Fiesta por el visionario que transformó Cornazo
La parroquia vilagarciana de Cornazo celebra esta tarde (19.00 horas) una misa por el primer centenario de la iglesia, cuya reconstrucción costeó Agustín Romero (1846-1929), un vecino que emigró solo a Uruguay con 12 años y que tras hacer fortuna en América regresó a casa y se convirtió en filántropo.

Fuente-lavadero costeada por Agustín Romero. | Cedida O Faiado
Diego Martínez es un apasionado de la historia, y hace años se cruzó con un blog, ya entonces inactivo, con fotos antiguas y textos sobre el pasado de Vilagarcía. Allí, rebuscando, encontró el nombre de Carlos Romero. El apellido atrajo inmediatamente su atención.
La abuela de Diego Martínez había sido la última ama de llaves de Agustín Romero, un vecino de Cornazo que tras emigrar pobre a Uruguay y hacer fortuna en Sudamérica, regresó a su parroquia natal en 1917 y se convirtió en un generosísimo benefactor. Por eso, se decidió a escribrir a Carlos Romero, y le preguntó si tenía algo que ver con el filántropo. Le respondió que era su bisnieto.

Busto de Agustín Romero, a la puerta de la que fue su casa en Cornazo. | FdV
Hace ahora un año, Carlos Romero viajó a Vilagarcía para conocer los orígenes de esa parte de su familia. Se acercó a la casa de Agustín Romero, que sigue en pie, aunque amenazando ruina; a la iglesia cuya reconstrucción pagó su bisabuelo y en cuyo interior está enterrado, en un sarcófago situado a la derecha del altar; visitó las tumbas de sus tatarabuelos en el cementerio parroquial, y la calle que va desde el centro de Vilagarcía hasta Lobeira, y que lleva el nombre de Agustín Romero...
También tuvo la oportunidad de conocer en persona a Diego Martínez, y le relató algunas historias sobre Agustín Romero. Es, posiblemente, la fuente viva que mejor conoce el legado de este hombre, que tuvo un solo hijo, quien se quedó en Uruguay cuando a principios del siglo XX, su padre decidió hacer las maletas de vuelta a Galicia.

Escuela financiada por el filántropo vilagarciano. | Archivo M.V.
«Mucha gente en Cornazo tenía una idea muy equivocada sobre Agustín Romero», cuenta Diego Martínez. Algunos dudaban de la limpieza de la fortuna que había amasado en América, y a Martínez aquello no le cuadraba, puesto que su abuela, la última ama de llaves del filántropo, «jamas había tenido una mala palabra sobre él, todo lo contrario».
El bisnieto le contó, en esa visita a Vilagarcía, que Agustín Romero trabajaba de mozo en una empresa de transportes que cubría una larga ruta por el interior del país. Fue así, viajando por trabajo, como descubrió que existían amplísimas regiones deshabitadas en las que no existía infraestructura alguna para auxiliar a un pasajero que se pusiese mal o solucionar algún problema mecánico en las diligencias. Concibió así la idea de abrir en uno de esos espacios lo que hoy podría equipararse al área de servicio de una autopista. «Carlos Romero me contó que su bisabuelo conocía tan bien las rutas de transporte que supo perfectamente dónde colocar cada uno de esos centros, que tenían como un taller, alojamiento y bar».
Los negocios le fueron bien y tiempo después abrió en Montevideo el café España. El local se convirtió en un punto de encuentro obligado para emigrantes, políticos y escritores. «Es un hombre que se hizo rico gracias a su trabajo y a su habilidad para los negocios», sentencia Diego Martínez, enterrando de este modo los rumores que había escuchado en su infancia. Hoy, de todos modos, el sentir en Cornazo hacia Agustín Romero es de agradecimiento. Y prueba de ello es el acto de hoy.
Misa por el centenario
Hace poco más de un siglo, el templo parroquial de Cornazo era apenas una capilla en mal estado. Pero Agustín Romero, que había construido su casa sobre una colina situada a unos 200 metros de la iglesia, costeó no solo el arreglo sino la reconstrucción.
En pocos años, la capilla se convirtió en la gran iglesia que hoy es. La consagración se celebró el 14 de junio de 1925, de ahí que ayer se cumpliesen cien años de aquel hecho. Esta es la razón de que el consejo pastoral de Cornazo y el cura párroco Manuel Couceiro Cachaldora hayan organizado para hoy una misa especial de celebración. Es a las 19.00 horas, y la presidirá el arzobispo de Santiago, Francisco Prieto. «Será un acto muy sencillo, en el que inauguraremos una pequeña placa dentro de la iglesia», explica el sacerdote.
También saldrá la procesión, con las imágenes de la Virgen de la O y de San Pedro (patrono de Cornazo) hasta un cruceiro situado junto a la casa parroquial. La misa servirá igualmente para recordar el legado de Agustín Romero.
Dos parientes lejanos suyos, María Josefa Villaronga Martínez y Daniel Güimil Meaños, primos y miembros del consejo pastoral, acudirán a la eucaristía. «Mañana (por hoy) será un día muy importante para Cornazo», asegura Daniel Güimil, cuya bisabuela fue hermana de Agustín Romero.
De él, enumera algunas de sus contribuciones a la parroquia: pagó la reconstrucción de la iglesia y la ampliación del cementerio; edificó una escuela para cien niños; hizo caminos y lavaderos; construyó casas para algunas familias muy humildes... «Hasta le abrió una cartilla en el banco a todos los niños de la parroquia de menos de diez años con 15 o 25 pesetas para cada uno, que de aquella era mucho dinero», recuerda Güimil.
María Josefa Villaronga, por su parte, cuenta que el filántropo era tío de su abuela. A sus 77 años, todavía recuerda con nostalgia el chalé del indiano. «Cuando yo era niña aún era habitable». Ahora, está en ruinas, aunque con las paredes en pie. El filántropo se lo dejó en testamento a la iglesia, pero con la condición de construir en él una escuela, una cláusula que de algún modo ha frenado algo su rehabilitación. Sea como fuere, hoy es un día de orgullo local y agradecimiento.
Suscríbete para seguir leyendo
- Muere un lucense de 78 años en la playa de A Lanzada
- Hallan el cuerpo de un niño ahogado en Pedras Miúdas tras dos horas de angustiosa búsqueda
- «Nunca hemos querido ser un festival grande, pero sí un gran festival»
- Rías Baixas espera una cosecha sana y que incluso podría ser mayor que la de 2024
- «El Atlantic Fest es uno de los festivales consagrados por cartel y organización»
- El Atlantic Fest concede a Vilagarcía el privilegio de un evento para presumir y disfrutar
- Las procesiones del Carmen de O Grove y Carril suman más de 50 embarcaciones
- O Salnés afronta la temporada alta con lleno de turistas, aunque con estancias más cortas