Sorprendido en O Grove un barco con 800 kilos de pulpo ilegal: «Llevamos tres meses parados, jefe»
Después de tres meses de inactividad se multiplica su captura ilegal
Gardacostas de Galicia detecta cefalópodo escondido en bateas

Parte del pulpo legal intervenido ayer en O Grove. / FdV

La campaña de pesca de pulpo abierta el día 1 en Galicia deja claro que los tres meses de paro biológico y veda le han sentado bien, dado que el cefalópodo es abundante. Mucho más de lo que indican los datos oficiales de ventas en lonja.
Pero también queda de manifiesto que la pesca ilegal de este recurso alcanza ahora niveles preocupantes que ponen en serio peligro su futuro y el de la flota que, de manera legal, se ocupa de su captura.
Conclusión a la que es fácil llegar atendiendo al intenso trabajo llevado a cabo por Gardacostas de Galicia, el cual permite observar que se están descargando ingentes cantidades de pulpo de manera furtiva.

El patrón sorprendido con el pulpo ilegal. / FdV
Por un lado, cientos, posiblemente miles de kilos de pulpo, llegan a diario a puerto de forma clandestina, siendo descargado sin pasar por lonja para ser distribuido «puerta a puerta», en restaurantes que colaboran con los ilegales e incluso en algunas plazas de abastos y pescaderías.
Escondido
Por otro, hay también cientos de kilos de mercancía que los ilegales «esconden» en bateas y puertos, a la espera de que llegue el mejor momento para su comercialización sin ser descubiertos.
Y a todo esto se suma el pulpo que se extrae y descarga sobrepasando con creces los topes establecido por la Consellería do Mar.

La descarga de la mercancía intervenida. / FdV
Todo ello a manos de pescadores profesionales, es decir, los que utilizan su permiso de actividad de manera ilegal e incumplen las normas, contribuyendo así a esquilmar los caladeros y ejerciendo una feroz competencia desleal que perjudica a sus «compañeros» de profesión.
Aunque pueden ponerse muchos ejemplos, hay uno realmente contundente, referido a un barco «cazado» ayer en O Grove por Gardacostas de Galicia.
Los funcionarios adscritos al departamento que dirige Marta Villaverde sorprendieron in fraganti a un armador que, junto a dos tripulantes, descargaba decenas de capazos repletos de pulpo en Porto Meloxo (O Grove).
El mero hecho de que esa descarga se estuviera realizando en esa dársena ya era prueba evidente de que algo estaban tramando en aquel barco pesquero, puesto que el puerto de descarga debería ser el de O Corgo, situado al lado de la lonja de contratación.

El pulpo que estaba siendo descargado en Porto Meloxo. / FdV
Pues bien, ese barco podía haber pescado de manera legal un máximo de, aproximadamente, 200 kilos de pulpo, pero resulta que llevaba a bordo nada menos que 800, para sorpresa e indignación de los efectivos de guardacostas intervinientes.
«Llevamos tres meses parados, jefe»
«Llevamos tres meses parados, jefe», fue la disculpa que, para tratar de justificarse, puso el patrón del barco grovense cuando los funcionarios de la unidad operativa de Gardacostas en Vilaxoán (Vilagarcía) le pidieron la documentación y le comunicaron que toda la mercancía quedaba decomisada, incluida la furgoneta en la que estaba siendo introducida.
Todo ese alijo de pulpo, que estaba siendo descargado a plena luz del día –eran las cuatro de la tarde– fue trasladado a la lonja para proceder a su pesaje y completar así la denuncia correspondiente tramitada por Gardacostas de Galicia.
Lo arrojaron al mar
Casi al mismo tiempo, era sorprendido otro barco, este de Cambados, que estaba recogiendo capazos de pulpo que había escondido previamente en una batea de cultivo de mejillón de la ría de Arousa.
Al saberse descubiertos por Gardacostas, y cuando los funcionarios de este servicio se acercaban al barco para iniciar el procedimiento de inspección, la tripulación de la nave furtiva optó por arrojar todo el pulpo al mar y darse a la fuga.

El sector reclama «contundencia» y «mano dura»
«Todos estuvimos tres meses sin poder pescar pulpo, y estuvimos de acuerdo en ese parón con la esperanza de que la especie pueda recuperarse, por eso no se puede consentir que unos cuantos se amparen ahora en eso para pescar todo lo que les viene en gana». Quienes así se pronuncian son armadores y tripulantes que reclaman «máxima contundencia y mano dura» contra los furtivos.
«Ojalá los sancionen y les quiten los permisos, porque lo que están haciendo es perjudicarnos a todos», aseveran.
«Mientras unos cumplimos la ley y respetamos la veda y los topes, otros hacen de furtivos y aniquilan el pulpo», espetan los propios marineros, consultados por FARO DE VIGO a pie de puerto.
«El problema es que esta lacra se hace extensiva a todas las rías», esgrimen en Gardacostas de Galicia, tal y confirman también a diario vigilantes de diferentes cofradías de Arousa, Pontevedra, Vigo y Muros-Noia.
Se desconoce qué cantidad había sido pescada ilegalmente, pero se estima que, en base al número de capazos que se vio vaciar, pudieran ser entre 200 y 300 kilos.
Estos, como se decía anteriormente, son solo dos ejemplos del intenso trabajo de Gardacostas y puede dar una idea de la enorme cantidad de producto ilegal que, a pesar de la labor de los funcionarios y los controles efectuados por tierra, mar y aire, consigue llegar a los mercados y al consumidor final, ya que es materialmente imposible que los vigilantes puedan inspeccionar toda la costa y a todas las embarcaciones profesionales en activo.

Manuel Méndez
De ahí que la Consellería do Mar insista en llamar a la colaboración de los hosteleros y ciudadanos en general, pidiéndoles que rechacen adquirir o consumir producto capturado de forma ilegal. Lógicamente, el departamento de Marta Villaverde también apela al sentido común de la propia flota.
La misma, por cierto, en la que cada vez hay más armadores que alzan la voz y denuncian a los ilegales.

Diferentes tipos de furtivismo
Con motivo de la elaboración del informe «El furtivismo marino y su incidencia en la Comunidad Autónoma de Galicia», encargado por la Fiscalía General, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil elaboró hace más de una década un detallado estudio de las zonas marisqueras y constató la existencia de diferentes tipos o especialidades furtivas.
Por eso determina que el furtivismo puede ser doméstico, vacacional, marginal, recreativo, profesional o legal, y todo va a depender de la época del año o del lugar en que actúe.
- - Furtivo legal
Quizás resulte especialmente preocupante la acción del llamado furtivo legal. Se considera así a todo aquel que, gracias a que dispone de permiso de explotación marisquera y goza de todos los requisitos que benefician a cualquier mariscador o pescador profesional, se dedica a capturar ejemplares de talla inferior a la permitida o que están en veda.
El furtivo legal es, también, el que habitualmente supera los topes establecidos y, en general, todo aquel que se aprovecha de su condición para colocar en el mercado unas capturas ilegalmente obtenidas que, a la postre, perjudican a cuantos sí actúan dentro de la legalidad.
Los agentes lo definen como «un furtivismo silencioso, que pasa más desapercibido, pero no por ello carece de importancia, ya que poco a poco, y dada la continuidad de su práctica, se llega a unos niveles altos de fraude».
Pero furtivo legal también es, insiste el Seprona, el mariscador con permiso para trabajar que «supera los topes máximos de captura, recoge el producto en zonas prohibidas o lo obtiene fuera de los horarios y fechas autorizados». Es ilícito, como lo es vender esos mariscos sin pasar por lonja.
- - Furtivo doméstico
La Guardia Civil agrupa en la definición de furtivo doméstico a «personas que residen en los municipios costeros, generalmente personas mayores y marineros jubilados que por uso y costumbre recolectan ejemplares para consumo propio».
Incluso, el instituto armado apunta que furtivo doméstico «parece estar socialmente aceptado, al ser oriundos de la zona y no generar alarma social».
- - Furtivo vacacional
Como furtivo vacacional se conoce a cuantos durante sus periodos de descanso, sobre todo en verano, acuden a las zonas costeras y/o de baño para «recolectar ejemplares de fácil acceso» –especialmente almejas, berberecho y navajas– y realizan una extracción «generalmente destinada a consumo propio».
En este caso «su aceptación social varía de unos lugares a otros, en función del perjuicio que esa actividad puntual pueda causar a otros usuarios», explica la Guardia Civil.
- - Furtivo marginal
El Seprona habla, también, del «furtivo con carencias de integración social y necesidades económicas». Y lo hace para referirse a «personas que por sus circunstancias personales se encuentran en alguna situación de falta de integración social, por presentar psicopatologías adictivas y comportamientos y conductas de desarraigo tales como toxicomanías, alcoholismo, desempleo crónico por falta de adaptación y similares».
Apostillan las fuerzas de seguridad que «la tolerancia a este tipo de furtivismo es bastante amplia en términos generales, aunque representa, al igual que el resto de conductas, una parte del problema».
- - Furtivo recreativo
El apartado del furtivo recreativo se reserva a «personas que amparadas por sus licencias de pesca recreativa capturan especies para las que no están autorizadas o no respetan los topes de captura y las introducen, a posteriori, en el mercado alimenticio, mediante la venta directa a restaurantes o particulares». En algunos casos esta actividad es llevada a cabo como complemento económico a otras ocupaciones profesionales.
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