La flota se lame las heridas, pero no se renueva

Algunos astilleros están a tope con las labores de mantenimiento y puesta punto

Continúa el acondicionamiento de las bateas destrozadas por los temporales

Una vista general de Astilleros Garrido, en O Grove, ayer.

Una vista general de Astilleros Garrido, en O Grove, ayer. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

Los últimos temporales han dejado un rastro de destrucción en las bateas de mejillón de la ría de Arousa que aún no ha desparecido y, como se explicaba hace días, hace que la actividad de las empresas de servicios marítimos esté resultando frenética.

Pero no solo en ellas se nota una importante carga de trabajo, sino que también en los astilleros se trabaja a un ritmo intenso, hasta el punto de que algunos se ven desbordados en esta época del año.

En lo referido a este tipo de empresas, hay que hablar de una gran cantidad de pedidos para la puesta a punto de la flota.

La reparación de un
barco auxiliar de
acuicultura, ayer. 
|  Noé Parga

La reparación de un barco auxiliar de acuicultura, ayer. | Noé Parga

De ahí que en los astilleros consultados aseguren que se han multiplicado los encargos. Eso sí, centrado en reparaciones puntuales y de mantenimiento que, aún siendo importantes y necesarias, pueden considerarse tareas «menores», puesto que la construcción de nuevas embarcaciones es meramente testimonial, por no decir inexistente.

Una de las firmas más reconocidas y con más trabajo en la comarca es Astilleros Garrido, que Manuel Garrido Otero puso en marcha en el puerto de O Grove hace un siglo, empezando por la construcción de chalanas, chalupas y gamelas.

Una tradición que continuó su hijo, José Garrido Moldes, y su nieto, Manuel Garrido Álvarez, hasta que en los años sesenta el hijo de éste, José Garrido Vidal, tomó las riendas del negocio familiar.

La reparación de una de
las naves. 
|  Noé Parga

La reparación de una de las naves. | Noé Parga

Ahora son sus hijos, los hermanos Pepe, Carlos y Fabián, los que continúan con la actividad familiar que fundó su tatarabuelo. Y es el primero de ellos el que ayer confirmaba que actualmente «hay una enorme carga de trabajo, tanto en lo que se refiere a embarcaciones tradicionales como a barcos de pesca y auxiliares de acuicultura».

Pero, como otros empresarios de su sector, explica que «se trata de tareas de mantenimiento y puesta a punto, pequeñas reparaciones, pintado de cascos y similares».

Lo que no hay, confiesa, son encargos para nuevas naves. «La construcción está parada», sostiene Pepe Garrido.

A medio y largo plazo

Parece que la crisis está haciendo mella en el sector extractivo, de ahí que en los astilleros apenas se elaboren proyectos constructivos de barcos pequeños y sean muy pocos los pedidos para los auxiliares de acuicultura. Y los que se barajan son a medio y largo plazo.

Por cierto, que todo en fibra, ya que la madera parece haber desaparecido de los catálogos, tal y como se viene advirtiendo desde hace muchos años.

Trabajadores del
astillero en plena faena. 
|  Noé Parga

Trabajadores del astillero en plena faena. | Noé Parga

«Lo poco que se hace en madera son reparaciones de embarcaciones tradicionales y algunas de recreo», señala Pepe Garrido, en cuyo taller también se preparan algunas de las naves que cada año participan en las regatas de Sanxenxo que suelen contar con la presencia del rey emérito Juan Carlos I, un buen conocedor del astillero grovense.

Por cierto, el mismo en el que se encuentra pendiente de reparación el barco auxiliar de acuicultura «Hermanos Rey», tristemente conocido a raíz del naufragio que sufrió el pasado 12 de diciembre, en el que perdió la vida José Rey Domínguez.

Los daños estructurales de esta embarcación, inmediatamente reflotada y trasladada al astillero, fueron mínimos, centrándose los desperfectos en el motor y el sistema electrónico.

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