Mirador de Lobeira

A Concha debe conservar la bandera azul

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Vilagarcía no se puede permitir perder la bandera azul de A Concha-Compostela, simplemente porque es su principal signo de identidad; pero sobre todo, porque no es tiempo de consentir despilfarros.

Que los vecinos ya estén alertando de que el «cadillo» ha vuelto por sus fueros a la playa es preocupante, en tanto que el Ayuntamiento se comprometió a estar vigilante después de una inversión que el pasado año superó el medio millón de euros. Y es que la empresa Tragsa tuvo que remover toneladas y toneladas de arena para enterrar el abrojo que invadía la zona de toallas pero también el paseo peatonal.

El Gobierno de Varela se comprometió a mantener limpio este espacio, esta espectacular playa urbana que otros municipios considerarían la joya de la corona, pero que en Vilagarcía pasa desapercibida porque las autoridades municipales se despreocupan de ella, como se observa en el hecho de que un año después de gastar dicha fortuna vuelve a asomar la espinosa hierba entre la arena.

Y el problema es que se trata de una plantita rabiosa con un montón de púas que atacan a todo lo que se mueve, aunque se muevan poco como los bañistas que toman el sol en la playa. Pero también sufren las mascotas y los deportistas que ven como balones y ruedas de bicicleta se deshinchan sin motivo aparente.

De ahí que su renacimiento sea visto por los vecinos como un peligro inminente para la bandera azul, pues hasta los socorristas corren el riesgo de ponerse de baja si uno de estos pinchos se les infecta. Ojalá no sea así, nadie lo quiere, y menos cuando tan difícil resulta encontrar profesionales de esta categoría.

Fuera bromas, parece razonable que el Ayuntamiento envíe cuanto antes a las brigadas de mantenimiento de las playas, quizás alguna pala excavadora y empezar a remover de nuevo la arena para alejarla de la superficie.

Y es que no se puede olvidar que los consejos que se daban el año pasado eran enterrar los brotes y regarlos con agua salada de mar porque acelera su proceso de secado.En principio, la tarea parece simple. Lo importante es que se lleve a cabo con una cierta regularidad. La playa de A Concha se lo merece y no debería correr la misma suerte que O Preguntoiro. Menos mal que resiste la excelencia de Campanario.

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