Los orígenes del contrabando de tabaco se remontan cinco siglos atrás en las costas de la ría de Arousa

Antiguo zulo para el contrabando de tabaco en A Illa de Arousa, en una imagen de 2013. | Iñaki Abella
Víctor Viana*
El contrabando de tabaco en las costas gallegas tiene una larga historia, no en vano ya en el siglo XVII constan ventas ilegales realizadas por un fraile benedictino, cuya historia cuenta el autor en este reportaje. En el siglo XVIII se encargó a López Ballesteros idear un método de perseguir este delito, explica. No está del todo claro de donde viene la palabra tabaco, sugiriéndose la posibilidad de que derive del «taino», el idioma de los caribes y que se utilizaba tanto para designar el rollo de hojas de tabaco a la especie de pipa, conocida como «tabago» para fumar el mismo. Lo que si es cierto es que procede de América y el descubrimiento lo trajo a España y al resto de Europa, según relata el cronista Bartolomé de las Casas cuando escribe que:
«Siempre los hombres con un tizón en las manos y ciertas hierbas para tomar sus sahumerios, que son unas hierbas secas metidas en una cierta oja, seca también, a manera de mosquete hecho de papel, de los que hacen los muchachos la pascua del Espíritu Santo, y encendido por la una o por la otra lo chupan o sorben, o reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, así, diz que, no sienten el cansancio. Estos mosquetes, o como los llamaremos, llaman ellos tabacos...».
Advertencias sanitarias
Al principio no fue bien visto su consumo en algunos países, por «los grandes males para la salud, llegando algunos de ellos a castigos severos como fue el caso de Rusia y Turquía en que se llegó a autorizar el cortar la nariz a quienes desobedecieran las leyes sobre su consumo, pero pronto se dieron cuenta que era más rentable tener un monopolio sobre el mismo y sacudir el bolsillo de los fumadores a través un impuesto sobre su comercio y consumo. Nacían así los establecimientos llamados «estancos», únicos donde se podía comerciar, y ello provocó el nacimiento del contrabando de esta «nueva mina para los necesitados, atrevidos o con ganas de hacerse ricos».
Realmente, lo que hacían era evitar el impuesto sobre el mismo, algo que se sigue haciendo de forma rutinaria a través de muchos trabajos, incluso actualmente a fin de evitar el poco apreciado IVA.
El primer escrito sobre el contrabando de tabaco en España ha sido descrito por Baudilio Barreiro Millón sobre «Un episodio compostelano del siglo XVII», describiendo la historia de un monje nacido en Monforte, que por su fama de conflictivo fue enviado a Alemania por su Orden, de donde fue devuelto, si cabe más conflictivo, acabando finalmente en Vilanova de Arousa, en el pequeño priorato que administraba las rentas que pertenecían a la abadía benedictina de San Martín Pinario.
Viajes en barco
Precisamente desde la ría de Arousa salían barcos con cargamentos de maíz, centeno y vino para Asturias, Cantabria y País Vasco, para retornar con hierro o barriles vacíos. Y parece que era el lugar adecuado para el contrabando de tabaco, al que el fraile Gregorio se adaptó como si hubiera nacido en el ambiente adecuado, descargando los alijos en Corrubedo, «desde donde varios curas de parroquias cercanas ocultaban la mercancía hasta que llegaba el momento de transportarla para su venta a los miembros menos pudientes de la nobleza, que veían en el gesto de fumar un signo de distinción».
Como parece que el negocio del tabaco iba por buen camino, en junio de 1692 se asoció con el marinero asturiano Pedro Blanco Inclán, dueño de un pequeño barco llamado «Espíritu Santo», con el que además del tabaco comerciaban con objetos difíciles de encontrar en Galicia, pero, como no era facil mantener un negocio tan lucrativo en secreto, pronto llegó a oídos de los recaudadores de impuestos del Rey, que establecieron un servicio de patrulla por la costa a la espera de coger al monje y su socio, pero tras dos meses de espera tuvieron que dejar la vigilancia. Ocurrió entonces que un chivatazo les dijo que se había avistado el barco del asturiano en octubre de 1692 que se dirigía hacia Corrubedo, y «cuando el barco tocó tierra, los hombres de la Corona salieron de su escondrijo apresaron a sus tripulantes y requisaron la carga, unas 24 libras de tabaco ilegal, lo cual era poca cosa para tanta operación de vigilancia».
El caso del fraile
¿Qué había ocurrido? ¡Tanta vigilancia y días de espera para tan poca cantidad de tabaco! Resulta que los informadores a sueldo de Gregorio le habían soplado lo de la operación de los agentes del Rey, por lo que el monje descargó en Corrubedo una pequeña cantidad de tabaco para contentar a los recaudadores, mientras que el resto – una cantidad que los agentes del fisco cifraban en 5.000 libras pensaban descargarlas en una apartada cala cercana y transportarla a la casa rectoral de Oleiros.
Como los agentes estaban seguros de que el barco transportaba mucho más tabaco que las 24 libras halladas, sin mas, se incautaron de la lancha, trasladando a los presos a la cárcel de Rianxo, pero ante el escándalo que ello ocasionaría, los benedictinos silenciaron el asunto tras un acuerdo con el fisco real «a cambio de la liberación de la tripulación y la devolución del barco».
Otros personajes de O Salnés
Pero la historia del contrabando de tabaco continúa con otros personajes de O Salnés: Con la Guerra de la Independencia el contrabando aumenta con barcos tanto civiles como militares.
Sirva como ejemplo la llegada de un bergantín a la ría de Arousa el 16 de noviembre de 1811, que fondeó en las inmediaciones del puerto de Carril, por lo que el cabo principal del puerto se acerca a los navegantes para solicitarle el origen y la carga, recibiendo como contestación un fusilazo que afortunadamente solo le rasgó.
Se averiguó que se trataba de un bergantín de la Marina de Guerra británico con seis cañones por banda, y que por las manifestaciones del marinero José Benito del Río se hallaba después situado en medio de la ría frente a A Illa de Arousa.
En el informe que se envió a la Junta Superior el día 21 se indicaba que se reconoció a bordo al marinero Manuel Antonio de Cores «que parece que iba haciendo de práctico», con ánimo de buscar un lugar de la costa para desembarcar la carga de tabaco.
Por la noche se envió un guardia a casa del citado Cores para cogerlo y prestar declaración, pero como ya lo esperaba, había ido en su bote como si estuviera pescando en la ría. Ante la reiteración de desembarcos de tabaco, las autoridades gallegas encargan a López Ballesteros en 1811 que articule el modo de luchar contra el mismo y de forma efectiva.
El fraile que fue condenado en una operación
En 1693, el abad de San Martín Pinario, Juan Landa, condeno al fraile Gregorio a un año de cárcel y es el primer caso documentado de contrabandistas de tabaco en O Salnés. El abad le llamóa capitulo para hacer algo que actualmente corresponde a la Justicia: que prestase declaración de bienes, amenazándole con registrar sus pertenencias pero Gregorio se excusó para orinar y arrojó el el orinal cargado de dinero, unos 20.000 reales.
Según las leyes vigentes las penas que recaían sobre los infractores suponían que la tercera parte de lo incautado iba para el denunciante, y López Ballesteros señalaba que en el futuro deberían los jefes de las Alarmas formadas por los propios habitantes del lugar, las que se encarguen de la lucha contra los contrabandistas: nadie mejor que ellos conocía el terreno, y las ganas de ganar más dinero aumentaban en tiempos de crisis.
Ballesteros añade finalmente que ante las dificultades para la lucha contra el contrabando, la solución estaría en establecer el libre comercio del tabaco y de este modo, «a los infelices marineros que no tienen otro modo de emplear sus buques a causa de la asoladora guerra en que nos hallamos metidos por nuestra independencia y libertad, de tal modo que se prefijara un precio con los marineros que compensara las probables pérdidas que a causa del contrabando dejaba de recibir la Hacienda, y que posteriormente se llevara el citado tabaco a los almacenes. De esta forma habría mayor consumo de tabaco y mayores tributos para las necesidades de la Junta».
Teniendo en cuenta su experiencia en la lucha anticontrabando, cuando López Ballesteros sea Ministro de Hacienda procederá a fundar un cuerpo específico que se llamará el Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, llevando así a una lucha organizada, especifica e independiente de cualquier política del momento.
*Médico e historiador
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