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¿Ya has visto el exótico pato mandarín de la laguna Mina Mercedes?

Es un ave originaria de Asia que se caracteriza por su pequeño tamaño y el colorido plumaje de los machos

Comparte protagonismo con cisnes, fochas y otras anátidas

El colorido pato mandarín de Mina Mercedes, en el Concello de Valga.

El colorido pato mandarín de Mina Mercedes, en el Concello de Valga. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Valga

En la laguna de Mina Mercedes, un pequeño paraíso creado de forma natural a partir de una vieja explotación a cielo abierto de caolín y arcilla, que funcionó hace un siglo ocupando alrededor de diez hectáreas de superficie, no solo los cisnes, una gran cantidad de anátidas y descomunales truchas –es un coto de pesca sin muerte– acaparan las miradas de los visitantes.

De un tiempo a esta parte, en este espacio de ocio enriquecido por el Concello de Valga durante los últimos años con todo tipo de acciones, también llama poderosamente la atención la presencia del pato mandarín (Aix galericulata).

Originaria de Asia oriental, esta especie fue introducida en Inglaterra en el siglo XVIII, «y posteriores sueltas y escapes dieron como consecuencia la formación de poblaciones naturalizadas de cierta importancia en determinados países de Europa, como la propia Inglaterra, Alemania o Países Bajos».

SEO/BirdLife

Así lo explica la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), que esgrime que la presencia de este colorido pato en territorio nacional «ha dejado de considerarse ocasional», existiendo observaciones del mismo «tanto en la Península como en los archipiélagos».

Dos mujeres observan el pato en Mina Mercedes.

Dos mujeres observan el pato en Mina Mercedes. / M. Méndez

Sus avistamientos están «repartidos por toda la Península, aunque dos terceras partes de ellos corresponden al Norte, principalmente Cataluña, pero también a Galicia y Asturias, habiéndose observado además en el archipiélago balear y en el canario», apostilla la organización conservacionista.

Donde apuntan también que «la mayor parte de estos registros se corresponden con el tiempo de invernada, lo que sugiere que estas aves proceden de las poblaciones establecidas al Norte en Europa».

Lo cierto es que este colorido ánade, que no llega a los cincuenta centímetros de longitud y alcanza 74 de envergadura, resulta ya «bastante familiar, por ser una especie frecuente en parques zoológicos».

El colorido pato mandarín.

El colorido pato mandarín. / M. Méndez

Ya sea como consecuencia del movimiento migratorio o bien de su suelta voluntaria o fortuita en alguno de esos parques –o en algún criadero de animales exóticos cercano a Valga–, de lo que no hay duda es de que el exótico pato mandarín se ha instalado en la vieja explotación minera valguesa.

Parece encontrarse a gusto en esta laguna natural que es ya un paraíso para muchas especies, compartiendo protagonismo, por ejemplo, con la focha común (Fulica atra), presente en numerosos humedales europeos, como se aprecia en la laguna litoral de A Bodeira –en la playa grovense de Mexilloeira–, y también en la vieja explotación granitera ahora conocida como Lagoa Pedras Miúdas (Concello de Catoira) y en la laguna de Comboa (Vilagarcía).

Una focha común en la laguna.

Una focha común en la laguna. / M. Méndez

Un ave, la focha común, «de tendencias omnívoras, aunque mayoritariamente vegetariana, y muy prolífica, con puestas numerosas y repetidas con las que contrarrestar la intensa predación que sufre», indican en SEO.

Pero volviendo al pato mandarín, esta entidad conservacionista aclara que, «de naturaleza silenciosa, durante el cortejo el macho emite un silbido agudo y ascendente», y eso es algo que han podido escuchar quienes en los últimos días han estado observando en Valga a este animal, cuya área de distribución natural, hay que insistir, «se extiende por Asia Oriental, entre el Sureste de Siberia y el Noreste de China, Corea y Japón; además de existir una importante población asilvestrada en Gran Bretaña, con varios miles de individuos».

El pato mandarín junto a otras anátidas.

El pato mandarín junto a otras anátidas. / M. Méndez

Escapes, sueltas y migración

En cuanto a la población española, SEO aclara que si bien puede proceder en parte de escapes y sueltas, parece estar mayoritariamente «relacionada con las poblaciones establecidas más al Norte en Europa», como se desprende «del sesgo norteño de las observaciones y la tendencia a que se produzcan en invierno».

Puede aclararse igualmente que «cría en lagos, ríos y marjales enclavados en el cinturón de bosques caducifolios de la franja templada de Asia Oriental, y muestra preferencia por humedales de tamaño reducido con abundancia de vegetación palustre».

A VISTA DE DRON: Pedras Miúdas (Catoira)

Galidrone

Parece que anida «en huecos de árboles, aceptando también cajas-nido, donde deposita una puesta de entre 9 y 12 huevos». La incubación «dura entre 28 y 33 días y es llevada a cabo exclusivamente por la hembra».

Se alimenta de «nueces, bellotas y semillas, así como de plantas y de invertebrados acuáticos».

Ni que decir tiene que en la laguna de Mina Mercedes el pato mandarín puede encontrar un hábitat propicio. Al igual que en la laguna hermana de Porto Piñeiro, situada justo al lado y a la que también se desplazan continuamente los cisnes, fochas y demás anátidas de la primera de ellas.

Gracias a esa riqueza animal y a las mejoras introducidas, entre las que destacar la existencia de una red de senderos, pantalanes flotantes, merenderos y parque infantil, son cada vez más los ciudadanos de Valga y de otras muchas localidades que se detienen a observar esta laguna, situada justo al lado de la carretera comarcal PO-548, que une Pontecesures con Vilagarcía.

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