Bonifacio Suárez, poeta agrarista y ferroviario
Se estableció en Carril en 1939 tras una vida dedicada al tren, a la enseñanza, a la literatura y al agrarismo

Fotografía de Bonifacio Suárez, en la portada del trabajo de David Otero.
Víctor Viana*
La biografía de Bonifacio Suárez tiene dos vertientes que definen su afición y sentimientos: por un lado, la dedicación de gran parte de su vida al ferrocarril, que se concreta en su trabajo en la línea de Cornes a Carril, pero por lo que entrará en la historia de la literatura será por su legado poético y agrarista.
Antes de dedicarse al mundo del ferrocarril, Bonifacio Suárez trabajó como funcionario municipal en el Concello de Teo y posteriormente en el de Zas, en donde además conoció a la que posteriormente sería su esposa, Antonia López, con la que tendría cinco hijos. De su dedicación al ferrocarril destacan sus cargos de factor de Pontecesures en 1921, jefe de estación de Osebe en Teo y factor de la estación de Vilagarcía ya cuando la primitiva compañía había pasado a poder de la actual Renfe.
Dado, por otra parte, que desde 1919 ya ejercía como maestro interino en Barrañán-Arteixo y en 1922 en Arca, significa que tuvo a la vez los dos trabajos pero como además ya por esa época había publicado poemas en O Tío Marcos da Portela, tal como «Espellos», «Desteiro» o «Duxitiva» en 1917 y «Noitebras», «¡Por Dios no digas!» o «Espinas e froles» en 1918, quiere decir que tuvo tiempo para los trenes, la enseñanza y la literatura. Una etapa de su vida estuvo igualmente dedicada a la vida sindical, y por ejemplo, en su elección como factor de Pontecesures se nota esa labor dado que el gerente de la West Galicia lo nombra para dicho cargo «a propuesta del Sindicato» según informaba El Compostelano el 27 de julio de 1921.
Su paso desde la estación de Osebe a la de Vilagarcía se debió, según relataba el periódico El Barbero municipal al siguiente suceso: «En la taberna que Agustín Castro posee en el lugar de Casalonga–Teo ocurrió el día 31 de agosto de 1913 un sangriento suceso. Serían las siete de la tarde cuando riñeron en dicho establecimiento, el súbdito portugués Manuel Cruces y Bonifacio Suárez Pereira, jefe de la estación del ferrocarril de Osebe. La discusión adquirió caracteres agrios y en vista de ello intervinieron otros individuos para apaciguar, pero en este momento Manuel Cruces hizo uso de una navaja y con ella infirió a Bonifacio en el tórax una herida de cierta profundidad. El estado del herido es de pronóstico reservado. El agresor huyó acto seguido y la Guardia Civil no pudo capturarlo».
Maestro
Toma entonces Bonifacio la idea de hacerse maestro y después de los estudios previos se presenta para ejercer la carrera iniciándose, como era habitual entonces, una romería de traslados al principio de carácter interino y después definitivo: su primer destino es en Barrañan-Arteixo, seguido de Arca en Monfero, después Leiro en Abegondo, y sobre su estancia en esta escuela aparece una nota curiosa en la prensa, de la Inspección Provincial de A Coruña «referente a estudios de la red pluviométrica» a realizar por Bonifacio Suárez.
Todavía en 1928, es destinado a Vilamaior en Santa Comba con carácter definitivo, para posteriormente conseguir la plaza en Cacheiras-Teo, con un sueldo anual de 2.000 pesetas «y derechos limitados», y en este destino se inicia su labor como agrarista, organizando con otros maestros la Asociación de Maestros Nacionales de la comarca en 1932, según reunión que tuvo lugar en Cacheiras y de la cual es elegido como vocal.
Prosigue su labor organizativa y en marzo de 1936 redacta una carta dirigida al gobernador civil de la provincia de A Coruña en la que le manifiesta que forma parte de un grupo de personas de tendencia republicana, solicitando del mismo que autorice la formación de un Centro Republicano en Teo, notificándole asimismo la reunión que a tal efecto se ha efectuado en la Sala Municipal y adjuntándole la circular informativa dirigida a los habitantes del municipio, de la cual es autor, participando activamente en la propaganda para la votación al grupo republicano en las próximas elecciones municipales, obteniendo seis concejales de un total de once que forman el Consistorio Municipal.
Fallece su esposa
Al año siguiente del destino como maestro definitivo fallece su esposa, y todavía en 1937 marchará a la escuela de Rúa de Francos también en Teo, y de alguna forma debió de tener algún cargo en la estructura militar del momento, posiblemente en los ferrocarriles, - no hay que olvidar que los ferroviarios estaban militarizados durante la contienda- dado que en 1945 aparece una nota en la prensa, según la cual «el Montepío Militar» da la orden del pago de una determinada cantidad de dinero a Basilio Suárez.
Sobre su obra poética, que en adelante sigo, el estudio efectuado por el escritor y también maestro nacional de A Estrada David Otero, este divide el conjunto de poemas de Bonifacio Suárez en los siguientes apartados: «Fervenzas de poemas», con poesías sobre Dios, el amor, la pobreza, la muerte, e incluso patrióticos tal como «Na xura da bandeiras», y otros poemas sin un determinado título.
Otro grupo es el formado por una serie de poesías dedicadas a los «Entroidos» tan populares en la historia de Galicia, las «comparsas», alguna de las cuales fueron interpretadas por la Reunión Artística Calo los Payasos en 1919, y «coros», siendo algunos adaptados por el coro compostelano Cantigas e Agarimos, que fueron interpretados en las fiestas de María Pita de A Coruña y en las de Cesures do Ulla en 1922.
Otro grupo es el formado por las composiciones escritas con motivo de los homenajes a amigos y conocidos por su labor social, o bien despedidas de amigos que marchan sobre todo aos Aires, así como tomas de posesión como maestros de conocidos por el poeta. Un capítulo especial son las diez poesías publicadas en el periódico O Tío marcos de Portela ya desde 1917, además de los poemas publicados en otros medios de comunicación tales como: Ciclón, de Santiago, escrito en español; La Provincia, de Pontevedra; El Ideal Gallego, dentro de su sección titulada Hoja Poética; Acción Agraria, con el largo poema «Parodiando», con dura crítica de los políticos y su abuso de poder así como una declarada denuncia y una idea de petición reivindicativa tal como los caminos que son verdaderos lodazales que hacen muy dificultoso el diario y agotador tránsito con sus animales y su duro trabajo.
Lo cierto es que durante la Guerra Civil empieza a perder visión y hacia 1939 queda prácticamente ciego por lo que pasa a vivir en Carril en donde quedará con su hija Manuela casada en dicha parroquia con Ramón Quintáns – el último maquinista de la famosa «Sarita» - y allí permanecerá hasta su fallecimiento en 1951. Se cerraba así el ciclo directo de la relación de la familia Suárez-Quintáns con el ferrocarril.
Su nieto lo describió como «mestre de educar, sabido de trens e agrario de fonda entrega»
Sobre Bonifacio Suárez, al que el investigador estradense David Otero califica como «mestre namorado, ferroviario obrigado», comentaría su nieto, el que fuera director del colegio Arealonga de Vilagarcía durante muchos años, Ramón Quintáns, que fue «un galego de sentir xeneroso, un mestre de educar, un poeta de bo compoñer, un sabido de trens, un funcionario de servizo permanente e un agrario de fonda entrega».
*Víctor Viana es médico e investigador histórico.
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