Otro accidente de la Guardia Civil en la carretera Catoira-Caldas
Es la polémica EP-8001, donde en 2021 falleció un agente que iba en moto

El vehículo policial siniestrado esta tarde en la carretera EP-8001. / FdV
M. Méndez
La peligrosa y polémica carretera provincial EP-8001, que une Catoira con Carracedo (Caldas), fue escenario esta tarde de un nuevo accidente de circulación, esta vez protagonizado por un vehículo patrulla de la Guardia Civil.
Se trata de la misma carretera en la que en agosto de 2021 falleció un agente del instituto armado también en acto de servicio que se desplazaba en motocicleta.
Esta vez no hay que lamentar víctimas, pero lo sucedido vuelve a poner en entredicho las condiciones de esta vía de circulación.
Sucedió al filo de la una y media de la tarde, cuando, por causas que se desconocen, el coche patrulla sufrió una salida de vía y acabó volcado sobre la calzada.
Los dos agentes que viajaban en el vehículo sufrieron golpes y contusiones pero parece que no precisaron de atención médica, según indicaron en Protección Civil Catoira y el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Padrón, que fueron dos de las entidades enviadas al lugar de los hechos por el 112, junto a Bombeiros de Vilagarcía.
Son tantas las curvas –algunas muy peligrosas–, es tan importante el volumen de circulación rodada –más de 8.000 vehículos diarios– y son tan pronunciadas y sombrías algunas de sus pendientes, que no es de extrañar que absolutamente todos los partidos políticos coincidieran en reivindicar alguna vez que otra, durante las dos últimas décadas, una reforma integral y urgente del trazado.

El coche patrulla quedó volcado sobre la calzada. / FdV
El problema es que, como suele suceder, no acaban de ponerse de acuerdo, pues cuando un partido reclama soluciones con más vehemencia es cuando está en la oposición, y cuando toca gobernar las soluciones ya no parecen tan sencillas.
Eso es lo que ha pasado hasta ahora con la Diputación de Pontevedra, que es la entidad responsable de esta conflictiva carretera que se ha ganado a pulso el calificativo de «mortal».
Desde 2010, que es cuando empezó a sonar con fuerza la necesidad de reformar la carretera, tanto el PP como el PSOE y el BNG han tenido responsabilidades de gobierno en el ente provincial, pero ninguno de estos partidos fue capaz de conseguir la ansiada reforma.
Mucho menos afrontar la otra opción que se ha barajado, como es la de ceder la carretera a la Xunta de Galicia para que se encargue de construir sobre ella una vía de alta capacidad que permita no solo evitar accidentes, sino reforzar las comunicaciones entre la AP-9 y la Autovía de Barbanza.
Y mientras se espera esa o cualquier otra solución definitiva, siguen produciéndose salidas de vía, colisiones y vuelcos entre Catoira y Carracedo, protagonizados tanto por turismos como por camiones y motocicletas.
Accidentes a los que se suman los atropellos de animales y que son muchos más de lo que se cree, ya que no todos los sucesos que se producen en la EP-8001 aparecen reflejados en los medios de comunicación.
Suelen salir a relucir solo los más dramáticos o aparatosos, como el registrado en octubre de 2010 en el punto kilométrico 1,8, con resultado de un muerto y 25 heridos de diversa consideración, algunos muy graves, tras volcar un autobús.
Viajaban 39 invitados, entre ellos tres niños de corta edad, que acudían desde el Concello de A Pobra do Caramiñal a la boda que celebraba en Redondela una pareja de jóvenes vigueses.
El fallecido, Carlos Ramos Santos, de 31 años, era natural del municipio pobrense, al igual que la mayoría de los ocupantes.

El camión volcado el miércoles pasado. | Noé Parga
El chófer, vecino de Boiro de 48 años, había perdido el control del bus a la salida de una curva, invadió el carril contrario y acabó volcando e impactando con un árbol situado en el margen izquierdo de la EP-8001.
Como consecuencia de ese choque el autocar volcó y acabó tendido sobre un lateral. Durante la violenta maniobra el pasajero que acabó perdiendo la vida salió despedida del habitáculo por una ventanilla y fue aplastado por la carrocería contra el asfalto.
La virulencia del choque y el hecho de que los asientos careciesen de cinturones de seguridad contribuyeron a que se registraran tantos daños personales.
2011: fallece una joven
También fue sonado el accidente que en octubre de 2011 acababa con la vida de una mujer de 26 años de edad, vecina de Boiro, cuyo turismo colisionó frontolateralmente con otro, cuyo conductor resultó herido leve.
Sucedió en el kilómetro 4,5, es decir, casi en el mismo lugar donde el miércoles pasado volcó el trailer y donde en 2021 falleció un guardia civil.

Una de las salidas de vía registradas. | Iñaki Abella
Aquel mismo año, pero en mayo, dos jóvenes resultaron heridos de gravedad tras un aparatoso accidente. Eran un vecino de Caldas de Reis, de 23 años, y un vilagarciano de 28 años.
Muchos se acordarán también de que en mayo de 2015 se registraron dos heridos tras salirse su vehículo de la vía.
Y de que en junio de 2017 fueron tres los heridos en una colisión frontal entre dos vehículos en la carretera EP-8001.
2018: caballo atropellado
Al año siguiente quedó patente otro de los riesgos de la EP-8001, como es la presencia de animales en la calzada. Habitualmente son los jabalíes los que cruzan la carretera, que atraviesa una gran masa arbolada compartida por los Concello de Catoira, Valga y Caldas, pero en aquella ocasión fue un caballo el que irrumpió en ella.
Fue atropellado por un turismo que, a consecuencia del impacto, acabó fuera de la vía, empotrado contra los árboles. El resultado: una mujer y su hijo, de 8 años, heridos.
2021: agente muerto
Desde entonces se registraron otros muchos y aparatosos accidentes, resultando especialmente trágico el antes citado de 2021en el que fallecía un motorista de la Guardia Civil en acto de servicio.
El agente, de 51 años, perdió el control de su moto en el punto kilométrico 4,05 y sufrió una salida de vía en la que recibió un golpe mortal.
Poco después fallecía una septuagenaria catoirense y resultaban heridos leves su marido, de 80 años, y su hijo, de 53.
Aquel accidente, a poco más de un kilómetro del nudo de enlace de la AP-9, consistió en una salida de vía que hizo que el vehículo saliera despedido sobre un desnivel hasta acabar volcado, con las ruedas hacia arriba, en una finca próxima.
En definitiva, que pueden citarse multitud de casos que vienen a confirmar el alto grado de siniestralidad de la carretera entre Catoira y Carracedo.
Y por cierto, no solo en el tramo que avanza desde la rotonda de la PO-548 que une Pontecesures con Vilagarcía hacia Caldas, sino también al otro lado de esa rotonda, en el recorrido que va hasta el puente interprovincial Catoira-Rianxo sobre el río Ulla.
Trayectos con una intensidad media diaria de más de 8.000 vehículos y una densa circulación pesada e industrial, ya que, entre otras cosas, es la vía de comunicación entre la Autovía de Barbanza y la AP-9.

La señalización deja claro que el peligro es real
Lo que se ha hecho en los últimos años en la carretera EP-8001, a la espera de la ansiada remodelación integral de la misma –que permita eliminar las curvas más peligrosas–, fue renovar la capa de rodadura, dotarla de firme antideslizante y mejorar la señalización horizontal y vertical, limitando la velocidad y advirtiendo a los conductores del riesgo, que en algunos puntos se antoja extremo.
Esa señalización es especialmente intensa en el tramo de concentración de accidentes, de aproximadamente 4,5 kilómetros de longitud, y deja muy claro el peligro que existe en el vial.
Pero resulta evidente que no basta con indicar la complejidad del trazado, sino que es necesario acabar con ella, y eso solo pasa por variarlo o convertir esta carretera en una vía de alta capacidad, siendo éstas las dos opciones que se han estado barajando en las dos últimas décadas.
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