Entrevista | Rubén Diéguez Capellán del Hospital do Salnés
«El sacramento de la unción no se administra solo en el final de la vida»
El Hospital do Salnés vuelve a contar con capellán, y habrá misas los domingos por la tarde

Rubén Diéguez, ayer en la capilla del Hospital do Salnés. / Noé Parga
El Hospital do Salnés, en Vilagarcía, vuelve a tener capellán. Se encargará de estas funciones el sacerdote dezano Rubén Diéguez Gutiérrez, nacido en Lalín hace 45 años, y que llegó a O Salnés el verano pasado. El capellán acudirá regularmente al centro sanitario para visitar y hablar con pacientes y profesionales que lo requieran, y entre él y varios curas de la zona de Arousa se turnarán para oficiar una misa los domingos a media tarde en la capilla, que está en la planta baja del edificio.
¿Cuál es el cometido del capellán de un hospital?
Muchos de nuestros feligreses en las parroquias se ven obligados en algún momento a quedar ingresados en el hospital, y sienten la necesidad de que durante ese tiempo les acerquen el sacramento de la eucaristía o el de la santa unción, que ya no se denomina extremaunción, y que puede administrarse todas las veces que sea necesario. La unción es un sacramento con el que pedimos salud y fuerza para el enfermo, no es algo que hagamos solo cuando la persona está a punto de fallecer.
¿Existe la creencia de que cuándo el sacerdote visita a un paciente es porque ya está en los últimos momentos de su vida?
Es cierto que tenemos instalada la imagen del sacerdote que va a rematar al enfermo, cuando no es así. Pero esa perspectiva sí que nos impide a veces llegar a los pacientes con la normalidad que se debería. Lo que nosotros proponemos es visitar a los enfermos y ofrecerles libremente los sacramentos. En muchas parroquias se hace una celebración anual de la unción de los enfermos, para que la gente vea que no es algo que se reciba solo en el final de la vida, que también, sino que también sirve para infundir fuerza y esperanza.
¿Ha escuchado muchas quejas de personas que consideran injusto haber enfermado o tenido un accidente?
Yo no creo en un Dios despiadado y cruel que castiga a sus hijos con una enfermedad. Creo que en un Dios que es padre y amor, y ningún padre quiere algo malo para sus hijos. Pero no podemos olvidar que el mal también existe, y que muchas enfermedades se producen por cosas que nosotros estamos haciendo mal. Lógicamente, si fumo dos paquetes de tabaco diarios, tengo más riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón o de sufrir un ictus, pero eso forma parte de la libertad que tenemos los seres humanos para tomar decisiones sobre nuestra vida.
¿Se puede sacar algo positivo hasta de la enfermedad?
Siempre se puede sacar algo positivo de todas las circunstancias de la vida. Parece difícil sacar algo bueno de algo tan doloroso como es la enfermedad, pero eso nos muestra también la capacidad del ser humano de acompañar y ayudar a los que sufren. Esa es la grandeza del ser humano, no dejar solos a los que sufren en un momento tan duro.
La grandeza del ser humano está en acompañar y ayudar a los que sufren
¿Qué es más importante para un capellán, hablar o escuchar?
Lo principal es escuchar, siempre. Para poder hablar, lo primero es escuchar al otro, a los otros. La escucha es lo fundamental siempre en la vida, pero más aún en el ámbito de la salud. Después de haber escuchado es cuando podemos dar una palabra de ánimo, de esperanza.
¿Complementa su labor la de los médicos y enfermeros?
Para los creyentes, supongo que sí, al menos desde una perspectiva religiosa o psicológica. El sacerdote trata de hacer su labor como una invitación a la esperanza, y trata de mostrar al enfermo que no está solo, pero también de que sea consciente de la fragilidad humana. Otro ámbito de nuestro trabajo es la relación con el personal sanitario, con médicos y enfermeras que también quieren hablar con nosotros, plantearnos alguna pregunta… En el Hospital do Salnés he sido muy bien acogido por todo el personal, todos me han recibido con cariño y alegría.
¿Atiende a pacientes de otras confesiones, o incluso ateos?
Sí, por supuesto, Dios es uno, y para todos. Nosotros estamos para tender la mano siempre, a quien lo necesite, tal y como hizo Jesús.
Lleva tres parroquias de O Salnés
Rubén Diéguez Gutiérrez llegó a O Salnés el verano pasado. Atendía doce parroquias de A Estrada, y el día de San Adrián de 2024, el 16 de junio, se hizo cargo de las de Vilariño (Cambados), y Caleiro y Tremoedo, en Vilanova. Desde principios de año es también capellán en el Hospital do Salnés, una figura que no existía desde hace más de una década en el centro. La primera misa fue el domingo pasado.
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