Pendientes de la migración prenupcial y la influenza aviar

Comienza el espectáculo de las aves que regresan a sus zonas de cría

Algunas se marchan al Norte de Europa y otras llegan desde África

Las medidas de prevención para evitar que interactúen con las domésticas deben extremarse

Observación de aves desde el barco «Chasula» en una expedición reciente.

Observación de aves desde el barco «Chasula» en una expedición reciente. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Aunque no hay una fecha exacta en la que encuadrarla, ya que varía dependiendo de las condiciones meteorológicas y, sobre todo, del tipo de especie de que se trate, en esta época del año arranca la migración prenupcial o primaveral de las aves.

Un movimiento en sentido inverso al de la migración otoñal o postnupcial que ahora lleva a las aves migradoras desde sus cuarteles de invierno a las zonas de cría.

Se trata de un espectáculo de la naturaleza que siguen con detenimiento ornitólogos y conservacionistas y al que es posible asistir desde la plataforma privilegiada de observación que constituyen las Rías Baixas.

Sobre todo en lugares especialmente recomendados para ello, como el Complejo Intermareal Umia-O Grove y el Complejo Ons-O Grove, en el que se integran entornos como Punta Pateiro, A Lanzada, Lagoa Bodeira y el conjunto de la ría de Arousa.

África y Siberia

El desplazamiento, como se ha explicado en tantas ocasiones, lleva a muchas especies que se reproducen en la Península Ibérica a desplazarse al Norte de Europa.

Sobre todo a las que entre septiembre y diciembre habían decidido alejarse de los rigores invernales de Siberia y zonas árticas similares, desplazándose miles de kilómetros hacia Galicia, el Sur de la Península Ibérica y el continente africano.

Al igual que llegan Galicia, ya sea para criar aquí y marcharse al finalizar el verano o simplemente para reponer fuerzas y seguir viaje, a otras que pasaron el invierno en África, y que ahora realizan miles de kilómetros de vuelo hacia las zonas de reproducción.

Un recorrido, por cierto, que hacen más rápido y con menos paradas para descansar y alimentarse que en la migración otoñal, ya que de lo que se trata ahora es de llegar lo más rápido posible a los mejores territorios reproductores y de defender los nidos de años anteriores.

Todo esto anima las Rías Baixas, pero también obliga a extremar las precauciones frente a la Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) o gripe aviar, siendo más necesario que nunca evitar el contacto de las aves domésticas con las silvestres.

Razón por la cual se mantiene la prohibición de criar aves de corral al aire libre en las zonas de más riesgo, como son los Ayuntamientos de Cambados, O Grove, A Illa de Arousa, Meaño, Ribadumia, Sanxenxo y Vilanova, siendo necesario instalar telas pajareras que eviten la interacción.

Una medida preventiva que, cabe recordar, es también de aplicación en localidades como Vilagarcía, Meis, Rianxo y Ribeira.

Alcatraz atlántico

De cualquier modo, hay que insistir en que la influenza aviar que tanto ha castigado en los últimos tiempos a especies como el alcatraz atlántico no entraña riesgo para el ser humano, de ahí que la migración resulte un espectáculo más que recomendable tanto en lo que resta de mes como en marzo e incluso abril.

La golondrina común, el avión común, cernícalo primilla y cuco europeo son algunas de las especies que ahora «vuelven a casa» y ocupan el lugar que dejan anátidas y tantas otras especies que se marchan a criar en los países nórdicos.

El «Chasula», en el dique seco | FDV

En los últimos días, una vez superados los temporales y a las puertas de la primavera, las aves marinas se han mostrado especialmente activas dentro y fuera de la ría de Arousa. En las bateas que usan como posaderos destaca la abundancia de cormoranes, espátulas, garzas y gaviotas. / Juan Diéguez

Pero también pueden dejarse ver, como ya sucedió otros años, especies «raras» como la gaviota enana, que se extiende desde Escandinavia y las repúblicas bálticas hasta el Este de Siberia a través de Rusia. Aunque también hay poblaciones más pequeñas en Países Bajos, Polonia, Rumanía y Ucrania, así como en Norteamérica.

Tanto o más llamativa resultó la localización en A Lanzada, en enero de 2012, de un ejemplar de «Melanitta deglandi stejnegeri», una subespecie de la familia de los negrones tan rara que ni siquiera tenía nombre en español.

El «Chasula», en el dique seco

Antes de entrar de lleno en la nueva temporada de observación de aves y mamíferos marinos, el barco pesquero «Chasula», reconvertido en aula flotante de naturaleza, se somete a las labores anuales de mantenimiento y puesta a punto. Ya ha sido trasladado a Astilleros Garrido. / FdV

Cuando se hizo oficial en O Grove el primer registro de dicha especie en España –es propia de la zona ártica y el Noreste de Asia–, desde SEO/BirdLife indicaron que aquel ejemplar podría haberse perdido durante la migración.

También en el istmo de A Lanzada fue documentada en el pasado la presencia de la barnacla carinegra (Branta bernicla), una variedad de ganso que cría en el Ártico y diferentes zonas de Noruega, Groenlandia, Rusia, Canadá y Alaska. Llega a recorrer 5.000 o 6.000 kilómetros en sus migraciones hacia el sur de Europa, la costa Atlántica de Estados Unidos y el Pacífico.

A lo que se suma que en 2013 los medios de comunicación de Escocia daban cuenta de la localización en O Grove de un ejemplar de barnacla cariblanca (Branta Leucopsis) anillado en Reino Unido nueve años antes, lo cual también da una idea de los importantes desplazamientos de las aves y de lo necesario que resulta prevenir la gripe aviar.

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