Detectan mala praxis en la aplicación de tratamientos fungicidas
Aplicarlos mal supone perder efectividad y dinero
Los responsables dañan el medio ambiente y se exponen a sanciones
Los técnicos de la EFA apelan al sentido común

Aplicación de tratamientos contra el mildiu en O Salnés. / M. Méndez

Cuando bodegas y viticultores siguen dando pasos importantes en pro de la sostenibilidad y la reducción de tratamientos fitosanitarios en los viñedos, resulta más importante que nunca advertir de los riesgos que entraña una incorrecta aplicación de los mismos.
Eso es lo que hace la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), cuyos técnicos han podido observar personalmente cómo, ya sea por desconocimiento o negligencia, algunos productores cometen errores de bulto cuando llega el momento de «dar el sulfato».
Desde este departamento dependiente de la Diputación de Pontevedra no solo advierten y censuran la mala praxis de la que hacen gala algunos viticultores, sino que los invitan a «utilizar el sentido común a la hora de preparar y aplicar cualquier producto fitosanitario».

Los viticultores ya se emplean a fondo para luchar contra el mildiu. / M. Méndez
Esto implica ajustar la velocidad de aplicación del producto fungicida, regular la presión del caldo y, en definitiva, efectuar todos los ajustes que sean precisos para garantizar que el tratamiento llegue a los brotes, las hojas o, cuando sea el momento, a los racimos.
De este modo no solo se garantiza la eficacia de los tratamientos contra plagas como el mildiu, sino que se reducen los mismos, es menor el desembolso económico a realizar y se evita esparcir los productos fitosanitarios hacia otras plantaciones, ríos, viviendas y cualquier otro elemento o lugar alejado del viñedo al que se dirige la intervención.
Una recomendación que cobra más sentido, si cabe, después de que los técnicos de la EFA detectaran, en su recorrido por las diferentes comarcas vitícolas, que «en algunos casos la nube de fungicida asciende varios metros» e incluso «es desviada por las corrientes de aire fuera de la superficie de las viñas».
Una mala praxis que «no solo impide el control de las infecciones, sino que contamina el medio ambiente», remarcan desde el citado centro de control y divulgación.
Comienza la temporada
El mismo que advierte de que tan irresponsable proceder puede ser objeto de sanciones. Algo a tener muy presente por los viticultores ahora que comienza la temporada de aplicación de tratamientos.

Mancha de mildiu en un viñedo de Cambados. / EFA / Diputación
En relación con esto, la EFA anuncia para la semana próxima el regreso de unas condiciones meteorológicas inestables, lo cual es tanto como decir que pueden producirse unas precipitaciones que, con toda probabilidad, se harán acompañar de un aumento de las temperaturas.
Es decir, un caldo de cultivo propicio para el desarrollo de enfermedades como el mildiu, de la que ya se han detectado las primeras manchas en viñedos de O Salnés y O Condado.
De ahí que el nivel de alerta «deba ser alto», advierten desde la EFA cuando piden que se extreme la vigilancia para saber en qué momento aplicar los tratamientos.
Algo que siempre va a depender, claro está, de las condiciones y ubicación de cada predio, influyendo a la hora de tomar decisiones la mayor o menor densidad de vegetación propia y acompañante, la ventilación de la parcela y, si fuera el caso, la fecha de aplicación el anterior tratamiento.
Poco aireadas
Dicho esto, allí donde las viñas estén poco aireadas, tengan vegetación abundante y ya se detectara la primera mancha de mildiu, «debe renovarse el tratamiento esta misma semana», sostiene la EFA.

La botritis también es motivo de preocupación
No solo el mildiu ocupa y preocupa al viticultor. También la botritis, que en cualquier momento puede afectar a la vid. Sobre todo después de las rachas de viento y granizadas de la semana pasada.
La EFA confirma que tales adversidades provocaron roturas en hojas y brotes, generando «lesiones o heridas que, en condiciones de humedad, pueden ser la puerta de entrada a patógenos oportunistas como los que generan la botritis».
Sobre todo teniendo en cuenta que las lluvias de Semana Santa «redujeron el periodo de protección teórico de los fungicidas que pudieron emplearse con anterioridad, además de haber lavado el componente de contacto».
Además, la EFA aconseja que, si se realiza un seguimiento concreto del mildiu, se actúe inmediatamente después de detectar la primera mancha, siempre que no haya precipitaciones y esté seca la viña, empleando en ese tratamiento «un producto que contenga al menos una materia activa con propiedades preventivas y curativas».
Por cierto, que al hablar del mildiu hay que decir que las cambiantes condiciones meteorológicas de las dos últimas semanas resultaron idóneas para su desarrollo en diferentes especies de las llamadas «plantas de huerta», de ahí la necesidad de aplicar un tratamiento preventivo y, de haberlo hecho ya en su día, proceder a renovarlo antes de las próximas lluvias.
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