Arousa recibe la nueva gestión del litoral con expectación sobre el futuro de sus proyectos
Regeneraciones de playas, paseos marítimos, singularidades e incluso campos de fútbol dependerían ahora de las decisiones de la Xunta
Los alcaldes esperan una reunión para conocer al detalle cómo afectará el traspaso

Vista de Vilagarcía y de la ría de Arousa. | |
Los Concellos de O Salnés que viven a orillas de la ría de Arousa están expectantes después de que el traspaso de competencias del litoral a la Xunta se hiciera efectivo esta semana. Los alcaldes esperan una reunión explicativa para conocer los pormenores de este cambio, pues reconocen la existencia de dudas, además de que Costas sigue teniendo la última palabra en algunas cuestiones porque existe una normativa estatal superior. Pero sobre todo, quieren saber cómo afectará a proyectos pendientes y de futuro.
Es el caso de Vilagarcía, que tiene sobre la mesa la extensión del carril bici hasta Carril o la regeneración de la playa de O Preguntoiro, así como la cesión de terrenos. De hecho, su gobierno local es uno de los que espera ese encuentro informativo; también para hacer una valoración sobre la conveniencia de haber traspasado las competencias.
Con todo, el Ejecutivo de Alberto Varela lo que sí espera es que «haya buena coordinación y colaboración institucional entre gobiernos central, autonómico y local».
Concesiones
Cambados se encuentra en una situación similar. Uno de los asuntos más destacados es el viejo campo de fútbol de Castrelo. Se cae a pedazos, pero no se puede someter más que a obras de mantenimiento y ni hablar de construir uno nuevo, según le viene trasladando el Estado en los últimos años.
El alcalde, Samuel Lago, indica que retomarán el asunto con el Ejecutivo de Alfonso Rueda, en sus intentos de obtener una concesión. Y es que entiende que esta transferencia estará más bien relacionada con estos asuntos de autorizaciones y tal que con otra cosa, por lo menos en lo tocante al ámbito local: «Afectará más bien a un tema de concesiones y trámites frecuentes que atañen a particulares y a empresas y no tanto a las administraciones locales».
Lago cree que, en términos generales, este paso «puede ser positivo como lo es todo lo que sea aproximar más a la ciudadanía la administración, los trámites y las gestiones». También se mostró de acuerdo con que sea la comunidad autónoma quien gestione su litoral. De hecho, en la capital del albariño han tenido experiencias amargas como sucedió con el Plan Especial de Ordenación Portuaria. Cabe recordar que el Estado llegó a poner en duda la continuidad de empresas del sector mar-industria en la costa y por ello estos negocios también se posicionaron a favor de la Lei do Litoral de Galicia.
Otra cuestión importante para la comarca, y señalada por el cambadés, sería la sustitución del colector de fecales de Cambados a Vilanova, que estaba desautorizada y que la Xunta iba a retomar ahora.
Comprensión y «sentidiño»
También le ven tintes positivos en O Grove. Su regidor, Jose Cacabelos, quiere confiar en que supondrá «gestiones más ágiles en determinadas cuestiones y vistas con otra filosofía, con más comprensión». Así, señaló que había temas que «propusimos en Madrid y que a día de hoy no fueron resultas», recordando que hay zonas importantes en pleno centro urbano, como Beiramar o Lordelo, que están clasificadas como Dominio Público Marítimo Terrestre. No obstante, deja claro que no se trata de pedir una barra libre: «La Xunta sigue estando obligada a cumplir la Ley de Costas y también le pedimos sentidiño, que no permita instalaciones turísticas en el litoral que no serían positivas».
En el Concello de A Illa de Arousa miran con recelo esta nueva situación. «Lo que hizo la Xunta cuando pedimos la singularidad fue aprobar el POL, coartando la liberad de construcción en pleno centro urbano, con más del 80% de las áreas de reparto afectadas. Esperamos que rectifiquen ahora y aunque de este gobierno espero poco o nada, le damos un voto de confianza», expuso su regidor, Luis Arosa.
Las desafectaciones de Portos van viento en popa
Los Ayuntamientos arousanos tienen la suerte de vivir en un paraíso, pero su ubicación junto al mar los tiene sometidos a una tramitación especial que nadie discute en términos de protección del medio. No obstante, con el paso del tiempo y el crecimiento de las poblaciones esto también los mantiene en un galimatías competencial, con terrenos urbanos sin usos de tipo portuario, por ejemplo, pero bajo pleno dominio de la Xunta para todo, desde autorizar cualquier acción, así como el cobro de tasas por ocupación de la vía pública. De hecho, el ente público ha dado en los últimos meses un paso de gigante en una vieja demanda, accediendo a desprenderse de miles de metros cuadrados de terrenos que ya forman parte del entramado urbano de los municipios salinienses.
Así, Vilanova podrá disponer de plena autonomía del parque de O Cabo, la plazoleta de la estación marítima, la calle Porto do Cabo o la plaza de O Castro. En Cambados serán 20.000 metros cuadrados de lugares emblemáticos como el Paseo da Calzada o la Avenida de Galicia, mientras que O Grove hará lo propio con los espacios públicos de los más grandes de que dispone, como la plaza de O Corgo, la Avenida de Beiramar y toda la superficie donde está el Consistorio, entre otros. Por su parte, Vilagarcía tendrá la explanada de O Preguntoiro y otros terrenos. Algunas de estas desafectaciones ya están camino del Estado, que debe pasarlos de Portos a los Concellos.
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