Cacabelos sobre el Gran Hotel: «Solo la capilla y el puente están protegidos»
El alcalde remarca «la protección ambiental que propusimos» para el emblemático establecimiento
Resulta «mucho mayor que la que tenía hasta ahora, que no era ninguna»

El Eurostars Gran Hotel La Toja. / Noé Parga

A raíz de la aprobación provisional del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de O Grove, mucho se está hablando últimamente de la protección del emblemático Gran Hotel La Toja y su entorno. El alcalde, José Cacabelos, ya dejó claro en su momento que «está a salvo».
Pero a consecuencia de la aprobación provisional del documento urbanístico en el pleno del lunes, ha querido ir un poco más allá y preguntarse «¿dónde estaban hasta ahora todos esos que se preocupan tanto por proteger estas instalaciones que nunca tuvieron protección alguna?».
¿Desconocimiento?
Pero tiene otra pregunta: «¿Sabemos cuántos bienes inmuebles hay protegidos por Patrimonio en la isla de A Toxa?». Y él mismo responde: «Algunos dicen que rebajamos la protección patrimonial del Gran Hotel, pero en realidad a día de hoy solo hay dos bienes protegidos, como son el puente de A Toxa y la iglesia de las conchas o San Caralampio».

Uno de los carteles de A Toxa que cuentan la historia del Gran Hotel y muestran sus fotos originales. / Noé Parga
Dejando claro que «ojalá se consiga su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC)», el regidor advierte de que «eso no es competencia del Concello, sino de Patrimonio», y pasa a explicar lo sucedido hasta ahora y lo que puede suceder.
«Me sorprende muchísimo el debate generado en torno a la catalogación del Gran Hotel porque demuestra que hay mucha ignorancia o muy mala intención por parte de algunos», reflexiona.
«El Gran Hotel no está protegido y esto quiere decir que con las Normas Subsidiarias que están en vigor desde 2002 –precisamente por no tener aprobado el PXOM–, el propietario del establecimiento puede presentar un proyecto de reforma y vaciado de todo el interior, e incluso cambiar la fachada e imagen externa del edificio, sin ningún problema, precisamente porque no está protegido, como tampoco lo está el Balneario La Toja».

El puente de A Toxa. / Noé Parga
En consecuencia, aduce Cacabelos que «en contra de lo que algunos tratan de hacer creer, no es posible rebajar la protección de algo que no está protegido».
Desde 2021
¿Qué se hizo desde el Concello? Pues explica el alcalde que en 2021 desde la administración local se planteó una protección estructural «que Patrimonio no acababa de entender, alegando que no tenía sentido protegerlo ahora porque entiende que los numerosos cambios introducidos en las sucesivas reformas de que fue objeto el inmueble ha perdido su carácter de bien de interés a preservar».
Lo que sí tiene es una catalogación ambiental, «que significa que está catalogado patrimonialmente y que cualquier modificación que se quiera hacer va a necesitar de un informe de Patrimonio».
Es decir, «pasamos de protección cero a una protección ambiental que incluye los jardines, balaustradas, elementos de cerrajería y toda la estructura externa, incluidas las cúpulas», ,manifiesta el alcalde.
Por cierto, que «a mayores también se propicia la protección estructural del antiguo Balneario, que antes no tenía ninguna, de tal forma que ya no se van a poder aumentar alturas».
Dicho de otro modo, que «el Plan Especial (urbanístico) de La Toja de 1968, y el que se desarrolló en los años ochenta, permitían construir bajo más cuatro en el balneario, mientras que ahora se quedará en bajo más uno, precisamente porque lo incorporamos al Catálogo de Patrimonio del PXOM con una protección estructural, igual que la iglesia de San Caralampio y el puente de A Toxa».

La capilla de conchas (San Caralampio). / Noé Parga
Razón por la cual, «no acabo de entender las críticas de algunos cuando, repito, solo el puente y la capilla estaban protegidos hasta ahora, y lo que hacemos nosotros es amparar también tanto al Gran Hotel como al Balneario», profundiza el máximo mandatario meco.
Quien insiste en que las Normas Subsidiarias de 2002 permiten, a pesar del «decreto Cuiña» –que sigue en vigor hasta la aprobación definitiva del PXOM–, que se realicen «obras de mantenimiento, conservación y reforma, de tal forma que, vuelvo a repetir, nada ni nadie podría impedir que los propietarios del Gran Hotel cambiaran la fachada y el interior sin aumentar volumen».
Quiere así dejar constancia de que «la protección ambiental que propusimos es mucho mayor que lo que había hasta ahora, que era nada».
Y si la Fundación Vázquez Gulías consigue que el Gran Hotel sea declarado BIC, como persigue con la campaña iniciada para ello hace unas semanas, «pues me parecerá perfecto –sostiene Cacabelos–, aunque me sorprendería mucho que pudieran conseguir ese BIC cuando el Gran Hotel no tiene ninguna protección a día de hoy».
Sea como fuere, «que nadie se preocupe, porque el PXOM es un documento urbanístico, y si lo aprobamos de manera definitiva no va a impedir ni dificultar la declaración de BIC, ya que ese es un trámite totalmente independiente del documento urbanístico».
Con otras palabras: «No es cierto que con el PXOM acabe todo».
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