Uno de los rescatadores de Areoso: «Una hora más y no lo cuentan»

Los excursionistas que quedaron a la deriva el domingo reciben el alta tras ser atendidos de hipotermia

Hicieron la travesía por su cuenta con unos kayaks inadecuados para la ría

Víctor Vidal, ayer a las puertas de su establecimiento.

Víctor Vidal, ayer a las puertas de su establecimiento. / Iñaki Abella

A Illa

La idílica excursión al islote de Areoso que habían planeado un grupo de amigos treintañeros de Pontevedra y Caldas a punto estuvo de terminar en tragedia. «Si llegamos a tardar media hora o una hora más en encontrarlos, igual no lo cuentan», afirma uno de los hombres que los rescató al atardecer de anteayer domingo, Víctor Vidal, gerente de Kayaks & Paddlesurf Illa de Arousa, una de las cuatro empresas turísticas de A Illa que alquilan canoas.

Las pontevedresas A.G.B. y C.E.C., ambas de 30 años, y el caldense J.J.A.L., de 33, se alojaron estos días junto a una cuarta mujer de Pontevedra en un camping de A Illa próximo al parque natural de O Carreirón. El domingo, tres de ellos cogieron unos kayaks para ir a Areoso, un islote que ha sido descrito como el «Caribe gallego» por la pureza de sus aguas y la calidad de su arena. Pero todo se complicó al caer la tarde, cuando emprendieron la travesía de regreso.

En un momento dado, las canoas de las dos mujeres volcaron y no fueron capaces de darles la vuelta. El hombre se quedó con ellas y llamó por teléfono al 112 Galicia. Pero el rescate no sería tan rápido como deseaban. «Nos costó encontrarlos porque empezaba a oscurecer y sus kayaks eran de color verde, por lo que se confundían con el agua. Tampoco sabíamos muy bien por dónde buscar porque aunque tenía el teléfono del alertante no conseguía hablar con él, y la única vez que me había respondido no fui capaz de entenderle nada», relata Víctor Vidal, que alquila kayaks para ir a Areoso desde hace cuatro años.

El inicio del operativo

El operativo de búsqueda de los tres náufragos se activó sobre las 20.30 horas de la tarde. Tras recibir la llamada de socorro de J.J.A.L., la central de emergencias del 112 alertó al helicóptero de rescate Pesca I . Poco después, movilizó también a la Policía Local de A Illa y a Emerxencias de Cambados, que salieron hacia O Carreirón con medios de salvamento, acuáticos y terrestres.

Rescatan a tres canoístas que regresaban a A Illa desde Areoso

FDV

Fue la Policía Local la que avisó a Víctor Vidal. «Yo estaba preparando todo para empezar la temporada, poniendo a punto la lancha y esas cosas. La Policía me preguntó si tenía clientes en el mar y les dije que no. Entonces me contaron que había gente en apuros volviendo de Areoso y no me lo pensé dos veces. Les pedí el teléfono del alertante y salí a por ellos con la lancha», explica el gerente de Kayaks & Paddlesurf Illa de Arousa. Pero pasaron unos minutos interminables en los que ni él ni el helicóptero de Gardacostas de Galicia lograban encontrar a los náufragos. «Yo en esos momentos me estaba poniendo en lo peor».

Sin embargo, en un momento dado Víctor Vidal sí logró contactar de nuevo con J.J.A.L. El patrón se echó al suelo para escuchar mejor sin la molestia del viento y trató de tranquilizar al náufrago para que le indicase su posición de forma clara, sin las prisas de la desesperación. «Me dijo que estaban entre Areoso y O Carreirón, y que el viento los llevaba hacia O Grove. Justo en ese momento, el helicóptero pasaba cerca de mí y les hice señas con la mano indicándoles la dirección en la que creía que estaban». En realidad, añade Vidal, no mandó a la aeronave hacia O Grove. «Yo sabía que no iban hacia allí, y que tal y como estaba soplando el viento los estaba llevando hacia la boca de la ría», asegura.

Víctor Vidal aceleró al máximo, y unos minutos después llegó a la posición sobre la que se había detenido el Pesca I. Las indicaciones eran correctas, y cuando llegó él, los Gardacostas ya habían subido a una de las dos mujeres. En cuestión de unos pocos minutos rescataron a la segunda mujer, y él se hizo cargo del hombre. «Cuando llegué yo, estaba muy nervioso, pero fue capaz de tener la sangre fría suficiente para llamar al 112 y de mantener a las mujeres a su lado, tranquilizándolas. Ser capaz de mantener la calma en esos momentos difíciles fue importante».

El helicóptero trasladó a las dos pontevedresas al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, con síntomas de hipotermia. Víctor Vidal llevó en su embarcación a J.J.A.L. hasta el muelle de O Campo, en el centro de A Illa, donde lo recogió una ambulancia del 061, que se encargaría de trasladarlo al servicio de Urgencias del Hospital do Salnés. También presentaba señales de hipotermia. «Si llegamos a tardar media hora, o una hora más en encontrarlos, igual no lo cuentan», avisa Vidal.

Ya no faltaba mucho para que anocheciese, y sin luz solar, buscarles en el agua habría sido una tarea mucho más complicada. Sin embargo, todo salió bien. «Acabo de hablar con ellos -aseguró Vidal a mediodía de ayer- y están bien, ya les han dado el alta».

Cómo ir con seguridad

La excursión en kayak a Areoso es una de las actividades estrella del verano en la ría de Arousa. En la actualidad, hay cuatro empresas en A Illa que alquilan canoas para realizar esta travesía, que dura unos 25 minutos. Pero el grupo del domingo había ido por su cuenta, con unas embarcaciones de kayak polo que no sirven para navegar por aguas como las de la ría.

«La gran ventaja de alquilar los kayaks con cualquiera de las empresas que operamos en A Illa es que nosotros utilizamos canoas autovaciables, muy seguras e ideales para gente sin experiencia», afirma Vidal. «Es muy difícil que nuestros kayaks vuelquen porque son anchos y estables, pero aún en el caso de que volcasen, no se hunden, y son de color naranja o amarillo, así que son muy visibles en caso de emergencia».

Además, las empresas proporcionan a sus clientes unos bidones estancos, para que estos lleven algo de comida y los teléfonos a salvo del agua. Les ponen chalecos salvavidas y quedan pendientes de ellos. «Las empresas damos apoyo a nuestros clientes por mar y por teléfono, y no autorizamos la salida si las condiciones del mar son malas. Y si el tiempo se complica de forma imprevista, las empresas salimos a recoger a la gente». El domingo, sin ir más lejos, también Arousa Kayaks y Areoso Kayak Suc se movilizaron en cuanto se enteraron del incidente.

Todos esos servicios no existen cuando la excursión se realiza con los propios medios de cada uno. En ese caso, Víctor Vidal afirma que hay que ser muy prudentes. Hay normas básicas y de sentido común que hay que respetar sí o sí, como llevar al menos un teléfono móvil cargado y protegido del agua para avisar en caso de necesidad; y dejar recado en tierra de a dónde se va. También es obligatorio llevar bien puesto el chaleco salvavidas durante toda la travesía. «El chaleco es primordial, hay que llevarlo puesto del mismo modo que cuando subimos a un coche nos abrochamos el cinturón de seguridad».

Vidal también llama la atención sobre el tipo de embarcación con la que se sale al mar, porque no todas son igual de seguras. «Las canoas que llevaba el grupo del domingo eran de kayak polo. Eso no vale para ir a Areoso, ni con buen tiempo ni aunque seas un profesional». También desaconseja encarecidamente los kayaks hinchables. «Como haga un poco de viento se vuelven muy difíciles de manejar. Yo todos los veranos rescato por lo menos a seis o siete personas que van en kayaks hinchables y que no son capaces de llegar a tierra por culpa del viento».

Pero más allá de sustos como el del domingo, Víctor Vidal defiende que la excursión en canoa a Areoso es una actividad muy segura y divertida, y que las cuatro empresas de A Illa disponen de personal preparado y equipos para que la experiencia sea satisfactoria. «Peligros los hay en todas partes si no se hacen las cosas bien. Si cruzas la calle por donde no debes y te metes entre los coches te expones a llevar un disgusto, pero si vas por la acera no tiene por qué pasar nada. Pues en esto es igual. La travesía a Areoso es muy sencilla y segura, pero hay que hacer las cosas bien y si no se tiene experiencia es mejor dejarse asesorar».

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