Los arqueólogos salvan de la desaparición nuevos restos prehistóricos en Areoso
La Fundación Luis Monteagudo interviene en la mámoa 3, amenazada por el impacto de las mareas, y encuentran restos de cerámica y biológicos | Los técnicos trabajan en identificar y catalogar correctamente esos hallazgos

Imagen de la mámoa 3 durante la excavación en la que se aprecia la proximidad de la misma al mar. / Amare Turismo Náutico
A. G.
Ocho años después de la prolífica intervención realizada en la mámoa 4, los arqueólogos han regresado al islote Areoso para actuar en otro de los monumentos megalíticos que allí existen, la identificada como mámoa 3, amenazada desde hace años por los efectos de las mareas y muy cerca de desaparecer a causa de las mismas. Los trabajos, que se han desarrollado entre finales del mes de julio y principios del de septiembre, han sido acometidos por los arqueólogos de la Fundación Luis Monteagudo, una entidad sin ánimo de lucro centrada en salvar el patrimonio cultural de Galicia, especialmente el arqueológico .
La excavación ha podido sacar a la luz un monumento megalítico no muy grande, conformado por siete losas de las que no se conserva la tapa que cubría la estructura. En las inmediaciones aparecen otro tipo de estructuras posteriores a la original, lo que ayudaría a respaldar la teoría de que el islote estuvo ocupado durante un período largo de tiempo por parte de las sociedades primitivas posteriores a las del monumento megalítico original. A ello se suma que se han podido recoger restos importantes de cerámica de diferentes cronologías que, a falta del estudio en profundidad en el que se está trabajando, podrían datarse entre el neolítico final y la Edad de Bronce. También se han extraído restos biológicos, pero también están pendientes de un estudio en profundidad para ver si se trata de restos de origen animal o humano.
Ese trabajo, además de arduo, llevará su tiempo, pero servirá para interpretar de forma correcta todos los datos que ofrezcan los restos que han podido ser retirados antes de una desaparición a la que la mámoa 3 parece condenada desde hace ya un tiempo.

Un grupo de arqueólogos trabajando en la mámoa 3 de Areoso / FDV
Santiago Vázquez Collazo, secretario de la Fundación Luis Monteagudo y director de la excavación que se ha acometido en Areoso este verano, reconoce que «ahora nos queda el trabajo más largo por delante, el de ir componiendo el puzzle del pasado megalítico de Areoso con los diferentes restos que hemos encontrado, además de catalogarlos y datarlos correctamente». Vázquez, que participó en la intervención arqueológica que se realizó en la mámoa 4 en 2017, explicaba ayer que esta intervención surgió «hablando con los técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural sobre el riesgo de desaparición que sufren algunos yacimientos próximos a la costa por efecto de la erosión del mar». Fue así como surgió la posibilidad de actuar sobre una mámoa como la de Areoso, que venía siendo monitorizada desde 2011, cuando salió a la luz, por miembros del proyecto Guidoiro Dixital, y cuyo proceso de degradación se ha acelerado en los últimos años por el efecto de las mareas. «Fue casi como una operación de rescate antes de que, en unos años, pueda acabar desapareciendo a causa de la subida del nivel del mar», explica Vázquez.
Ese efecto lo notaron los propios arqueólogos durante la intervención ya que esta arrancó con la intención no solo de actuar en la mámoa tres, sino de poder retirar los sedimentos de la mámoa 2, en la que se realizó una intervención a mediados de los años 80, y hacer registro de la misma con nuevas tecnologías. No fue posible ya que a las condiciones de la excavación, la intervención se acabó extendiendo en el tiempo debido a las mareas, que inundaban constantemente la zona de trabajo y obligaban a retirar la arena y los restos que arrastraba de manera constante.
La mámoa se encuentra a tan solo 4,50 metros del área de actuación de las excavaciones que dirigió Manuel Rey García a finales de los años 80, pero no se descubrió hasta 2011, lo que da idea de la gran cantidad de arena que ha ido perdiendo el islote en esa zona. Ya en 2014, cuentan en el blog de Guidoiro Dixital, ya se apreciaban cinco losas de granito formando una estructura circular de más de un metro de diámetro. Desde entonces, la arena ha ido desapareciendo de la zona y se hacía necesaria una intervención que ha asumido la Fundación Luis Monteagudo para recuperar una serie de datos que estaban muy cerca de desaparecer, como ya ocurrió con otro monumento megalítico en Areoso, la identificada como mámoa 5.

Imagen de los trabajos desarrollados en la mámoa 3 de Areoso. / FDV
«A Illa dos mortos» amenazada por el efecto de las mareas
Identificada en más de una ocasión como «A illa dos mortos» por su riqueza megalítica en Areoso se han contablizado cinco mámoas. La 1 y la 2 fueron excavadas en la intervención que dirigió José Manuel Rey en 1988, cuando se catalogó la número 4. Esta excavación, sin arrojar grandes datos sirvió para descubrir la magnitud del yacimiento que escondían las arenas de Areoso. Hasta la fecha, la intervención más importante fue en la mámoa 4, catalogada en 1988 pero sacada a la luz por las mareas en 2010, lo que obligó a protegerla con un gran muro de piedra para que no desapareciese. Además de los datos que se pudieron extraer, en las inmediaciones se halló un maxilar humano de época «Castrexa». La mámoa 3 ha sido excavada antes de desaparecer, algo que no pudo hacerse con la número 5, liquidada por la erosión en 2013.
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