Y Arousa vio la luz en plena madrugada

A las 3.45 horas se restableció el suministro eléctrico en Vilagarcía

Las incidencias han sido notables en O Salnés y Ullán

Arousa

Quince horas y media estuvo prácticamente toda la comarca sin un servicio eléctrico que, en circunstancias excepcionales como la derivada del gran apagón sufrido en toda España, se ha demostrado más necesario que nunca.

En cualquier caso, ha sido una recuperación muy desigual, pues mientras en algunas zonas de Meis ya había luz a las diez de la noche de ayer, en otras estuvieron sin servicio hasta bien entrada esta mañana. El alcalde de O Grove, por ejemplo, confimaba a las 8.25 horas que en su municipio "acaba de llegar la luz en este momento".

Más han tardado en recuperarse las conexiones a Internet y las redes móviles, pero al menos se había recuperado un suministro vital.  

Fue a las 3.45 horas cuando el alumbrado público se reactivó en Vilagarcía (por fases y zonas) y las luces se encendieron en muchas viviendas mientras sus moradores dormían, tras haberse acostado sin saber ya qué interruptores habían quedado activados y cuáles no.

Los semáforos volvían a funcionar, los escaparates estaban encendidos de nuevo y la normalidad y la calma parecían querer adueñarse de las aún vacías calles, sumidas en un silencio que únicamente alteraban los camiones de recogida de basura y los timbres de algunas alarmas y telefonillos.

La calle de Vista Alegre (Vilagarcía), a las cuatro de la madrugada.

La calle de Vista Alegre (Vilagarcía), a las cuatro de la madrugada. / M. Méndez

Acopio de linternas y velas

 Atrás quedaba un episodio que muchos no olvidarán y que causó todo tipo de complicaciones en la comarca arousana, donde los vecinos habían aprovechado la tarde del lunes para acudir a los supermercados, bazares, ferreterías y negocios similares en busca de provisiones de todo tipo, pues no se trataba solo de recoger alimentos y bebidas, sino también, y sobre todo, pilas, linternas, velas y hornillos de camping-gas.  

Ejemplo de ello es lo ocurrido en el Centro Comercial Arousa, en Vilagarcía, que había recurrido a los generadores para seguir en funcionamiento como si nada pasara en el exterior, dando así servicio a todas sus tiendas, al abarrotado hipermercado de Froiz, cafeterías e incluso a las escaleras mecánicas.

Dos mujeres cargando sus móviles en el Centro Comercial Arousa, ayer.

Dos mujeres cargando sus móviles en el Centro Comercial Arousa, ayer. / M. Méndez

De ahí que los clientes acudieran a comprar, pero también a cargar sus teléfonos móviles, aprovechando los enchufes existentes en las paredes interiores del edificio.

Abastecimiento de agua

Entre los efectos del apagón en la comarca también hay que citar los cortes en el abastecimiento de agua y la suspensión de actividades deportivas y clases en diferentes centros educativos.

A modo de ejemplo, decir que el Concello de Valga comunica a sus vecinos que a causa del apagón “se están registrando problemas” en el suministro de agua procedente de los depósitos de Lapido (Padrón) que abastecen a parte del municipio, especialmente a las parroquias de Cordeiro, Campaña y Xanza.

Desde el gobierno local piden a sus ciudadanos que realicen “un consumo moderado y responsable” para no agotar las reservas “y evitar posibles cortes en el servicio”.

Colegios

También les transmite que, si bien se suspendieron las clases, los centros educativos permanecen abiertos “para atención de cualquier incidencia, manteniendo la suspensión de la actividad lectiva y del transporte escolar”.

Ante esta medida, que se aplica igualmente en otros centros del Ullán y O Salnés, “pedimos comprensión a las familias, ya que algunos pueden no tener preparada la apertura debido a las dificultades existentes para las comunicaciones”.

El alcalde, José María Bello Maneiro, confiesa que la situación vivida ayer fue “compleja y de mucha preocupación, principalmente por quedar incomunicados y las dificultades de recibir información, lo que nos llevó a mantenernos en contacto con Protección Civil a través de walkie talkies”. A pesar de todo, “no se registraron incidencias de gravedad”.

Como ejemplo de la labor realizada indica que “los electricistas municipales acudieron al centro de salud para solventar los problemas que tenían para poner en marcha un generador, logrando arrancarlo para que el servicio sanitario no se viera interrumpido”.

El apagón también obligó a introducir limitaciones en la red ferroviaria, no solo por la cancelación de trenes, sino porque el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) mantuvo cerrados los pasos a nivel con barreras.

La instalación de un generador en Bamio (Vilagarcía).

La instalación de un generador en Bamio (Vilagarcía). / FdV

Esto impedía que fueran cruzados por los vehículos, obligando a desviar el tráfico por diferentes calles. Como sucedió en el Concello de Pontecesures, donde las vías atraviesan la principal calle de la localidad.

De ahí que el gobierno local informara a sus ciudadanos a través de las redes sociales, cuando aún funcionaban, pidiéndoles colaboración y paciencia. Pero también máxima precaución al circular por la carretera N-550, dado que, como sucedió en toda la comarca, los semáforos permanecían apagados.

Emergencias Vilagarcía

Prueba del caos vivido es que a media tarde de ayer el Servicio Municipal de Emergencias de Vilagarcía informaba del rescate de una docena de personas que habían quedado atrapadas en los ascensores, además de ayudar a otros vecinos con problemas de movilidad y tener que abrir alguna que otra puerta.

A mayores, sus efectivos han tenido que deplazarse a diferentes garajes que se estaban inundando, dado que no funcionaban las bombas de achique de sus edificios.

La Xunta suspendió las clases.

La Xunta suspendió las clases. / M. Méndez

La Policía Local de Vilagarcía desplegaba un operativo especial con agentes apostados en las principales intersecciones y rotondas de la ciudad, situados en zonas bien visibles “para que los ciudadanos puedan encontrarnos fácilmente si tienen alguna emergencia, dado que los teléfonos no funcionan”, explicaba uno de los municipales.

En otras localidades, como Sanxenxo, que lo hizo incorporando tres patrullas, se ha procedido a reforzar los servicios nocturnos.

Hablando de emergencias, decir que servicios médicos como los del ambulatorio de San Roque pudieron funcionar con relativa normalidad, gracias a un generador, aunque con los médicos anotando las recetas a bolígrafo, como se hacía antaño, cuando los ordenadores no existían o no eran tan esenciales como ahora.

También permanecieron abiertas algunas farmacias, cobrando íntegro el importe de los medicamentos con intención de devolver a los usuarios el importe abonado por la Seguridad Social en cuanto se restableciera el sistema informático.

Al igual que se mantuvo la actividad asistencial en el servicio de urgencias y los quirófanos del Hospital do Salnés, de nuevo gracias a los equipos electrógenos. Pero poco se pudo hacer por mantener las consultas de los especialistas, que se vieron anuladas ante la imposibilidad de acceder a los historiales clínicos de los pacientes.

Visitas escolares al Acuario O Grove, ayer.

Visitas escolares al Acuario O Grove, ayer. / FdV

Ese tipo de generadores permitieron mantener la actividad en otras instalaciones. Fue el caso de varias viviendas de Bamio (Vilagarcía) y del Acuario O Grove, por cuestiones obvias bien preparado para hacer frente a este tipo de emergencias, ya que debe mantener con vida a los miles de animales que ocupan sus tanques. Ayer no solo estuvo abierto al público, sino que recibió numerosas visitas escolares. Entre ellos de la escuela infantil de la red Galiña Azul situada en Rons.

Decir también que la mayoría de los comercios de la comarca, y no pocas cafeterías, cerraron a lo largo de la tarde, al igual que lo hicieron numerosos restaurantes.

Entre los damnificados por el apagón eléctrico estaban también los carniceros, pescaderos y demás comerciantes que despachan productos perecederos necesitados de cámaras frigoríficas o hielo para poder conservarse.

Biblioteca Rosalía de Castro

 Los momentos más tensos se produjeron justo después del apagón, cuando empezó a salir humo de la flamante Biblioteca Municipal Rosalía de Castro, en Vilagarcía de Arousa, la cual tuvo que ser desalojada.

Clientes de Froiz comprando provisiones.

Clientes de Froiz comprando provisiones. / M. Méndez

La Policía Local, acordonó la zona, donde pronto se reunieron decenas de curiosos que vieron con angustia como salía el humo del edificio… ¡Como si de una chimenea se tratara! Y todo, presuntamente, por una avería del generador eléctrico.

Afortunadamente, todo quedó en un susto, ya que ni siquiera llegaron a producirse llamas, de ahí que los servicios de emergencias desplazados al lugar lo abandonaran precipitadamente para centrarse en los demás sucesos que se estaban produciendo en ese preciso momento, haciendo que las sirenas sonaran repetidamente por toda la ciudad.

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Especialmente cuando, mientras humeaba la Biblioteca, se recibía el aviso de otro incendio urbano, y que resultó ser un foco localizado en el generador eléctrico de un edificio de la avenida Rosalía de Castro.

A esto se sumaban las peticiones de ayuda de la gente que había quedado atrapada en los ascensores durante los minutos iniciales del desconcertante apagón, dando lugar a todo tipo de especulaciones sobre las causas.

Desconcierto que aumentaba por momentos y provocó imágenes similares a las vividas durante el confinamiento de la población cuando la pandemia del covid, cuando los ciudadanos hacían acopio de provisiones en los principales supermercados.

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