Los cazadores reclaman vallas y pasos de fauna en las carreteras para los jabalíes
El presidente de la Mesa Galega pola Caza traslada a la Xunta que la mayor parte de las vías de alta capacidad están mal cerradas y carecen de lugares para que los animales pasen de un lugar a otro sin invadir la calzada

Imagen de archivo de un cazador junto a una valla levantada en una vía de alta capacidad de la comarca. / Iñaki Abella
La abundancia de jabalíes causa daños en los cultivos agrícolas y es un importante foco de accidentes de tráfico. De esto hablaron ayer en Pontevedra la Mesa Galega pola Caza y el director territorial de la Consellería de Medio Ambiente. Para el presidente del colectivo cinegético, medidas puestas en marcha como la barra libre en la caza de estos animales en buena parte del territorio autonómico es solo un parche.
«Hoy en día el jabalí no es solo un problema cinegético, sino social, y como tal requiere varias respuestas coordinadas», plantea el presidente de la Mesa Galega pola Caza, Manuel Martínez. En este sentido, apunta que de nada vale pone el foco en los cazadores para tratar de reducir los accidentes de tráfico derivados de la irrupción de animales en las carreteras, ya que tampoco estas están preparadas.
«Hay un problema de fondo, y es que nuestras autopistas y autovías carecen de pasos de fauna y están mal valladas», argumenta el presidente de la entidad. Hace unos años, los cazadores de Meaño se quejaron públicamente de la existencia de cierres levantados en la Autovía do Salnés, y lo demostraron posando para FARO en varios puntos delicados. «Los animales se desplazan, y cuando llegan al borde de una autopista o una autovía, si no tienen un paso seguro terminarán cruzando la carretera. Les llevará más o menos tiempo levantar la tela, pero al final lo conseguirán», prosigue Manuel Martínez.
Por eso, desde el colectivo cinegético plantean que para reducir la siniestralidad vial causada por jabalíes -u otras especies salvajes- es importante actuar en las carreteras, reforzando su vallado si lo tienen y creando pasos de fauna, preferentemente elevados. «Los animales rehusan en gran medida los pasos inferiores debido al ruido que producen los coches al pasar por arriba. Sin embargo, los elevados sí funcionan, y son los que están haciendo desde hace años en países como Francia o Alemania».
Los pasos de fauna elevados son viaductos que quedan en tierra, incluso con algo de vegetación, y están colocados en puntos en los que por un motivo u otro es probable que los animales traten de cruzar la carretera para llegar del otro lado. En otras carreteras se han habilitado rampas para la salida de animales que hayan irrumpido en la vía de forma accidental, muchas veces en las entradas o salidas.

El acceso cerrado al monte de A Toxa. | Noé Parga
Manuel Martíñez añade que las administraciones también tienen que realizar un esfuerzo mayor en la señalización de los tramos de carreteras donde abunda la fauna salvaje, y aboga asimismo por realizar una campaña entre los conductores para que sean conscientes del riesgo al que se enfrentan en caso de colisionar contra un «porco bravo» de más de 100 kilos de peso a una velocidad excesiva. «Los conductores también tienen que tener claro que no es lo mismo tener un accidente a 60 kilómetros por hora que a 120». Hay que tener en cuenta que la gran mayor parte de siniestros de este tipo se producen de noche -es cuando los jabalíes tienen mayor actividad-, por lo que la visibilidad es menor y el tiempo que se tienen para reaccionar en caso de encontrar en la calzada a un animal es prácticamente nulo.
Martínez es muy escéptico con la efectividad real de la emergencia cinegética, ya que si bien permite cazar jabalíes casi sin límite de piezas y de tiempo en muchos concellos gallegos, «al final nosotros no nos dedicamos profesionalmente a esto, y no podemos dejar de trabajar un martes o un jueves para organizar una batida».
Reunión con la conselleira
En enero, la Mesa Galega pola Caza tuvo una reunión con la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez. Uno de los asuntos que pusieron sobre la mesa fue la situación de la caza menor. Martínez es muy pesimista en este asunto. «Recuperar la caza menor será muy complicado. El hábitat es el que es, y Galicia va hacia donde va». «Ahora mismo no se dan las condiciones adecuadas para que pueda desarrollarse la caza menor, y revertirlas es inviable, puesto que iría en contra de la industria forestal, que deja mucho dinero». Eso sí, cree que se podrían introducir medidas de compensación para mitigar la falta de conejos, por ejemplo con repoblaciones.
Rifles anestésicos o arcos para sacar los «porcos bravos» de A Toxa
Falta apenas un mes para que empiece la primavera, una época en la que el parque forestal Xaquín Álvarez Corbacho, en A Toxa (O Grove) podría recibir miles de visitas. Pero ya lleva más de tres meses cerrados, debido a la presencia de jabalíes en la zona y los ataques que perpetraron contra personas. Todavía queda un jabato en el bosque, por lo que sigue cerrado. Manuel Martínez considera que podría ser relativamente sencillo capturar al animal si hay «voluntad». «Por supuesto que no se puede entrar con los perros en A Toxa y empezar a tiros, pero sí que se podría tratar de capturar al animal con un rifle anestésico y después trasladarlo a otro lugar, mediante la colocación de jaulas o incluso tratar de abatirlo con arco, como se ha hecho ya en las ciudades». Cree que es poco probable que los animales abandonen el lugar por sí solos.
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