Vilanova se suma a la tendencia de O Salnés de restringir tráficos ante el bum turístico
El Concello limita la circulación y estacionamiento en una decena de calles del casco histórico a media hora
Solo los residentes y los casos autorizados quedan exentos de una norma con multas que no bajan de los 200 euros

Vista de la señalización con las restricciones que el Concello de Vilanova vigilará con rigor a partir del próximo jueves. | |
La comarca de O Salnés registra en los últimos años un boom turístico que está obligando a la adopción de medidas incluso en los Concellos más pequeños. De hecho, Vilanova seguirá este verano la estela de A Illa y, a partir del próximo día 10, exigirá el cumplimiento de las restricciones de tráfico en una decena de calles del conjunto histórico. Las sanciones estipuladas no bajan de los 200 euros.
Las medidas son más relajadas que las tomadas por el municipio vecino, pues se permite el paso a todo el mundo, pero el espíritu es el mismo: priorizar a los vecinos. En su caso, la opción elegida es restringir el estacionamiento, estableciendo un máximo de permanencia de media hora en esta zona residencial.
Solo podrán circular y aparcar libremente los residentes y algunos autorizados con antelación. Los primeros serán comprobados por la Policía Local sin necesidad de trámites, a través del permiso de circulación, y luego se expedirán permisos especiales para casos concretos –hay un plazo de tres meses para obtenerlo–.
Esta modalidad se habilita para conductores cuyos centros de trabajo o plazas de garaje se ubiquen en estas calles o residentes que no tengan el coche domiciliado en este lugar. También se abre la posibilidad a permitir otras situaciones como las de visitantes o para la realización de obras y servicios que no tengan suficiente con esos 30 minutos, pero deberán acreditarlo.
Los servicios públicos, taxis y furgonetas de reparto no precisarán de esa autorización previa siempre que estén trabajando, pero se le aplicará el tiempo máximo. Y en el caso de los vehículos con tarjeta de movilidad reducida o que transporten a un menor de cinco años de edad que precise de carrito, no hay limitación alguna.
En todo caso, hay una norma que aplica para todos los tipos de usuarios y es la prohibición de tener el vehículo durante más de diez días sin moverlo.
Demanda vecinal reiterada
Todo está incluido en un bando firmado esta semana por el alcalde, Gonzalo Durán, quien señala que Vilanova da la bienvenida a los visitantes y, de hecho, destaca que no han optado por medidas como la instalación de cámaras para hacer controles, como sí ha hecho A Illa. No obstante, reconoce la necesidad de actuar ante la «constante y razonable petición» de los habitantes de estas calles del casco viejo, en las que muchas edificaciones carecen de garajes. Además, en ocasiones, los estacionamientos se ajustan tanto que les impiden el acceso a sus propias casas.
Por este motivo se incluye la obligatoriedad de dejar siempre una «distancia de cortesía» respecto a las puertas de las viviendas y entre coches estacionados, así como un carril de tres metros como mínimo para no dificultar la circulación.

Calles del casco viejo de Vilanova incluidas en la zona, dentro de la raya azul. / FdV
El fin último de estas medidas que se vigilarán con rigor a partir del próximo jueves es «promover un uso rotatorio y servicial del espacio público municipal para impedir los abusos de estacionamiento o circulación de vehículos que venían utilizando la zona más céntrica de Vilanova de forma innecesaria e inconveniente». También como una forma de «aumentar el grado de convivencia» y «la calidad ambiental y la protección del patrimonio histórico y cultural».
Zona afectada
La señalización vertical ya es una vieja conocida desde las pruebas realizadas el pasado verano y atañe a los viales incluidos en un perímetro encuadrado entre las calles Curros Enríquez y González Besada –desde sus respectivas intersecciones con la plaza del Ayuntamiento–, Aromas de Leyenda, Priorato, Agustín Jambrina, la calle Huertas –esta queda excluida– y que se cierra en el tramo del paseo marítimo de la plaza de las palmeras.
La delimitación también estará marcada por una línea azul y aunque las advertencias contemplan sanciones de hasta 200 euros e incluso la retirada con grúa del vehículo infractor, una de las cláusulas de las nuevas normas estipula que pueden llegar a los 500 euros «con posibilidad, en algunos casos, de retirada de puntos».
El bus circular de A Illa se somete a su primera prueba de fuego
El Concello de A Illa estrenó el pasado martes su servicio de autobús circular con una cifras moderadas de pasajeros al ser días laborables y una novedad. Así las cosas, será este fin de semana cuando pase una de sus primeras pruebas de fuego, teniendo en cuenta además las elevadas temperaturas registradas y que el municipio acoge algunas de las playas favoritas de vecinos de la comarca y turistas.
Cabe recordar que funcionará hasta el 31 de agosto y que la ruta parte del desde el estacionamiento de O Bao para finalizar en Area da Secada, con un total de 17 paradas para facilitar el acceso a cualquier punto del municipio, pues su propósito no solo son los arenales, sino también completar las restricciones de tráfico implantas en el centro urbano. Sale cada media hora, de 17.45 a 19.45 horas, y el precio estándar es de 1,55.
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