El colector de Cabanelas vuelve a verter al río Umia pese a las obras de mejora

La llegada de las lluvias ha vuelto a poner en evidencia los problemas de la red que se repiten desde hace años | Vierte cerca de la captación del agua que abastece a la isla de A Toxa

Estado en el que se encontraba ayer el riachuelo de Cabanelas a raíz de un nuevo vertido.

Estado en el que se encontraba ayer el riachuelo de Cabanelas a raíz de un nuevo vertido. / FDV

A. G.

Hace tan solo dos meses, la Xunta se felicitaba por haber finalizado las obras de mejora del bombeo y el colector de la red de alcantarillado de Cabanelas, unas obras en las que se invirtieron 950.000 euros y que tenían como objetivo acabar con los vertidos de ese bombeo al río Umia ampliando su capacidad y conectándolo directamente con la EDAR que se encuentra un kilómetro río abajo.

Sin embargo, todo ese esfuerzo económico parece no haber sido suficiente ya que el colector ha vuelto a verter a un pequeño riachuelo que desemboca en el río Umia. Del aliviadero del colector sale un espeso líquido, oleoso y de color blanco, que cubre toda la superficie de ese pequeño regato y acaba en las aguas del Umia, a unos centenares de metros de la captación de agua que da suministro a las exclusivas viviendas de A Toxa. También a unos centenares de metros de la playa fluvial de Cabanelas, donde existe un club de piragüismo que acostumbra a ver afectada su actividad por este tipo de vertidos al río y a tres kilómetros de la desembocadura del Umia, donde se sitúa uno de los bancos marisqueros más productivos de la ría de Arousa. Varios viandantes que se encontraban ayer por la zona alertaron al 112 de la existencia del vertido para que se lo comunicasen a Policía Local y Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, a fin de identificar la procedencia del mismo.

Los problemas que se registran en el colector ocurren siempre en invierno, con la llegada de las lluvias ya que este pozo de bombeo recibe las aguas residuales, pero también pluviales, de varios municipios del entorno. A mayores, unos de los grandes problemas que tenía anteriormente era que muchas de las industrias que están conectadas a esa red no acostumbraban a reciclar sus aguas antes de lanzarlas a la red, lo que acababa provocando que, cuando se registraba una «enchente», todos lA grasas, aceites y demás restos de los vertidos acabasen saliendo a la luz por el aliviadero.

La Mancomunidade creó, en su día, una oficina de control de vertidos, que se centró en ayudar a las empresas a acabar con este tipo de vertidos a la red de alcantarillado que no solo suponen un problema para el río Umia cada vez que se desborda el colector, sino que también pone en riesgo el sistema biológico de depuración que existe en la EDAR de Cabanelas.

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