En términos de salud | Carmen Rodríguez Lorenzo Fisioterapeuta y nutricionista
«En alimentación, el autocuidado prima sobre la autoexigencia»
Red Talento responde a una consultora conformada por mujeres profesionales con una perspectiva feminista. Por tercer año, este equipo asume las actividades relacionadas con la mujer en el CIM de la Mancomunidade. El equilibrio en la alimentación, es la primera conferencia de Carmen Rodríguez Lorenzo.

Carmen Rodríguez Lorenzo, fisioterapeuta y nutricionista. / T.H.
Un equilibro que pretende concienciar a través de la prevención de enfermedades vinculadas muchas veces a malos hábitos, que es preciso corregir desde la educación y la formación. Llegaba en colaboración con el concello, y estas iniciativas dirigidas a la mujer se extenderán a lo largo del año a los concellos adscritos al órgano mancomunado. Para Meaño, está previsto otro encuentro que versará sobre acoso y ciberacoso en Internet. En Meis, se han fijado dos eventos, uno también sobre alimentación y otro sobre LGTBI centrados en la mujer; y en Ribadumia, salud sexual y «espellos íntimos».
—¿Qué se entiende por nutrición comunitaria?
Es la formación y educación en alimentación y nutrición a colectivos específicos, en este caso, en Cobas, centrado en la mujer por medio del «equilibro a través de la alimentación».
—¿Cuál es el prototipo de mujer que muestra más interés por estas charlas?
Muy variopinto. Por experiencia de otros cursos, acuden, lo que más, mujeres adultas de entre 30 y 80 años. Resultan encuentros muy positivos en los que, además de informarse, suelen participar compartiendo experiencias de cómo hacen en pro de una mejor alimentación, y que siempre resulta enriquecedor.
—En las mujeres adultas, el ciclo relacionado con la menopausia y perimenopausia es, quizá, uno de los momentos en el que debe primar más el interés por una alimentación saludable y adecuada al momento. ¿Qué recomendaciones haría a la mujer que afronta ese ciclo?
Lo primero que cabe reseñar en que menopausia y perimenopausia no es ninguna enfermedad que tengamos que afrontar, ni mucho menos. Antes, este ciclo se asociaba únicamente a la pérdida de la menstruación y el final de la edad fértil, pero hoy sabemos que va mucho más allá. Es un proceso vital, y en él muchas mujeres, pueden ver alterado su sistema inmunológico, sus niveles de colesterol, glucosa, tiroides, el sistema nervioso, ansiedad, irritabilidad, problemas de piel… Es muy complejo. Por esta razón, lo primero es aprender a entender los síntomas e intervenir ante ellos.
El momento de la menopausia
—¿Qué alimentos deberían ganar más peso en la dieta llegado ese ciclo?
Cada ciclo de la mujer, inicio de la edad fértil, madurez, ciclo de la menopausia; cada uno tiene su importancia y requiere sus propias necesidades alimenticias. Llegado ese ciclo que mencionas, cabe reseñar que en él se requieren unos aportes específicos porque es un momento en el que se reducen mucho los estrógenos y la progesterona. De manera muy general, para compensarlo, podemos aportar al cuerpo, por ejemplo, fitoestrógenos, que son compuestos naturales de origen vegetal, semejantes a los estrógenos humanos, pero hay muchos más.
—¿En qué alimentos se pueden encontrar en mayor proporción los fitoestrógenos?
En las legumbres: habas judías, guisantes, soja, garbanzos, frijoles…
—¿En algún otro ámbito cabría actuar a lo largo de la vida?
En mejorar la microbiota, que son la multitud microorganismos que habitan nuestro cuerpo y que conforman la flora intestinal. Se trata de actuar en esa microbiota haciendo crecer más en ella esas familias que tienen su componente anti-inflamatorio. Es una recomendación extensible a cualquier momento de la vida, sin importar ni la edad ni el sexo.
La microbiota
—¿Y cómo mejorar la microbiota?
Con la aportación de alimentos prebióticos y probióticos que, en la práctica, se hallan, sobre todo, en los alimentos fermentados: yogures, queso, kéfir… Está constatado que existe un eje importante entre intestino y cerebro, por lo que la salud de nuestra microbiota incide en nuestra salud emocional y cognitiva que es memoria, razonamiento, pensamiento abstracto… Sabemos, por ejemplo que, con la menopausia baja mucho la serotonina, un neurotransmisor que es clave para el sueño, la tranquilidad y el estado de ánimo. Tener un buen índice de serotonina está muy vinculado a la microbiota de nuestro intestino, y a contribuir a mantener así una mejor salud emocional.
—Usted hablaba de una despensa saludable. ¿Qué alimentos deben estar siempre en toda despensa?
Siempre cereales variados: trigo, centeno, avena, arroz, trigo sarraceno… todo ello integral, además de legumbres, fruta de temporada y plantas crucíferas: brócoli, brezo, grelos, nabizas… Y también, semillas, frutos secos, pescado azul, aceite de oliva virgen extra, hortalizas y huevos. También deben tener su hueco los probióticos y prebióticos. Todos ellos son alimentos antiinflamatorios. Hoy sabemos, y la Organización Mundial de la Salud reconoce, que el 80 por ciento de las enfermedades crónicas no transmisibles que padecemos tienen un origen inflamatorio.
Productos beneficiosos
—Dado que acaba de citarlo: ¿cuál es la diferencia entre probióticos y prebióticos?
Los probióticos son lo que contienen esas cepas adecuadas de microorganismos vivos que queremos hacer crecer en nuestra microbiota. Los encontramos muchas veces en los bífidus que solemos ver en cualquier supermercado. Y los prebióticos son aquellas otras sustancias que no son digeribles, pero que sí contienen las fibras que alimentan a aquellas bacterias de cepas que queremos hacer crecer. Estos prebióticos los hallamos en cereales integrales, legumbres, hortalizas, patatas… Pero convirtiendo su almidón en otro resistente, el cual podemos lograr con prácticas de cocina, obteniendo una carga glucémica más baja y convertirlo a la par en un alimento prebiótico.
—Cuente una práctica de cocina sencilla para obtener ese almidón resistente.
Una sencilla práctica es la de cocinar la patata, las legumbres, el arroz…, y luego someterlo a un proceso de enfriamiento durante 24 o 48 horas. Pasado ese tiempo, ya tenemos en ese alimento el almidón resistente. A la hora de comerlo, podemos hacerlo en frío o bien calentarlo de forma tibia, porque si lo sometemos a altas temperatura rompemos el almidón resistente que habíamos logrado.
—¿Y cuáles son esos otros alimentos que no deberían estar en una despensa considerada saludable?
Los alimentos procesados, azúcares, harinas refinadas, grasas trans, mantequillas…
—En estas charlas: ¿Qué pregunta más la mujer en relación a su alimentación?
Muestran mucho interés por la dieta antiinflamatoria, por la relación de alimentos con el plano emocional u hormonal.
—¿Cuál es esa recomendación final para toda mujer interesada por la nutrición por motivos de salud?
Recomiendo un autocuidado amable a través de la alimentación, pero que no se convierta en autoexigencia.
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