Este es el plan para acabar con la oleada de robos en O Grove

El alcalde propone medidas que EU considera que ya llegan tarde

Crecen la alarma y la inseguridad ciudadana en el municipio

José Cacabelos desmenuzó ayer la propuesta de su gobierno.

José Cacabelos desmenuzó ayer la propuesta de su gobierno. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

O Grove

El alcalde de O Grove, José Cacabelos, dice tener un plan para hacer frente a la oleada de robos que padece la localidad desde hace meses, la cual se ha intensificado en las últimas semanas, incluso con nuevos actos delictivos cometidos durante la madrugada de ayer, desatando la alarma social y política en la localidad.

Esta vez, como ya se avanzaba ayer, ha sido el restaurante Pan de Millo, situado en la avenida de Beiramar y propiedad de la afamada cocinera meca Lorena Moldes.

El autor o autores del asalto accedieron al local por la ventana de la cocina, a pesar de los barrotes de que disponía, empleando así un modus operandi ya visto en otros episodios anteriores en este mismo municipio.

Ante esto, empresarios y vecinos exigen respuestas, presencia y contundencia policial mientras grupos como Esquerda Unida (EU) reclaman una reunión urgente de la Junta Local de Seguridad para determinar cómo responder a estos hechos.

La respuesta desde el Concello fue anunciar un plan de emergencia «para mejorar la seguridad ciudadana, incluyendo el refuerzo policial con la aceleración de la llegada de nuevos agentes y la incorporación de tecnologías de videovigilancia, aunque este es un asunto sensible desde un punto de vista jurídico», reconoce el alcalde.

Como ya había anunciado en FARO, insiste en que ya en enero «solicitamos cuatro agentes a la Academia Galega de Seguridade, pero los procesos actuales hacen que tarden más de un año en incorporarse, de ahí que estemos estudiando una vía alternativa a través de un plan de movilidad que nos permita reforzar de inmediato a la Policía Local».

Las cámaras captan un robo en un bar de O Grove

FDV

Igualmente, esgrime que ya pidió refuerzos a la Guardia Civil y se compromete a convocar de inmediato a la Junta Local de Seguridad para «analizar en detalle la situación actual, identificar las zonas y problemáticas y establecer un diagnóstico compartido que permita priorizar actuaciones».

El plan de acción que propone Cacabelos incluye «valorar la contratación temporal de refuerzos, convocatoria de nuevas plazas, colaboración con la Consellería de Presidencia, Xustiza e Interior y una campaña de concienciación y colaboración ciudadana con el lema ‘O Grove seguro, O Grove alerta’».

Pide que se denuncie

De este modo quiere pedir que se denuncie «cualquier actividad sospechosa» y ofrecer «recomendaciones para reforzar la seguridad en los hogares, comunidades de vecinos y negocios».

Lo cierto es que los mecos ya habían alertado a través de FARO DE VIGO sobre la creciente sensación de inseguridad y robos como los perpetrados ante los barcos de pasaje de O Grove, en la carnicería de la plaza de abastos y en numerosos locales de hostelería y restauración, además de en otros negocios y domicilios del municipio.

Como también se hizo pública la precaria situación en la que se encuentra desde hace años la Policía Local de O Grove, limitada actualmente a apenas ocho agentes.

Un agente de la Policía Local de O Grove.

Un agente de la Policía Local de O Grove. / Noé Parga

Ante estos hechos, después de que se perpetrara incluso un asalto a mano armada en un domicilio de Reboredo y, sobre todo, a raíz de los robos que se han producido durante la Semana Santa, Esquerda Unida exige contundencia.

José Antonio Otero

La formación que lidera José Antonio Otero González considera que los vecinos viven «con miedo» y exige respuestas, de ahí que pidiera ya la convocatoria de la Junta de Seguridad «para abordar este grave problema de inseguridad ciudadana».

Explica el esquerdista que «los robos en establecimientos, la entrada de los ladrones en viviendas y los tirones de bolsos se han convertido en algo habitual que afecta al bienestar de los vecinos».

Unos hechos que «en los últimos días se han agravado hasta alcanzar niveles alarmantes, con hasta tres robos por noche», a veces incluso más.

Tras recordar que cuando comenzó el mandato «se nos pidió desde el Concello que nombráramos un representante para formar parte de la Xunta Local de Seguridade», Otero lamenta que «nunca se nos convocó a ninguna reunión».

Razón por la cual cuestiona la falta de diligencia y respuesta del ejecutivo ante los hechos aludidos, al tiempo que exige «participar con voz y voto» en dicho órgano consultivo.

José Antonio Otero González.

José Antonio Otero González. / Iñaki Abella

Pidió refuerzos

Es sabedor el líder de EU que el alcalde ya pidió refuerzos a la Guardia Civil a través de la Subdelegación del Gobierno, y también sabe que, supuestamente, «se está trabajando para incorporar nuevos efectivos a la Policía Local». 

Sea como fuere se trata de medidas que «llegan tarde, ya que esta oleada de robos comenzó hace mucho, y la respuesta del gobierno municipal fue hasta ahora absolutamente insuficiente».

Es por ello que Esquerda Unida demanda la ampliación inmediata de la plantilla de Policía Local, pues «lleva años reduciéndose y no se cubren las plazas de los agentes que pasan a segunda actividad», siendo éste uno de los motivos por los que no pueden organizarse patrullas nocturnas, «precisamente cuando se producen la mayoría de los robos».

Dicho de otro modo, que «mientras el alcalde sigue escudándose en dificultades legales para contratar nuevo personal, los efectivos policiales son cada vez menos y la delincuencia aumenta».

Benemérita

Para terminar, EU apunta también a la responsabilidad de la benemérita, puesto que este cuerpo «tampoco puede dar una respuesta suficiente a la oleada de robos, dado que debe cubrir una amplia área de la comarca con recursos muy limitados».

Algo que sucede «mientras en otros concellos limítrofes se refuerzan los cuerpos de seguridad y se ponen en marcha medidas preventivas», espeta Otero.

Este planteamiento de EU se produce después de que vecinos y comerciantes expresaran su indignación ante esta oleada de robos, que el pasado fin de semana se completó con el asalto a cinco establecimientos.

Indignación

Como ya se avanzaba ayer, en tres de ellos los cacos consiguieron entrar, y en dos ocasiones, el presunto ladrón tuvo que huir a la carrera al verse sorprendido. Todo para un botín conocido hasta el momento que no superaría los 200 euros y que deja daños por un valor superior.

El Concello asegura que está «preocupado» y que ha solicitado a la Subdelegación más presencia de la Guardia Civil, además de buscar una «vía rápida» para completar la mermada plantilla de la Policía Local por la coincidencia de bajas.

La particular penitencia de los mecos empezó en la madrugada del Viernes Santo, cuando entraron en el bar Giso, provocando pérdidas económicas por daños.

Una antigua alarma los espantó, pero no demasiado, porque el sábado los ladrones volvieron a actuar, sembrando malestar en un trayecto de unos 600 metros en pleno centro urbano.

«Es una vergüenza lo que está pasando», comentaban desde Taberna de Beli, en la avenida de Beiramar, donde pudieron grabar al autor, y aunque la calidad de la imagen no es buena, el hombre parecía conocer bien la situación de sus cámaras interiores.

La Guardia Civil en A Lanzada.

La Guardia Civil en A Lanzada. / Noé Parga

Se cubrió el rostro al máximo con la capucha de una chaqueta y una bufanda estilo «braga», además de usar guantes. Fue directo a la zona de la caja y como estaba vacía, al bote de propinas, que se llevó y contenía entre 100 y 200 euros.

El reloj marcaba poco más de la una de la madrugada cuando, en un ejercicio cercano al contorsionismo, logró entrar por una ventana tras cortar uno de los barrotes colocados precisamente para evitar entradas indeseadas como esta.

La Guardia Civil buscó huellas y pistas en el interior del restaurante Pan de Millo, ayer. |  FdV

La Guardia Civil buscó huellas y pistas en el interior del restaurante Pan de Millo, ayer. / FdV

El mismo método que siguieron en la taberna Ferriños, en la plaza de O Corgo, y luego en el bar Metropol, de la calle Montiño de Arriba, a donde llegó el ladrón sobre seis de la madrugada. Pero un vecino le estropeó los planes y huyó a la carrera en una bicicleta, dejándose atrás una mochila blanca con herramientas.

«Estamos todos en el punto de mira»

Sobre esa hora también sonó la alarma de Regalos Belomar, un comercio situado no muy lejos, en la calle de Pablo Iglesias. Su propietaria se lamentaba: «Entré en el comercio y no vi nada, pero si llega a estar dentro... Pudo salirme cara la cosa. La verdad es que nos sentimos impotentes porque estamos todos en el punto de mira».

Un operativo nocturno de la Policía Local, el verano pasado.

Un operativo nocturno de la Policía Local, el verano pasado. / M. Méndez

La petición de vigilancia nocturna por parte de la Policía Local vuelve a ser un clamor, sobre todo porque todo esto se suma al caso del ladrón de bolsos -quedó en libertad a la espera de juicio- y del reciente asalto a una casa aún sin resolver.

El alcalde, Jose Cacabelos, comprende la «alarma social», pero señala que la Guardia Civil «está trabajando, y confiamos en que pronto haya resultados satisfactorios».

Asimismo, indica que en enero pidieron cuatro policías locales a la Academia de Seguridade, pero su ingreso puede retrasarse «meses, o incluso un año», así que están buscando una «una vía más rápida para tenerlos antes del verano».

Es evidente, como se indicaba hace diez días en FARO DE VIGO, que la escalada de robos que padece O Grove desde hace meses solo sirve para agravar la preocupación de los vecinos y poner en evidencia esa precaria situación de la Policía Local, que afronta bajo mínimos otra temporada alta para el turismo.

No hace mucho tiempo había 16 agentes, y ahora son la mitad los que tienen que repartirse los turnos de trabajo como buenamente pueden, de ahí que en algunas ocasiones, y sobre todo de noche, la policía no salga a patrullar.

Cierto es que esta carencia de personal y el deficitario servicio ofrecido no son nada nuevo, a pesar de que este municipio eminentemente turístico alcanza los 40.000 habitantes –puede que más– en pleno verano.

Pero ahora quizás preocupe más que nunca, generando una sensación de inseguridad que sale nuevamente a relucir después del asalto de los múltiples hechos delictivos acaecidos en las últimas semanas.

«O Grove no puede convertirse en una villa sin ley»

Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes) se suma a los «numerosos ciudadanos, hosteleros y comerciantes que están sufriendo robos, saqueos y daños».

Entiende la patronal que «O Grove no puede convertirse en una villa sin ley ni permitir que los delincuentes campen a sus anchas atacando viviendas particulares y perjudicando a los pequeños negocios y vecinos que se esfuerzan por sobrevivir y no merecen este clima de inseguridad».

La entidad que preside José Besada exige a las administraciones públicas y a los cuerpos y fuerzas de seguridad «que solucionen esta situación, aumentando las dotaciones policiales y la vigilancia nocturna para intimidar a los delincuentes y acabar con los robos que se producen a diario». 

Aún a sabiendas de que estos hechos no son exclusivos de O Grove, la patronal considera que en este pueblo «la situación está llegando al límite», de ahí que sus asociados y los vecinos en general sientan «miedo».

En resumen, que «hay que encontrar una solución cuanto antes para impedir estas situaciones y poder seguir disfrutando de nuestra villa con tranquilidad y sin temor».

De lo que se trata, o eso cree Emgrobes, es de «dotar a la villa de mayor vigilancia, tanto diurna como nocturna, aumentando el número de policías locales y solicitando a la Subdelegación del Gobierno más efectivos», que es algo que la propia patronal ya solicitó por escrito.

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