El campo de fútbol grovense de As Lampáns trata de recuperarse
La Diputación de Pontevedra destina 143.000 euros a reponer el viejo terreno de juego

El campo de As Lampáns visto desde la taquilla. / M. Méndez

La demanda de un nuevo graderío y de vestuarios fueron durante muchos años algunas de las reivindicaciones sociales y deportivas planteadas en O Grove, y muy particularmente en la parroquia de San Vicente, en torno al campo de fútbol de As Lampáns.
El objetivo de aquella demanda que dio pie a todo tipo de disputas políticas e incluso judiciales no era otro que mejorar la accesibilidad y dotar de mayores comodidades a este espacio deportivo.

La visita al terreno de juego. / FdV
El mismo que antes había sido un lodazal y ahora se dispone a recibir alrededor de 143.000 euros procedentes de la Diputación de Pontevedra para poder disponer de un terreno de juego totalmente remozado.
La idea es retirar el actual césped artificial y colocar otro «con mejores prestaciones y todos los certificados medioambientales».
Esto conlleva retirar provisionalmente las porterías y demás equipamiento, desmontar las canaletas perimetrales de drenaje y reparar la base de aglomerado.
Así lo anunció esta mañana el diputado provincial Marcos Guisasola, quien además comunicó que el gobierno de Luis López aprobará esta semana en Junta de Gobierno la citada inversión económica.
Lo hará a través del segundo Plan Extraordinario de Infraestruturas Deportivas, dotado con 8 millones de euros con los que «transformar y modernizar las instalaciones deportivas de la provincia».
El mismo plan, por cierto, que en el caso de O Grove se incrementa en un 94,4% respecto a la anterior edición, «cuando se benefició de 73.640 euros para el acondicionamiento del pabellón de deportes de Conmeniño», explicó Marcos Guisasola.
Lo hizo tras pisar el viejo terreno de juego de As Lampáns junto con el alcalde, José Cacabelos, los concejales de Rural y de Obras, Juan Otero y María de los Ángeles Domínguez, y el edil conservador Pablo Leiva.

El campo de fútbol de San Vicente de O Grove. / M. Méndez
Catorce años
Han pasado exactamente once años desde la reconstrucción del campo de fútbol de As Lampáns, donde se instaló entonces un nuevo césped artificial, además de torretas de eliminación y otras mejoras.
Fue en 2012 cuando el Concello de O Grove escenificó una simbólica «toma de posesión» del campo de fútbol y sus flamantes vestuarios para poner fin a la rocambolesca situación que había rodeado al, para muchos, uno de los proyectos más chapuceros y controvertidos de la historia local.
Mucho antes de aquello incluso se habían organizado manifestaciones en las que vecinos, directivos del club Amanecer y deportistas reclamaban un campo de fútbol digno.
Ya en 2018 los usuarios del campo de fútbol de As Lampáns alertaban del «deficiente estado» de las instalaciones. Y los padres de los jóvenes futbolistas que entrenan o compiten en este terreno de juego municipal incidían en ello denunciando, además, que «en el Concello no hacen nada para corregir la situación».
Aseguraban los denunciantes que ya se quejaron en repetidas ocasiones ante los responsables de la Administración local, «y sin embargo siguen sin atender nuestras peticiones y nos dan largas».

Las gradas del campo de fútbol. / M. Méndez
En aquel momento airearon problemas como la existencia de redes rotas o la carencia de marcador y de megafonía, pero también advirtieron de que el terreno de juego se inunda completamente cada vez que llueve con cierta intensidad, por lo que es preciso instalar bombas de achique.
Según las mismas personas la lluvia también causaba problemas en las gradas, ya que cae sobre los espectadores. Y añadían que esta instalación deportiva carecía de un acceso para ambulancias, de tal modo que los traslados resultan mucho más dificultosos y lentos.
El entonces presidente del club Amanecer, Carlos Muñiz, confirmaba buena parte de las carencias denunciadas por los usuarios. Sobre todo se refería al problema, parece que irremediable, que presentaban las gradas.
«Lo que sucede es que el campo se hizo mal -argumentaba-, de tal forma que la grada tenía que estar a más altura y disponer de una buena visera, pero no se hizo así y ahora causan muchos problemas».
Lo que quería decir es que la grada «es prácticamente inservible cuando llueve, ya que entra el agua y el público no puede resguardarse, salvo que los espectadores se suban a lo más alto; y por si fuera poco cuando da el sol de frente apenas se ve el campo».
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