San Benito de Lores "indulta" a más de treinta parejas de gallos de corral por miedo a la gripe aviar

Treinta parejas de gallos regresaron a sus corrales ayer a mediodía. Se salvaron de la subasta que iba a celebrarse con ocasión de San Benito de Lores, que también obró el milagro de indultarlos por la gripe aviaria.

San Benito recibe a los fieles en su templo de Lores. |  Iñaki Abella

San Benito recibe a los fieles en su templo de Lores. | Iñaki Abella

Meaño

Desangelada jornada la de San Benito de Lores que se quedó huérfano de «poxas». Y es que a falta de gallos de corral, prohibidos por el riesgo de gripe aviar, se sumaba una jornada lluviosa y gélida que restó devotos, por lo que no aportaron otros animales como ofrendas.

Devotas meañesas a las puertas de la iglesia. |  Iñaki Abella

Devotas meañesas a las puertas de la iglesia. | Iñaki Abella

Ni cabritos, ni ovejas, ni corderos, ni otras dádivas similares… El trastero-almacén de la parte trasera del santuario se quedó vacío en esta ocasión por lo que hubo de suspender la subasta sobre la bocina.

Y eso que fueron muchos los devotos que, perseverantes y fieles a sus compromisos adquiridos en su conciencia con el santo, aún así se personaron en los aledaños del almacén durante la mañana para entregar los gallos.

Pero, a la puerta, los responsables de la comisión les explicaban que no podían ni recogerlos ni subastarlos, instándoles a que regresan con ellos cubiertos para devolverlos a su propio gallinero, al estar prohibida cualquier transacción en estos momentos de riesgo de gripe aviar.

«Por la mañana nos trajeron aquí más de 30 parejas de gallos, cuya recogida tuvimos que rechazar -explica a la puerta un miembro de la comisión-, y la gente lo aceptó de forma resignada».

Cita de verano

«Cabrá que los dejen para el San Benito de verano -agrega-, si la prohibición se levanta, más aún cuando en verano, por tradición hay menos gallos, pero las piezas son más grandes que las del San Benito de invierno», agrega el subastero.

Curiosos y público, quien más y quien menos, preguntaba a media mañana por las poxas del presente año, expresando su decepción por no poder disfrutar del tradicional espectáculo, uno de los más concurridos.

A falta de subastas, el septeto de la charanga Noroeste amenizaba el recinto, que a esa hora estaba desangelado, entre el frío del altozano y el barrizal que, con tanta lluvia caída, iba a asomando por doquier. Rosquilleiras y demás puestos eran escasos y apenas se registraron en las inmediaciones. La parte musical se completaba con el grupo de gaitas ·Os do Barro», cuarteto sanxenxino ayer en el San Benito de Lores.

Eso sí, los fieles se mantuvieron en las misas celebradas a cada hora en el templo. En total, nueve oficios religiosos, tres de ellos en horario vespertino. Muchos, por devoción o tradición, seguían cumpliendo con el santo, con sus donativos y sus deseos de que su pañuelo, su gorra o una prenda suya fuera pasada por el manto sanador del santo.

El santo «máis miragreiro» salió por la mañana en procesión por el atrio, tras la misa solemne concelebrada.

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