Alertan de la presencia constante de jabalíes en la vía rápida
Los usuarios del acceso a la playa de A Lanzada aseguran que provocan accidentes con frecuencia
La valla de protección lateral de la carretera está destrozada

Una de las zonas donde la valla lateral de la vía rápida está destrozada. / FdV

La vía de alta capacidad que conduce desde la Autovía do Salnés hacia el istmo de A Lanzada –un tramo de apenas siete kilómetros que discurre íntegramente por el Concello de Sanxenxo– vuelve a ser noticia. Esta vez no por los atascos y la necesidad de un desdoblamiento que permita dotarla de cuatro carriles de circulación –dos en cada sentido–, sino por la creciente presencia de animales silvestres en la calzada.
Sobre todo jabalíes, que en los últimos años han provocado numerosos accidentes en este que es el principal acceso rodado al Concello de O Grove.
Precisamente los conductores grovenses explican que en los últimos meses el número de siniestros se ha multiplicado, lo cual achacan al «pésimo estado de conservación» de este trazado.
Una valla precaria
Se refieren, sobre todo, a la valla metálica de protección lateral que, supuestamente, debe impedir el acceso de los animales a la calzada.
Queremos denunciar la situación públicamente para que la gente lo sepa y que los conductores extremen las precauciones, ya que el día menos pensado puede producirse una verdadera tragedia en esa carretera
Lo que sucede, y los denunciantes de la situación aportan pruebas gráficas de ello, es que esa alambrada está rota, tumbada o levantada en numerosos puntos, especialmente a la altura del cementerio de Noalla (Sanxenxo).
En ese lugar ya se produjeron múltiples accidentes a causa de la invasión de la calzada por parte de los animales salvajes. De ahí que cada poco tiempo aparezcan cadáveres de jabalíes y zorros tirados en el arcén.
El último suceso del que se tiene constancia tuvo lugar la semana pasada, concretamente la noche del Martes de Carnaval.

El jabalí que provocó un accidente el Martes de Carnaval. / FdV
En el mismo se vieron implicados dos vehículos que acabaron colisionando y matando un jabalí de mediano tamaño que cruzaba la vía rápida por una de esas zonas donde la valla cinegética está completamente inservible.
Desperfectos
La mujer de uno de los automovilistas implicados indica que «el jabalí cruzó la calzada y mi marido no pudo esquivarlo, por lo que impactó con el animal y el coche sufrió importantes desperfectos».
A continuación pasaba otro turismo que tampoco pudo evitar al cerdo salvaje, lo atropelló y acabó rematándolo.
«Cuando dimos parte a la aseguradora nos pidieron fotos de la zona, por lo que volvimos al lugar y pudimos comprobar que la valla cinegética está inutilizada en buena parte del trayecto», explica esta ciudadana grovense.

Uno de los puntos donde los jabalíes se cuelan por debajo. / FdV
Además apunta que pertenece a una familia de taxistas, por lo que circulan con frecuencia por esa carretera, y en esos recorridos «hemos podido ver que la presencia de jabalíes es muy habitual», garantiza.
Viene de lejos
Esas fotografías de las que habla esta vecina demuestran claramente no solo la inutilidad de la protección lateral de la vía rápida, sino también que no es nada nuevo.
Muy por el contrario, resulta más que evidente que hace mucho tiempo que presenta esas pésimas condiciones, de ahí que en algunos puntos la maleza llegara a crecer que ha cubierto la alambrada, dando forma a un paso idóneo para facilitar lar entrada de los animales a la carretera.
Es por todo ello que los implicados en el accidente de la semana pasada han decidido reclamar una indemnización a la Xunta, como entidad responsable que es de la vía de alta capacidad de Sanxenxo.

Uno de los agujeros de la alambrada usado como zona de paso. / FdV
«Pero también queremos denunciar la situación públicamente para que la gente lo sepa y que los conductores extremen las precauciones, ya que el día menos pensado puede producirse una verdadera tragedia en esa carretera», pronostican los damnificados mecos.
Procede destacar que la población de jabalíes no deja de crecer en los montes de Sanxenxo, Meaño y O Grove, moviéndose los animales con soltura entre esas localidades y las islas de A Toxa y A Toxa Pequena tanto a través del istmo de A Lanzada como nadando o aprovechando la bajamar.
El hecho de que se dejen ver cada vez más cerca de las viviendas hace que mientras aumentan los daños que causan, se sientan cada vez más protegidos, ya que los cazadores no pueden intervenir en zonas habitadas como Noalla, A Revolta o Ardia.
De ahí las dificultades con las que se ha topado el Concello de O Grove durante los últimos meses para dar caza y sacrificar a los jabalíes alojados en A Toxa.
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