La Sareb ingresa 1,2 millones de euros tras vender todo el inmueble de A Illa

La puja finalizó el pasado viernes y se vendieron los nueve pisos y once plazas de garaje que se encontraban en los lotes | El más caro, un ático, finalizó la subasta en 139.520 euros

Edificio de A Illa del que se subastaron nueve pisos y once plazas de garaje.

Edificio de A Illa del que se subastaron nueve pisos y once plazas de garaje. / Noé Parga

A. G.

A Illa

Desde que se anunció la subasta de nueve pisos y once plazas de garaje en un inmueble de la avenida da Ponte de A Illa, el interés por hacerse con uno de esos inmuebles se desbordó. Tal es así que la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha conseguido vender todos los activos que sacó a la subasta, que se cerró en la noche del pasado viernes, con un ingreso para el denominado como «banco malo» de 1,2 millones de euros.

Los nueve pisos, de entre 40 y 65 metros cuadrados y de entre una y dos habitaciones se vendieron entre 91.000 euros y 139.520, este último, por uno de los áticos más destacados. Las plazas de garaje oscilaron entre los 8.280 de la más barata a los 13.800 de la más cara. En varios de los casos, la puja se cerró por debajo del valor de tasación de los inmuebles, ya que las plazas de garaje estaban valoradas en 13.000 euros y los pisos entre los 130.000 y los 218.000 euros.

Esta circunstancia es algo bastante habitual, reconoce el cambadés Xurxo Charlín, de ASEC asesores y que se dedica a asesorar en la adquisición de estos inmuebles a muchos de sus futuros compradores. «Se trata de verdaderas gangas tal y como se encuentra el mercado inmobiliario en lugares como A Illa, sobre todo en este caso, que se trataba de un inmueble afectado por la crisis inmobiliaria y que las viviendas se encontraban a estrenar», señala Charlín. Algo muy semejante ocurrió recientemente, con la venta de un inmueble en Pontecesures, donde «hubo pisos que se llegaron a cerrar las pujas en menos de 50.000 euros». De hecho, Charlín matiza que «antes, este tipo de compras eran realizadas por especialistas que se dedicaban exclusivamente a esto, pero la situación de la vivienda ha provocado que la gente se anime, cada vez más, a intentar llevarse alguno de estos inmuebles».

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce, ya que muchos de los pisos o viviendas que salen a subasta tienen cargas económicas importantes «por eso es clave disponer de toda la información para decidir si se apuesta por hacerse con el inmueble o no». De hecho, recuerda Charlín, hace unos meses se subastó por 40.000 euros un piso en Boiro que «tenía cargas por 200.000 euros procedentes de una deuda con Hacienda, por eso se debe insistir en que hay que conocer muy bien la situación registral del inmueble antes de lanzarse, porque así se evitan sorpresas de última hora». Además, también hay que aportar un depósito sin ningún tipo de aval bancario para poder participar en la puja, que se acaba devolviendo en caso de no ser el afortunado. En estos momentos, en subasta se encuentran varios pisos en la comarca, entre ellos, uno en Vilagarcía y dos en el municipio de Sanxenxo, a los que seguro que no le van a faltar aspirantes antes de que se cierre definitivamente la subasta».

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