Más de 60 personas pasan el invierno en la calle o en infraviviendas en Vilagarcía

Organizaciones como Cáritas o la Cruz Roja prestan ayuda a los «sin techo» para hacer frente al frío y a las jornadas de temporal

Los niveles de pobreza extrema se han incrementado durante el pasado año

Asistentes a una de las sesiones de cine organizadas por Cáritas en Vilagarcía.

Asistentes a una de las sesiones de cine organizadas por Cáritas en Vilagarcía. / FdV

El invierno es un periodo largo y duro para las personas que viven en la calle o en infraviviendas. Las noches de frío intenso, las jornadas de lluvias torrenciales, los temporales de viento... A las inclemencias meteorológicas típicas de estos meses se une que los días más cortos y la menor oferta de actividades sociales abocan a estas personas a una mayor soledad. En organizaciones como Cáritas Interparroquial de Arousa o Cruz Roja saben bien que el invierno es una estación muy difícil para quienes carecen de un hogar, de ahí que hagan un esfuerzo adicional por ayudarles.

Cáritas estima que en Vilagarcía hay en estos momentos en torno a 60 personas viviendo en la calle o bajo techo, pero en unas condiciones muy precarias. Se trata de una cifra ligeramente superior a la de 2023, lo que indica que los casos de pobreza extema se han agravado en los últimos meses. La organización cristiana apunta asimismo que muchas personas «sin techo» de Vilagarcía tienen grandes dificultades para reconducir su situación debido a que padecen algún tipo de patología mental y dependencia al alcohol u otras drogas.

Cáritas Interparroquial tiene permanentemente activado su protocolo de actuación invernal. La semana pasada, por ejemplo, cuando los termómetros se desplomaron y rozaron los cero grados durante varias noches, estuvieron repartiendo prendas de vestir como camisetas térmicas, gorros, plumíferos ligeros, sacos de dormir o zapatillas de senderismo impermeables. Cruz Roja, por su parte, también tenía mantas y bebidas calientes a disposición de las personas que se viesen obligadas a pernoctar al raso.

Cruz Roja, además, pone a disposición de transeúntes y personas «sin techo» su albergue de la plaza de la Constitución. El viernes por la mañana disponían aún de dos plazas libres, y a partir de mañana lunes tendrán alguna más, pues tienen programadas varias salidas. «Animanos a la gente a que hagan uso del albergue», apuntan desde la entidad.

Un 30% de mujeres

El número de personas que acuden a organizaciones sociales como Cáritas o la Cruz Roja se ha incrementado en los últimos años debido en parte a la inmigración, ya sea laboral o motivada por conflictos políticos o sociales. Así, por ejemplo, se ha detectado en los últimos meses la llegada de numerosos ciudadanos venezolanos, así como de parejas rusas del colectivo LGTBI. Sin embargo, al menos en Vilagarcía, la práctica totalidad de las personas que están viviendo en la calle son españolas.

La trabajadora social de Cáritas Interparroquial de Arousa apunta que están detectando mucha gente joven en situación de calle en Vilagarcía, así como un gran porcentaje de mujeres. «Por lo general, se estima que un 20 por ciento de las personas que están en la calle son mujeres, pero en el caso de Vilagarcía estamos hablando de un 30 por ciento», alerta la profesional.

Además de entregarles ropa de abrigo, algo esencial cuando las condiciones meteorológicas son especialmente adversas, Cáritas ofrece en su sede de la avenida Rosalía de Castro varios servicios esenciales para las personas sin hogar, como son los de comedor o de duchas. «El servicio de duchas es muy importante, no solo por la higiene, sino porque les permite calentar el cuerpo unas horas y ponerse ropa seca», señalan desde la ONG católica.

En lo que respecta al comedor, ofrecen desayunos, almuerzos y cenas. A la hora de la comida, se reúnen entre 35 y 40 personas cada día, y los fines de semana llegan a ser unas 60. Dan en torno a 1.250 comidas al mes. Una prueba de que los niveles de pobreza aumentaron en 2024 es que, «el número de desayunos se ha cuadruplicado con respecto a 2023», explica la trabajadora social de Cáritas.

La organización también cuenta con un novedoso taller de cine, con sesiones periódicas. Se proyecta una película y después los participantes entablan un coloquio. Durante la sesión, se sirven bebidas calientes y una merienda. En muchos casos, estas sesiones se organizan precisamente para sobrellevar mejor las gélidas tardes de invierno.

Son bienvenidas las donaciones económicas, el calzado o la leche

Cáritas puede prestar su ayuda a las personas en riesgo de exclusión social gracias en gran medida a las donaciones. En este sentido, la organización indica que las personas que quieran echar una mano pueden hacerlo mediante la donación de cartones de leche o latas de conserva. También son bienvenidas las aportaciones económicas, puesto que eso permite a Cáritas programar la compra de productos frescos.Del mismo modo, se puede colaborar mediante la entrega de donaciones económicas para la compra de ropa de abrigo o de lluvia. Aquellos que prefieran llevar alguna prenda, en estos momentos hacen falta sobre todo zapatos deportivos impermeables -como los de senderismo o trekking- y plumíferos ligeros. Eso sí, en la medida de lo posible deben ser artículos nuevos. El ropero está en la sede de Rosalía de Castro.

Tracking Pixel Contents