Baloncesto, amistad y memoria en honor a Juan Pérez Eyré

Amigos de quinta del añorado profesor del colegio San Francisco se reencontraron para homenajearle en Vilagarcía

Antiguos compañeros de Juan Pérez Eyré le recordaron como a él más le gustaría.

Antiguos compañeros de Juan Pérez Eyré le recordaron como a él más le gustaría. / FdV

Vilagarcía

El domingo, el tiempo se detuvo un instante en Vilagarcía. Lo hizo entre canastas y abrazos, en un reencuentro que nació del recuerdo y del afecto. Amigos de infancia, viejos compañeros de equipo y entrenadores de toda una generación se reunieron para rendir homenaje a Juan Manuel Pérez Eyré, fallecido recientemente a los 50 años, en lo que fue mucho más que una comida: fue un acto de memoria viva.

Juan fue durante años profesor y jefe de estudios en el colegio San Francisco, pero para los presentes este fin de semana fue, sobre todo, «Juan el del BBC», el de las tardes infinitas de minibasket, el que compartía anécdotas y sonrisas que aún hoy perduran en la retina de sus amigos.

Juan Pérez, con el número 15, junto a los compañeros con los que compartió baloncesto, amistaad y vida.

Juan Pérez, con el número 15, junto a los compañeros con los que compartió baloncesto, amistaad y vida. / Cedida

El lugar escogido para la reunión no fue casual: la casa de Nacho Rey, que guarda en su jardín una pequeña cancha de baloncesto que durante décadas ha sido santuario de generaciones de jóvenes arousanos. Allí, entre aquellas dos canastas desgastadas por el tiempo pero intactas en su significado, los amigos de Juan revivieron su infancia, su adolescencia… y ese lenguaje secreto que solo se habla entre quienes comparten balón, equipo y vida.

Estuvieron Nacho, Toni, Emilio, los hermanos Soto, Jesús, Gelo, Carlos, Suso, Manu… nombres que se repiten en fotografías de otros tiempos, con camisetas holgadas y miradas que aún no sabían que los lazos de entonces durarían tanto. También asistieron sus entrenadores de siempre, Fran Martínez y Juan Santos. Faltó, por compromisos, el alcalde Alberto Varela, gran amigo de Juan, y que ya prometió no faltar a la próxima.

Fue un día para todo: para intentar, sin mucho éxito, encestar alguna canasta; para compartir mesa, conversación, anécdotas y muchas risas. Pero sobre todo fue un día para recordar a una gran persona entre mucho baloncesto.

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