuvimos dos años sin celebrarla, en la pandemia, el sector clamara por recuperarla. Esa es la grandeza de la Festa do Marisco, por mucho que algunos políticos se dediquen a criticarla.

Es por todo ello que quiero hacer una férrea defensa del trabajo que hace el Concello, porque no es nada fácil organizar un evento como este, con semanas previas de tensión y estrés tramitando muchísimos contratos, recabando todo tipo de informes e invirtiendo mucho dinero.

José Antonio Cacabelos Rico, alcalde de O Grove. |  Iñaki Abella

José Antonio Cacabelos Rico, alcalde de O Grove. / Iñaki Abella

Desde fuera de O Grove todos hablan maravillas de la fiesta, mientras que aquí parece que algunos prefieren que salga todo mal. Y lo más preocupante es que sean concejales los que lo desean, demostrando también que no saben cómo funciona administrativamente un ayuntamiento ni cómo son las leyes de contratos del sector público.

Claro que siempre hay errores, pero el esfuerzo y el gasto nadie puede discutirlo. No hay ningún otro ayuntamiento de nuestras características que ponga en marcha una fiesta de semejante calado, y mucho menos en octubre.

Por eso políticos, comerciantes, hosteleros, cofradía, bateeiros, empresarios y vecinos en general debemos ser conscientes de lo importante que es y entender que no se monta de la noche a la mañana con una varita mágica.

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