Marisqueo en Arousa: no hay orilla que valga

Tanto Arousa Norte como Arousa Sur padecen la agónica situación

Almeja y berberecho sumaron 1.121 toneladas en las lonjas arousanas en 2024, lo que supone 800 menos que en 2023

«Rañeiros» durante la campaña de libre marisqueo en la ría de Arousa. |  Noé Parga

«Rañeiros» durante la campaña de libre marisqueo en la ría de Arousa. | Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Al hilo de la preocupante pérdida de productividad marisquera y el análisis de lo sucedido lonja a lonja que desde hace semanas realiza FARO DE VIGO, ayer se explicaba en este diario que el marisqueo parece recuperarse en la ría de Muros-Noia mientras sigue agonizando en la de Arousa.

Ahora puede añadirse que el absoluto desastre en que se ha convertido esta otrora importante actividad se hace notar tanto en Arousa Norte –la comarca coruñesa de Barbanza–, como en Arousa Sur, su orilla pontevedresa.

La caída de los bivalvos es constante en los últimos años y se hace notar en sus doce lonjas o puntos de venta directa, seis en cada orilla.

Lógicamente, no afecta a todos por igual, de tal forma que mientras Carril «salva los muebles» gracias a los parquistas –aún sufriendo también–, la lonja de Vilanova parece completamente hundida, como también se indicaba hace días en FARO.

Si se habla exclusivamente de bivalvos, hay que destacar que la ría de Arousa pasó de 2.749 toneladas en el año 2023 a 1.732 toneladas en 2024.

Barbanza y O Salnés

Y si se desglosan las cifras por orillas, se observa que Arousa Norte, con Rianxo, Ribeira, Cooperativa Ría de Arosa, A Pobra, Aguiño y Cabo de Cruz (Boiro) como punto de venta, bajó de casi 729 toneladas a 324 toneladas de bivalvos en ese mismo periodo.

Marcan los peores datos desde que hay registros

Extracción de bivalvos en Vilagarcía. / Noé Parga

Por su parte, las lonjas que conforman Arousa Sur, es decir, A Illa, Carril, Vilaxoán, Cambados, O Grove y Vilanova, bajaron desde las 2.020 toneladas de bivalvos en 2023 a las casi 1.341 toneladas despachadas el año pasado.

Pero la crisis no afecta a todas las especies de la ría por igual. Ni siquiera en la familia de los bivalvos hay un comportamiento parejo.

En lo que más se nota la caída es en la producción de almeja y berberecho, la cual deja más en evidencia, si cabe, la capacidad productiva arousana, ahora más cuestionada que nunca.

Si se habla solo de almeja babosa, bicuda, fina, rubia, japónica, berberecho, carneiro y similares especies del llamado marisco de concha, puede concluirse que las «rulas» de Barbanza (Arousa Norte) pasaron de casi 377 toneladas en 2023 a solo 140 toneladas en 2024, mientras que O Salnés (Arousa Sur) cayó desde 1.552 a algo menos de 981 toneladas, respectivamente.

Desmenuzado esas cifras, puerto a puerto, puede destacarse que Carril pasó de 790 a 566 toneladas, mientras que O Grove bajó desde las casi 219 toneladas de almeja y berberecho subastadas en 2023 a 150 toneladas en 2024.

En esos dos últimos ejercicios, A Illa bajó de 160 a 77 toneladas de almeja y berberecho, Cambados pasó de casi 175 a apenas 117 toneladas y Cabo de Cruz cayó desde las 178 hasta las 49 toneladas.

Batacazos que también se notan, en mayor o menos medida, en la lonja de Santa Uxía de Ribeira, con casi 59 toneladas de almeja y berberecho en 2023 y trece toneladas menos el año pasado; en A Pobra, que pasó de casi 37 a 17 toneladas; y en el Vilaxoán, con más de 55 toneladas en 2023 y 37 toneladas en 2024.

Mención especial merece, y hay que insistir en ello, el caso de Vilanova, que tras subastar 153 toneladas de almeja y berberecho en 2023 tuvo que conformarse con apenas 34 para cerrar el pasado ejercicio.

Extracción de bivalvos
en Vilagarcía. 
|  Noé Parga

Llegada de bivalvos del libre marisquero a la lonja de A Illa. / Noé Parga

También castigada por la muerte anunciada del libre marisqueo –Os Lombos do Ulla era la gallina de los huevos de oro y hace tiempo que no pone–, junto a otros males que a estas alturas todo el mundo conoce, la lonja de Rianxo se suma a la lista de damnificadas, en este caso pasando de 72 a nueve toneladas y media de almeja y berberecho.

Para completar los puntos de primera venta arousanos están la lonja de Aguiño, que pasó de casi 21 a 13 toneladas, y la sociedad cooperativa Ría de Arosa, asentada en Abanqueiro (Boiro) y que en 2024 tuvo que conformarse con algo menos de cinco toneladas de almeja y berberecho, es decir, la mitad que en 2023.

Como puede comprobarse, la caída de producción se aprecia en todas las lonjas arousanas. Como también en todas las especies antes aludidas, con excepciones puntuales como la del carneiro, que pasa de 30 a 32 toneladas.

Representantes de las cofradías arousanas lamentándose por la caida del marisqueo.

Representantes de las cofradías arousanas lamentándose por la caida del marisqueo. / Noé Parga

Pero la almeja japónica, que es la más abundante, bajó de 1.439 toneladas en 2023 a 902 toneladas en 2024.

La caída del berberecho, babosa y fina es tan acusada que la almeja rubia es ahora la segunda especie más abundante, y eso a pesar de que también perdió protagonismo en la ría.

El año pasado se quedó en 75 toneladas, después de haberse subastado casi 97 toneladas de esta especie en 2023.

Supera al berberecho, que pasó de 149 a 50 toneladas en toda la ría, y a la almeja babosa, que cayó desde las 105 a menos de 38 toneladas.

También como se decía antes, a la almeja fina, que en 2023 había superado las 101 toneladas y que en 2024 se limitó a 21, siendo rebasada por el carneiro, del que ya se habló antes, y por el relojito, que se mantiene en torno a la barrera de las 30 toneladas.

Las demás especies son testimoniales, con poco más de tres toneladas de ameixón el año pasado, 124 kilos de berberecho birollo, 24 de bicuda, apenas diez kilos de rabioso y siete de berberecho bravo.

Especie a especie

De este modo, las diferentes especies marcan mínimos históricos. Tomando como referencia la dos últimas décadas, esta es la progresión de cada una de ellas:

  • Almeja japónica

Con sus 902 toneladas, la almeja japónica o japonesa se convirtió en el marisco de concha más abundante el año pasado en la ría de Arousa. Y eso que también ha sufrido un retroceso notable, ya que se había acercado a las 2.000 toneladas en 2019, 2017 y 2018.

La buena noticia, o al menos el consuelo, es que 2024 no ha sido su peor año, ya que 2005 se había limitado a 481 toneladas y 2006 se quedó en 555.

La mala, que esas 902 toneladas de 2024 están por debajo de las 1.438 del año 2023 y de las 1.355 toneladas de japónica de 2022.

  • Almeja babosa

La almeja babosa es claro ejemplo del declive marisquero experimentado en la ría. Su mejor año fue 2010, antes de que el parásito de la Marteilia y otros males empezaran a acechar al sector. Aquel año se subastaron en las lonjas arousanas 819 toneladas, superando las 733 que se habían alcanzado en 2008, y que era su mejor registro hasta entonces.

También se superaron las 700 toneladas en 2009, 2011 y 2015. Nada que ver con las 381 de 2020, las 185 de 2021, las 176 de 2022, las 105 de 2023 ni, desde luego, con las escasas 38 toneladas de 2024.

  • Almeja bicuda

La almeja bicuda es una especie que puede darse por desaparecida en Arousa, donde el año pasado se limitó a 24 kilos, cuando en 2023 se había alcanzado una tonelada.

También con la bicuda se aprecia el progresivo declive, situándola en una posición que nada tiene que ver con la que ocupaba en 2006, cuando se subastaban casi 38 toneladas.

  • Almeja fina

La almeja fina es la que mejor se paga en lonjas y mercados. Pero ahora ni siquiera las altas cotizaciones sirven de consuelo, dado que su producción se ha limitado el año pasado a 21 toneladas (1 millón de euros). Lejos, muy lejos, de las 559 toneladas de 2012 (9 millones de euros) y las 537 toneladas de 2010 (casi 11 millones de euros).

  • Almeja rubia

Como sucede con las demás especies, 2024 fue el peor año para la rubia, otrora una de las almejas importantes en algún que otro banco del libre marisqueo. Pero el sector tuvo que conformarse el año pasado con solo 75 toneladas, es decir, 400 menos que en 2008 y 2009, sus mejores años.

  • Berberecho

Hubo un tiempo, cuentan los más veteranos mariscadores, en los que «llegaba el berberecho hasta Padrón». Aquello pasó hace mucho, pero el berberecho siguió reinando en la ría y, sobre todo, en el río Ulla.

De ahí las 2.671 toneladas del año 2008, las 2.128 toneladas de 2007 o las 1.809 toneladas de berberecho subastadas en las lonjas arousanas en 2009.

Pero ya nadie se acuerda de eso, porque ahora el berberecho brilla por su ausencia, como tantos otros bivalvos, de ahí que se limitara a 50 toneladas en 2024, también su peor año.

La progresión es tan evidente como con otros bivalvos, pues pasó de 842 toneladas en 2022 a 149 en 2023 y las citadas 50 toneladas del año pasado.

Parquistas de Carril maquillar los resultados

Como ya se explicó hace días, la Organización de Productores Pesqueros Parquistas de Carril (OPP-89) mantiene a flote a la lonja de este puerto vilagarciano, ya que sin su aportación, la subasta de los bivalvos obtenidos exclusivamente por los mariscadores de a pie y de a flote habría sido insignificante, si no lo es ya.

Pero es que, aún sufriendo también la pérdida de productividad que afecta a las cofradías y agrupaciones de marisqueo, la labor que realizan los acuicultores agrupados en la OPP-89 también ayuda a maquillar el balance del conjunto de la ría de Arousa.

Baste decir que sin Parquistas de Carril, un territorio tan afamado e importante para el marisqueo como la ría arousana se habría tenido que conformar con 1.138 toneladas de almeja y berberecho en el año 2023 y se habría quedado en apenas 555 toneladas el año pasado.

Es decir, que sin Carril, la suma de todas las cofradías de la ría de Arousa ni siquiera habría permitido alcanzar el total de marisco de concha vendido en la lonja de O Testal (Noia) en un año «normalito».

Puede recordarse que el año pasado la lonja carrilexa vendió 226 toneladas menos de producto que en 2023 y dejó de ingresar casi tres millones.

De los 7,7 millones totales de 2024 y sus 576 toneladas, prácticamente 7 millones de euros y 525 toneladas corresponden a la almeja japónica, que sigue siendo la principal arma de esta lonja, y que en 2023 había alcanzado los 8,9 millones de euros (730 toneladas).

Aquel año también se habían vendido cerca de 20 toneladas de almeja fina, por importe de 812.000 euros, mientras que en 2024 fueron 8 toneladas y 375.000 euros.

El berberecho pasó de 33 a 31 toneladas y de 370.000 a 171.000 euros, si se comparan los datos de 2023 con los de 2024. La babosa pasó de casi 7 toneladas y 159.000 euros a 1,2 toneladas y 18.000 euros.

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