Cornazo teme la contaminación del agua por los macroviñedos de albariño
La asociación de vecinos celebra una charla sobre los riesgos de los fitosanitarios
La Plataforma advierte de que «no hay ninguna norma que impida sulfatar al lado de una casa

Vecinos asistentes a la jornada, ayer en el centro social de Cornazo. | Iñaki Abella
La asociación de vecinos de Cornazo organizó anoche en el centro social una charla sobre los peligros para la salud humana que puede conllevar el uso de los productos fitosanitarios en las grandes plantaciones de uva albariña. «Este tipo de macrocultivos se están extendiendo cada vez más, y queríamos explicar a la gente que el uso habitual de pesticidas puede tener consecuencias negativas para la salud», apunta la presidenta del colectivo vecinal, María de la O Fernández González.
En los últimos años se plantaron varios grandes viñedos en fincas y montes de Cornazo o colindantes con esta parroquia vilagarciana, y María de la O Fernández señala que es una circunstancia que preocupa a muchos vecinos, «porque la mayoría de las casas de Cornazo siguen tomando el agua de manantiales procedentes del monte, y temen que ese agua se contamine con los productos empleados en el viñedo, que al final se filtran al suelo».

Un momento de la ponencia. | Iñaki Abella
Por este motivo, la asociación de vecinos Agustín Romero contactó con la Plataforma pola Regulación dos Sulfatos y con el Sindicato Labrego Galego-Comisións Labregas para que diesen una charla sobre este asunto. José Pereira, de la Plataforma, apuntó en primer lugar que la situación actual no es equiparable a la de décadas pasadas. «Lo primero que dice la gente cuando se aborda este asunto es que se sulfató toda la vida. Pero la realidad hoy es distinta, porque a las viñas ya no se les echa sulfato de cobre, sino pesticidas nuevos, patentados hace diez o veinte años», apunta. En segundo lugar, prosigue, «se ha pasado de un modelo de cultivos tradicionales a otro de grandes explotaciones industrializadas, en las que se emplea un mayor volumen de producto y se aplica más veces».
Pereira añade que otra característica de la viticultura industrializada actual es el empleo de atomizadores, que dispersan más el producto, por lo que este puede terminar fuera del viñedo. «No podemos apelar a la tradición, porque eso es un engaño».

Un productor aplica un producto al viñedo. | I.A.
En tercer lugar, el portavoz de la Plataforma pola Regulación dos Sulfatos advierte de que la industria y buena parte de los agricultores sostienen a menudo que cumplen con la legislación y que todos los fitosanitarios que emplean están autorizados, para matizar inmediatamente que, «el hecho de que un producto esté autorizado no quiere decir que sea bueno, y que esté autorizado hoy no quiere decir que vaya a estarlo el año que viene». Además, prosigue, si el agricultor no respeta las condiciones de uso prefijadas por el fabricante -aplicando dosis más altas de fungicida o más «manos»-, el producto dejará de ser seguro.
José Pereira también expuso su preocupación, porque la legislación, según él, es muy permisiva. «Las normas que deberían regular la aplicación de fitosanitarios en España son mínimas, de modo que denunciar que alguien está sulfatando al lado de una casa o incluso de un colegio, o con viento, es muy difícil. Hoy en día no hay ninguna norma que impida sulfatar justo al lado de una casa».
Suscríbete para seguir leyendo
- Marisco de Canadá, Portugal y Marruecos devuelve el producto gallego de la lonja al mar: «Hay gente que lo vende como si fuese de aquí»
- Pide ayuda para encontrar un sobre con dinero que perdió en Cambados
- Las cofradías retiran lotes de almeja de las lonjas por la caída de precios
- El mejor centollo de Galicia se va al restaurante preferido del rey emérito
- Una pareja crea el primer local de alquiler de trasteros de Vilagarcía
- Centollo de O Grove: 4.239 kilos de calidad
- Gardacostas decomisa 540 kilos de centollo ilegal y precinta un barco en O Grove
- El mejillón de Chile, Marruecos y Países Bajos preocupa en Galicia