Eduardo Abad: «Los repartidores deben trabajar con tacógrafo»

El presidente de UPTA alerta de las elevadas cifras de siniestralidad laboral en autónomos vinculados al transporte o la construcción

En Galicia se producen cinco accidentes diarios

Eduardo Abad, en un acto de UPTA en Vilagarcía.

Eduardo Abad, en un acto de UPTA en Vilagarcía. / Iñaki Abella

Arousa

El bum del comercio electrónico, que se desató durante la pandemia de COVID y que desde entonces no ha dejado de crecer, ha tenido muchas consecuencias. Una de ellas es que las empresas de paquetería han visto como su volumen de trabajo se ha disparado. Pero eso no siempre estuvo acompañado de la contratación de los conductores suficientes, y esa es una de las razones de que la siniestralidad laboral haya aumentando en este sector más que en ningún otro.

Así lo defiende al menos el vilagarciano Eduardo Abad Sabarís, presidente de la organización de autónomos UPTA, quien ha solicitado al Gobierno que el uso del tacógrafo se extienda también a las furgonetas de los repartidores autónomos. «Queremos que el sector de la paquetería empiece a funcionar con tacógrafo, sea cual sea el volumen de carga del vehículo», manifestó ayer el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).

La organización está muy preocupada por las altas tasas de siniestralidad que padece el sector del trabajo por cuenta propia. Según datos aportados por la propia UPTA, en Galicia se producen cada día cinco accidentes laborales con trabajadores autónomos implicados, y seis perdieron la vida en la comunidad autónoma el año pasado. Unas cifras que en su opinión muestran «una situación crítica». «La siniestralidad laboral en el ámbito del trabajo autónomo en España es insostenible y exige una intervención inmediata», plantea el arousano.

Hasta 14 horas

Eduardo Abad asume que en muchas ocasiones, la siniestralidad se debe a que los trabajadores autónomos no adoptan las medidas de seguridad pertinentes. Pero asegura que en muchos otros, tienen poco margen de elección. Y para ejemplificarlo, cita a los conductores de las empresas de mensajería. «Sufren una gran presión por parte de las compañías cargadoras, y eso les aboca en ocasiones a realizar jornadas de entre 12 y 14 horas diarias. Esto supone un peligro para ellos, pero también para la seguridad vial de los demás usuarios de las carreteras».

Por ello, cree que hay que extender el uso de los tacógrafos a los furgones de menos de 3.500 kilos de masa autorizada, así como a aquellos más grandes pero que ahora mismo están exentos de este dispositivo de control. Abad plantea que, de este modo, se evitarían las jornadas maratonianas de los repartidores y estos descansarían el tiempo reglamentario, como ya hacen camioneros o chóferes de autobús.

La construcción

Aunque porcentualmente el sector en el que más ha crecido la siniestralidad laboral de trabajadores autónomos haya sido estos años el del transporte, en cifras absolutas, los empleos más peligrosos siguen siendo los relacionados con la construcción. En este caso, Eduardo Abad sí cree que buena parte de la responsabilidad en los accidentes es atribuible al autónomo, ya sea porque prolonga sus jornadas laborales más allá de lo razonable, o porque por comodidad o por ahorrar, no utiliza los equipos de seguridad adecuados. «El trabajador por cuenta propia del sector de la construcción tiene que trabajar las mismas ocho horas que el asalariado. Evidentemente, una persona que echa doce horas al día encima de un andamio no va a tener los mismos reflejos ni la misma concentración que uno que pasa ocho. Y esas situaciones, muchas veces, tienen un desenlace fatal».

El presidente de UPTA considera también que Inspección de Trabajo debería ser más dura con los autónomos a la hora de exigirles que utilicen los dispositivos de seguridad, como cascos, arneses o zapatos de seguridad, para prevenir accidentes y, si se producen, para que sean lo menos graves posible. «Esto no se trata de pedir cosas en contra de los autónomos, sino a favor de ellos», recalca Eduardo Abad. «El objetivo es reducir estas cifras de siniestralidad laboral en el sector por cuenta propia, que son intolerables».

El presidente de UPTA se ha referido también al ramo de las peluquerías y la estética, y al del mar. De pescadores y mariscadoras, ha citado tanto las enfermedades músculo-esqueléticas como el posible riesgo de cáncer «por la exposición prolongada al sol». De las peluqueras y esteticistas, advierte de los daños que les pueden originar el manejo habitual de productos químicos o la aspiración de restos orgánicos.

Los autónomos de O Salnés sufrieron el año pasado 86 accidentes laborales

El pasado año se produjeron en O Salnés 86 accidentes laborales con trabajadores autónomos en O Salnés, de los cuales tres fueron graves. Son datos confeccionados por UPTA y el Ministerio de la Seguridad Social. Los municipios con mayor siniestralidad fueron Vilagarcía (23 accidentes, uno de ellos grave) y Sanxenxo (17 accidentes, uno grave). Le siguen Cambados (12 accidentes), O Grove (9), Vilanova (8), Meaño (6, uno de ellos, grave), Ribadumia (5), Meis (4), y A Illa (3 accidentes).En la comarca arousana hay 8.654 trabajadores por cuenta propia. Una relación que encabeza Vilagarcía con 2.331 afiliados al régimen especial del trabajo autónomo. En Sanxenxo son 1.666 los afiliados; en Cambados, 1.218; y en todos los demás municipios, están por debajo del millar. O Grove tiene 890; Meaño, 554; Meis, 431; Ribadumia, 489; Vilanova, 822; y A Illa, 253.En lo que respecta al conjunto de la provincia de Pontevedra, el pasado año se produjeron 644 accidentes laborales con trabajadores autónomos, lo que supone 40 menos que en 2023. Fueron graves 26 de ellos (cinco menos que el año anterior), y se produjeron dos muertes.Además, Abad avanza que UPTA está trabajando para que en determinadas profesiones sedentarias y de alta cualificación, eventos como los ictus o los infartos sean reconocidos como accidentes profesionales.

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