«Estamos tocados»: desencanto en Paradela por la suspensión de actos

En Paradela lo intentaron hasta el último momento. Sabían perfectamente que las previsiones meteorológicas eran malas, y comprobaron con pesar que a medida que se aproximaban el Jueves Santo y el Viernes Santo no mejoraban. Pero aún así no se dieron por vencidos. Decenas de vecinos llevaban meses ensayando muy duro, y tocaba intentarlo hasta el último momento. El jueves por la noche pudieron representar la dramaturgia de la Última Cena, pero después empezó a llover con tanta fuerza que no les quedó más remedio que cancelar las demás escenas, como la de la oración en el huerto y la del prendimiento de Jesús.

El viernes por la mañana tocó otra vez cruzar los dedos. Pero tampoco fue posible. Sobre las diez de la mañana, el Ayuntamiento de Meis publicó en sus redes sociales una nota avisando de la cancelación de los actos de la mañana. Dejaban la puerta abierta a celebrar los de la noche. Pero a media tarde, también se dieron por vencidos. No había manera.

«Estamos tocados», admite Fernando Oubiña, director de la composición teatral e histórico intérprete del papel de Jesucristo en Paradela. Había mucha ilusión, y los actores estuvieron gran parte del día en la Casa da Fábrica, el almacén situado junto a la iglesia parroquial en el que guardan la ropa de las obras y los elementos de la decoración. Porque además llueve sobre mojado, ya que el año pasado la lluvia ya aguó buena parte del espectáculo que los vecinos habían preparado con mimo.

Ahora, tienen la esperanza de que se pueda hacer la representación de la Resurrección, que está prevista para hoy a las 12.30 horas. Oubiña sabe que una vez más las previsiones meteorológicas no son buenas, pero espera que por lo menos deje de llover media hora, que es el tiempo que necesitan para desarrollar la parte más importante de la obra de hoy. «Es una jornada importante para nosotros porque actúan los niños, que son la semilla de nuestra Semana Santa», aduce el director.

Sentimientos encontrados también en Vilagarcía, donde no pudo salir ninguna de las dos procesiones que habían organizado la Cofradía Segunda Estación y la parroquia. Los organizadores tomaron la decisión de cancelarlas ya el jueves a primera hora de la tarde, «porque dependían de lo que les dijésemos la Banda de Música y la Policía Local, y no podíamos tener a cien personas esperando por nosotros hasta última hora», explica José Manuel Mariño, de Segunda Estación. Eso sí, las imágenes de los pasos estuvieron montadas, vestidas y expuestas todo el tiempo en el interior de la iglesia parroquial, para que las pudiesen admirar los fieles.

Mariño señala que están tristes porque el mal tiempo impidiese las procesiones ya que este año estrenaban una iluminación para los pasos que iba a realzar las marchas a última hora de la tarde. Y también por los porteadores. Al final, encontraron a los 26 necesarios, «y para muchos era la primera vez, y estaban muy ilusionados».