Humanización de Conde Valllellano: otro lío a la vista

Residentes en la calle de Conde Vallellano y las anexas de A Baldosa y Juan García, comerciantes asentados en esa zona y clientes de esos establecimientos reclaman al Concello de Vilagarcía que haga todo lo necesario para evitar retrasos en la humanización que se lleva a cabo en la primera de ellas, iniciada hace poco más de un mes con un presupuesto de 552.300 euros.

Lo plantean tras haber visto cómo los operarios encargados de la mejora «han tenido que reabrir zanjas que ya habían tapado para cambiar tuberías, ya que las que habían colocado no servían».

El problema, aducen, es que «alguien se confundió al elegir el calibre de las tuberías y no podían hacer las conexiones».

Lo plantean de este modo en base a las explicaciones que han recibido de los propios trabajadores, de ahí que pidan al gobierno local «que esté vigilante para que se hagan las cosas en tiempo y forma».

La invasión de zonas peatonales empeora con las obras de Conde Vallellano

Temen que se repita lo sucedido en la peatonalización y embellecimiento de la «calle hermana» y anexa de Arzobispo Lago, también sometida a complicaciones de todo tipo durante la ejecución de los trabajos y una vez finalizada la obra. De hecho, en la actualidad siguen sin funcionar sus fuentes.

«No estamos en contra de que peatonalicen y mejoren Conde Vallellano, pero sí pedimos que no nos causen más problemas de los que ya tenemos», explican los comerciantes mientras muestran las zanjas y la gran cantidad de vallas que tienen colocadas ante sus puertas y escaparates.

«Los clientes se vuelven locos para esquivar las vallas y llegar hasta nuestras tiendas, de ahí que algunos desistan, por eso cuanto más tarden en ejecutar esta mejora más dinero vamos a perder los comercios», asegura uno de los damnificados.

Conde Vallellano se llamará Clara Campoamor tras su reforma urbana

Dado que la maquinaria pesada iniciaba las obras el pasado 19 de marzo y desde el Concello se anunció un plazo de ejecución de seis meses, todo tendrá que estar a punto entre agosto y septiembre.

Se inaugurará –previsiblemente con el nombre de Clara Campoamor, propuesto por Ravella– para comunicar la plaza de Galicia y Arzobispo Lago con la avenida de A Mariña, siguiendo la fórmula aplicada en la consecución del «modelo de ciudad» propuesto por el gobierno de Alberto Varela.

Esto supone, aclara Ravella, «dar protagonismo a las personas, aunque respetando la necesidad de usar vehículos de motor puntualmente y dejando sin mobiliario uno de los laterales para facilitar ese tránsito restringido».

Lo cierto es que tanto los comerciantes con negocios en la calle de Conde Vallellano como sus clientes parecen coincidir en que la mejora es positiva.

Pero también en que es necesario «acelerar al máximo los trabajos» y hacer «todo lo que sea necesario para que causen las menores molestias posibles».

«Creemos que vamos a salir ganando con la nueva calle, porque si queda como está en el proyecto será mucho más atractiva, pero también deseamos que esto acabe cuanto antes y que no se produzcan retrasos, ya que tener las vallas colocadas delante de la puerta hace que perdamos clientes», manifiesta una de las vendedoras.

«Todos sabemos que cualquier obra conlleva molestias y sacrificios, pero no es de recibo que en un mes tuvieran que reabrir las zanjas cuatro veces porque se equivocaron con los tubos, ya que eso solo supone retrasos y más retrasos», espeta otro comerciante.