Los vecinos de Os Duráns padecen los efectos de otra violenta pelea en la casa okupa

Los hechos sucedieron en la madrugada del martes con una discusión entre dos hombres que acabó con golpes y sangre entre ambos | Agentes policiales tuvieron que intervenir

La casa sigue sin solución a los continuos problemas.

La casa sigue sin solución a los continuos problemas. / Noé Parga

Vilagarcía

La casa okupa de Os Duráns ha vuelto a ser objeto de un altercado en la madrugada de ayer martes. En esta ocasión todo sucedió poco después de las 4.00 horas cuando el ruido generado por lo sucedido volvió a alterar una vez más el descanso de los vecinos del céntrico barrio vilagarciano.

Todo se originó a partir de la llegada de una mujer a la puerta del destrozado inmueble reclamando a gritos una cantidad ínfima de dinero a los okupantes del interior. La única respuesta obtenida fueron improperios de todo tipo exigiéndole además que abandonase el lugar de muy malas formas. Todo ello sin abrir en ningún momento la puerta.

Ante la negativa a la petición de devolución de los céntimos solicitados, la mujer amenazó con volver acompañada de un hombre. Una situación que se hizo realidad poco después con la aparición de la supuesta pareja de la mujer en la casa okupada.

La casa es un foco de problemas continuos.

La casa es un foco de problemas continuos. / Cedida

El hecho se produjo poco después. Fue alrededor de las 5 de la mañana cuando el hombre empezó a golpear de manera violenta contra la puerta para acceder a su interior. Por ello salió uno de los ocupantes y se inició una pelea con una serie de golpes que terminaron en sangre y en unas imágenes de absoluta inseguridad.

Fue uno de los vecinos de la calle quien, al observar el cariz de los acontecimientos, llamó a la Policía Local y a la Policía Nacional para que trataran de intervenir en lo que estaba siendo una situación muy violenta. Una vez que llegaron los efectivos policiales disuadieron a los que intervenían en la pelea, advirtiéndoles de las consecuencias de sus acciones.

Este hecho se suma a una larga lista de problemas de convivencia que están sucediendo en la casa okupada desde hace muchos años. Los propios vecinos ya han mostrado su desesperación con todo lo que tienen que soportar en cuanto a falta de seguridad y alteraciones del descanso, pero la solución sigue sin llegar. Hasta entonces, la única duda es saber cuánto habrá que esperar para que se produza otro altercado así.

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