Cambados afronta el final de las obras de saneamiento en el casco urbano
La empresa trabaja en la plaza del Concello y en el entorno de Ramón Cabanillas
Los últimos trabajos serán en Castrelo | La actuación obligó a cortar el agua unas tres horas

Zanja abierta en el entorno de la plaza del Concello, ayer. / Iñaki Abella
La gran obra de reforma del saneamiento que está realizando la Xunta de Galicia en Cambados afronta su recta final. En los próximos días, la empresa finalizará las actuaciones previstas en el centro urbano, y de ahí se desplazará a Castrelo. Posteriormente, pavimentarán juntas todas las calles en las que han actuado a lo largo del último año. Según las estimaciones de la empresa constructora, Petrolam, los trabajos podrían estar completamente terminados en un plazo aproximado de un mes.

Operarios trabajando en la avenida de Castrelo. / Iñaki Abella
Los operarios estuvieron trabajando ayer en la plaza del Concello, y además de los de Petrolam, la empresa Viaqua aprovechó que se abrían las zanjas para realizar unas actuaciones de mejora en la infraestructura de abastecimiento de agua, lo cual obligó a cortar el suministro durante tres horas (de 7.00 a 10.00 de la mañana) en una veintena de inmuebles de la avenida de Galicia y en la totalidad de la calle Curros Enríquez.

Maquinaria delante del Concello, ayer. / Iñaki Abella
En concreto, los obreros de Viaqua instalaron unas válvulas y llaves de paso para mejorar la eficiencia de su red.
En lo que respecta a la obra de saneamiento, afronta su recta final. Los trabajos los financia Augas de Galicia, y tienen un presupuesto de 1,7 millones de euros. Empezaron en diciembre de 2023 y tenían un plazo de ejecución de 15 meses, que se cumplen en consecuencia en este primer trimestre de 2025. Todo apunta a que la empresa cumplirá lo pactado, pues han trasladado al Ayuntamiento que les queda un mes de trabajo.
En 2019, el ahora alcalde y entonces concejal de Obras, Samuel Lago, sacó adelante un proyecto de renovación de las calles Ourense y Pontevedra, que incluyó el desdoble de las tuberías de saneamiento, de modo que se dejó una en exclusiva para las aguas residuales, y se habilitó otra para las pluviales. Pero esta red separativa confluye en la plaza del Concello en otra unitaria, lo que provoca los problemas ya conocidos de saturación de la red en momentos de lluvias intensas y de alivios al mar de aguas sin depurar.
Por ello, lo que se está haciendo estos días es extender las redes separativas -una para pluviales y otra para fecales- desde el final de las calles Ourense y Pontevedra hasta la red general de la avenida de Galicia. Una vez allí, se harán actuaciones de mejora en la estación de bombeo encargada de impulsar el caudal de residuales hasta la estación depuradora de Tragove, mientras que el agua de lluvia sale al mar, pero esta vez sin los aportes de contaminación propios de las redes unitarias.
Sin salir del casco urbano, otro grupo de operarios estuvieron dando algunos últimos retoques a los nuevos colectores a la altura de la avenida de Castrelo.
Una vez finalice en el centro, la empresa contratada por la Xunta de Galicia se trasladará a la parroquia de Castrelo. Allí, desmantelará la actual depuradora de O Facho, que el Ayuntamiento pretende reaprovechar en otros espacios, pues todavía funciona. También tienen que abrir un nuevo pozo de bombeo.
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