Estas son las amenazas del conjunto histórico-artístico de Vista Alegre
La porquería se acumula en las farolas
No dejan de pasar motos, coches, furgonetas y camiones

El entorno del conjunto monumental de Vista Alegre. / M. Méndez

Si cualquier potencial visitante acude a la página web de Turismo de Galicia para pedir información sobre Vilagarcía y sus encantos, podrá saber que de todos los pazos de esta localidad, «el de Vistalegre es el único que cuenta con la declaración de Monumento Histórico Artístico».
Se refiere a ese simbólico edificio situado a orillas del río O Con, en pleno centro urbano de la ciudad, que «hunde sus raíces en la fundación misma de Vilagarcía, pues fue entonces, a mediados del siglo XV, cuando García de Caamaño decidió construir una torre en este lugar desde la que dominaría el recientemente creado burgo y puerto».
Esa es una parte de la historia que rodea a este entrañable lugar que el Concello ha querido embellecer durante los últimos años y donde la cruda realidad habla de un paso constante de bicicletas, motos, patinetes eléctricos, turismos, furgonetas e incluso camiones. ¡Y eso que se trata de una zona peatonal!

Una furgoneta pasando bajo el arco. / M. Méndez
Ese transitar de vehículos rodados es, como se indicó en tantas ocasiones anteriores, solo una de las amenazas que pesan sobre este lugar, en el que Fernando de Andrade, arzobispo de Santiago, ordenó construir el convento de Agustinas en el año 1645, afrontándose entonces una reforma que acabó uniendo el pazo y la iglesia mediante un característico arco-pasadizo.
El mismo que en repetidas ocasiones sufrió ataques vandálicos –a modo de pintadas– y que a diario asiste al paso de vehículos que no dejan de deteriorar la zona y poner en peligro a los peatones.

Farolas repletas de porquería en el entorno del monumento. / M. Méndez
Los mismos que en el alumbrado ornamental que rodea al pazo, convento, iglesia y colegio pueden observar la otra gran amenaza que pesar sobre el conjunto monumental, como son los carteles de todo tipo de que se colocan en las farolas.
Es cierto que algunos de los que usan estos elementos como soporte publicitario acaban retirando los carteles o anuncios al cabo de un tiempo, pero también lo es que otros siguen pegados a las farolas hasta que se pudren, quedan descoloridos o alguien los arranca o pega otros por encima.
Ni que decir tiene que esa cartelería, el referido paso de los vehículos y los continuos destrozos en el piso de piedra de la peatonal calle de Vista Alegre afean el que es, quizás, el lugar de mayor atractivo turístico, patrimonial e histórico de Vilagarcía.
Ese que a principios del siglo XX fue sede del viceconsulado británico y perteneció después a Andrés Fernández, propietario de la mayor mina de plata de México.
El mismo lugar que en los años 20 volvió a sus antiguos dueños, los marqueses de Vilagarcía, y en el que dentro de menos de un mes se celebra una de las citas festivas más importantes de la localidad: Santa Rita.
Quizás para entonces el tráfico por esta calle peatonal sea menos intenso y las farolas que lo iluminan estén bien limpias.
También las recientemente instaladas por el Concello para iluminar y embellecer este monumento mediante luces de colores, ya que los vándalos también han empezado a realizar pintadas en ellas.
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